El alcalde de Roma y Trinidad Jim¨¦nez

El domingo se celebrar¨¢n en Madrid unas elecciones que desde Italia tambi¨¦n se contemplan con inter¨¦s. No es tarea m¨ªa, obviamente, entrar en la campa?a electoral, ni pronunciarme sobre los candidatos, a todos los cuales respeto. Como alcalde de Roma no puedo sino subrayar mi empe?o en favorecer una relaci¨®n de colaboraci¨®n institucional siempre m¨¢s intensa entre mi ciudad y la capital espa?ola, cualquiera que sea el alcalde que los madrile?os elijan el domingo 25. Lo que s¨ª puedo expresar es la simpat¨ªa que siento por Trinidad Jim¨¦nez y la sinton¨ªa que he advertido con ella acerca de ideas y valores que considero importantes. La idea de que el gobierno de una gran ciudad debe tener el signo de la solidaridad, debe tender a la creaci¨®n de una comunidad, rompiendo con el sentido de aislamiento, soledad, exclusi¨®n social. Y limitando los efectos negativos de la globalizaci¨®n: son los temas sobre los que durante estos d¨ªas debatiremos en Roma, en la segunda asamblea mundial del Global Forum, con otros cuarenta alcaldes de metr¨®polis de todos los continentes.

Con Trinidad, cuando vino a Roma, tambi¨¦n hablamos mucho de la relaci¨®n que una gran ciudad debe tener con la cultura. En el campo de las iniciativas culturales, Roma y Madrid hacen mucho y espero que podr¨¢n hacer juntas mucho m¨¢s en el futuro. He encontrado a mi interlocutora muy sensible ante esta cuesti¨®n y creo que si gana la alcald¨ªa podremos desarrollar una colaboraci¨®n ¨®ptima.

Nuestras dos grandes ciudades no pueden ignorar la peculiaridad y los problemas que tanto Roma como Madrid tienen por el hecho de ser capitales. Tambi¨¦n sobre esta cuesti¨®n tuve, con Jim¨¦nez, un intercambio de opiniones y de experiencias muy ¨²tiles. Aprecio la competencia que ha demostrado al afrontar estos temas. Temas -esta es mi opini¨®n- que la cultura pol¨ªtica de la que Trinidad es expresi¨®n permite dominar mejor que otros que pertenecen a otras culturas pol¨ªticas. Por otra parte, no puede ser casualidad que tantas capitales de nuestro continente como Par¨ªs o Berl¨ªn, Londres o Viena, est¨¦n gobernadas por alcaldes de izquierda o de centro izquierda.

En mis encuentros con Trinidad me ha impresionado la coherencia con la que reivindica su voluntad de ser alcaldesa haciendo valer la especificidad de ser mujer. Creo, sin querer perjudicar en absoluto a mis colegas de sexo masculino, que la cultura femenina est¨¢ m¨¢s en sinton¨ªa con las caracter¨ªsticas y exigencias del gobierno de proximidad: m¨¢s sensible a las cuestiones sociales, menos condicionada por la l¨®gica del poder, m¨¢s abierta a la diversidad, m¨¢s concreta.

Son las cualidades que me ha parecido que re¨²ne Trinidad, a quien env¨ªo mis deseos m¨¢s sinceros y afectuosos para las elecciones; y me pareci¨® ¨²til hacer part¨ªcipes de estas opiniones a los lectores de EL PA?S.