Usted es rico
Vamos, no lo niegue. Usted, estimado lector, es rico. Confiese sin remilgos, sin temer el secuestro o que haya cola para pedirle dinero, que los hay insaciables. Matice con un "moderadamente" y cuesti¨®n dirimida; que tampoco deseamos echarle una soga al cuello. ?Ni por esas? Caray, usted nos incita el despecho o el tedio. Le tendremos que dejar por imposible. Admita al menos que goza de un buen pasar, que no todos los celtib¨¦ricos tenemos escalaf¨®n en la lista de los 500 de la revista Fortune, aunque ya algunos de nuestros paisanos figuren en ella. Todo se andar¨¢, que chano, chano se va lontano.
Que usted goza, como m¨ªnimo, de un buen pasar, lo sabemos por el Gobierno, que es palabra mayor, como lo demuestra el hecho de que la escribimos con may¨²scula. Pero es que en este pa¨ªs con fama de protest¨®n, son muchos, much¨ªsimos m¨¢s que el mayor de los ej¨¦rcitos nunca reunido por Jerjes, los que negamos a los que luego les damos el voto. Descontentos aunque nos colmen de oro, si bien no faltan las excepciones, individuos que afirman sin que les caiga la cara de verg¨¹enza que aqu¨ª te llenan el buche y jurar¨¢s que la bac¨ªa de barbero es yelmo y de Mambrino; rueda de molino en la que no comulg¨® el mism¨ªsimo don Quijote, tan dado a tomar las ventas por castillos y a las putas por damas. Dato este ¨²ltimo por el que hay que estarle agradecidos, pues si la cosa ayuda a hacer el nombre, tambi¨¦n el nombre ayuda a hacer la cosa.
Concederemos generosamente que no todos los discordantes son subversivos malandrines o gentecilla que te hace la pu?eta para fortalecer su ego. (Aunque si truchuelas sumadas hacen trucha, la suma de algunos egos d¨¦biles, yo no s¨¦ qu¨¦ te diera por un beso). Me abord¨® un conocido, peri¨®dico en ristre -algo ins¨®lito en ¨¦l- y me pidi¨® que le explicara c¨®mo seg¨²n una estad¨ªstica estampada all¨ª, entre ¨¦l y su mujer, tambi¨¦n obrera, ganaban m¨¢s de medio mill¨®n al mes contando en pesetas. Entre los dos no llegamos a las doscientas mil, dijo. Lo que ah¨ª pone es el bruto y todo, aduje. Y el promedio, que no todo el mundo se sopla lo mismo. No les vuelvo a votar, escupi¨® con ira y se march¨® rezongando. Hombre de poca fe. Desde entonces sostiene que el Gobierno miente. Como no entiende ni papa de econom¨ªa, no se ha enterado de que es rico sin saberlo. Pobre Gobierno. Con las noches en vela que le cuesta hacernos la vida regalada y lo mal que se lo agradecen algunos. Menos mal que no trabajan para que nos postremos, sino por vocaci¨®n de servicio.
Un gobierno que, como no se cansa de repetir, ha conseguido la haza?a de que el pa¨ªs se sit¨²e a?o tras a?o a la cabeza del crecimiento de la UE. Y si no se cansa de repetirlo, tal soniquete no es achacable a vanidad o a electoralismo, sino a la recalcitrante actitud de la oposici¨®n, tan r¨¢cana y reacia a reconocer m¨¦ritos. Que si unas veces la mejor defensa es el ataque, otras el mejor ataque es la defensa; y una forma de defenderse es divulgar m¨¦ritos que se nos niegan por envidia o, lo que es casi peor, por ignorancia de los mismos. No se nos oculta que, almas de papel de estraza dicen, y a mayor villan¨ªa escriben, que en los ¨²ltimos a?os de los ochenta, el crecimiento anual de la econom¨ªa espa?ola rebasaba el 5%, cota jam¨¢s alcanzada despu¨¦s, mientras que ahora nos supera ampliamente Irlanda. Afirman trambi¨¦n estas malas lenguas que la cuesti¨®n del crecimiento hay que matizarla, pues que un cr¨ªo aumente de estatura con mayor rapidez que un adolescente, no es garant¨ªa de que un ma?ana ser¨¢ m¨¢s alto que ¨¦ste. Pasado el calvario actual, si es que no vino para quedarse aqu¨ª y por doquier, habr¨¢ que echar mano de unos sencillos n¨²meros para saber cu¨¢ndo convergeremos en renta per c¨¢pita con Alemania o Francia, o si, por el contrario, a pesar de un mayor crecimiento (dado que exista) las distancias se acent¨²an. Todo esto, naturalmente, es morralla que la oposici¨®n lanza para hacernos un lecho de espinas, si por milagro milagrero nos desbancan. (No ser¨ªa por mucho tiempo, pero acaso el suficiente para que los comunistas lo nacionalicen todo y abolan la mili, perd¨®n, eso ya lo hicimos nosotros, pero es cuesti¨®n de monta tanto, tanto monta). En fin, el pa¨ªs avanza a pesar de alg¨²n peque?o error y de accidentes naturales como el del Prestige. En realidad, seg¨²n ha dejado muy claro Manuel Fraga, lo de ese petrolero ha sido una bendici¨®n para Galicia, el chapapote un man¨¢. Pues est¨¢n lloviendo en el predio subsidios, subvenciones, inversiones, tales que a su lado el contrabando es una cajetilla que pasaba como quien dice de largo. Los pu?eteros dicen que el chapapote sigue all¨ª y que muchos afectados no han visto un euro, pero eso, naturalmente, es pensar con el ombligo. Alg¨²n gracioso propone un Prestige en cada zona costera espa?ola, pues tan rentable es, pero argumentos tan deleznables no merecen sino la callada por respuesta. Que estudien econom¨ªa, y si el brasile?o Lula pone orden sin haberla estudiado ser¨¢ porque Dios bendice al Brasil desde que ese pa¨ªs quiere hacer del castellano lengua cooficial, aunque sin desembarazarse del portugu¨¦s, que todo no es perfecto.
En fin, gente sin dos dedos de enjundia, pero con ansias ilimitadas de mando y chalaneo, intenta hacer de nuestras virtudes sus vicios; por fortuna, los medios de comunicaci¨®n, en los que tanta inteligencia tiene asiento, se arriman en sincera pleites¨ªa a nuestras ascuas y cercados, con lo que se vende el buen pa?o y as¨ª fuera malo; que por ventura, y gracias a los esfuerzos de legendarias estirpes afines, la publicidad es propaganda, es ortodoxo evangelio y fiel doctrina. No prevalecer¨¢n pues, contra nos, insidias tan ?o?as como ¨¦sa seg¨²n la cual el amado pueblo vive tensas las fibras a causa de la precariedad del empleo y del temor al turbi¨®n de hipotecas y de atracos callejeros. Ingenuos aguijonazos que s¨®lo causan bajas en las filas de los aguijoneadores, pues el pueblo (muy amado) sabe que la vida es aventura y vivir, vivir inseguros. La paz tiene su senado en los cementerios y a¨²n all¨ª m¨¢s que paz es modorra. Estar en paz significa nada te debo nada me debes, luego hay que buscar camorra, pues mi sangre corriendo, mi vida latiendo, as¨ª es como se nutren las c¨¦lulas; que la m¨²sica de las esferas es de pu?o y letra de Sat¨¢n encarnado en Corelli.
Pueblo soberano, esparce la buena nueva entre quienes no se han enterado de que son ricos sin saberlo. Tan buena y patri¨®tica obra est¨¢ libre de impuestos.
Manuel Lloris es doctor en Filosof¨ªa y Letras.
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