Problemas con la minuta
La crisis de la ficci¨®n en EE UU acaba con los protagonistas de 'El abogado' en la oficina del paro
En televisi¨®n, retransmitir la realidad es sumamente m¨¢s barato que montar una ficci¨®n. Por eso, el auge de los reality shows se ha cobrado una nueva v¨ªctima entre las telecomedias y las series estadounidenses: El abogado, premiada con m¨²ltiples Emmy en los ¨²ltimos a?os, ha tenido que despedir a sus siete protagonistas tras un dr¨¢stico recorte presupuestario. La serie -cuya cuarta temporada estren¨® recientemente en Espa?a el canal Fox (22.30, viernes, CSD)- s¨®lo pod¨ªa sobrevivir si los productores aceptaban reducir a la mitad el presupuesto de cada episodio. En caso contrario habr¨ªa sido eliminada y sustituida por cualquier nuevo y econ¨®mico espacio de telerrealidad.
Hace s¨®lo cinco a?os, el prestigioso guionista David E. Kelley no pod¨ªa hacer frente a la avalancha de ofertas y de dinero en demanda de series para las grandes cadenas de su pa¨ªs: Picket Fences, Chicago Hope, Ally McBeal,
El abogado... Kelley era tan reclamado que en ocasiones lleg¨® a competir contra s¨ª mismo cuando las cadenas contraprogramaban sus series.
Ahora, el panorama de la televisi¨®n es tan distinto en EE UU que Kelley apenas encuentra trabajo. Por primera vez en la historia de la televisi¨®n de este pa¨ªs, los productos de ficci¨®n empiezan a ser casi intrascendentes. S¨®lo los cl¨¢sicos sobreviven; la audiencia prefiere entretenerse con mujeres que buscan marido a ciegas o con personas que comen escarabajos para ganar un pu?ado de d¨®lares.
En un escenario en el que los guionistas de ficci¨®n han pasado a ser una especie en extinci¨®n, el caso de David E. Kelley constituye el mejor ejemplo del declive narrativo en el que est¨¢ sumida la televisi¨®n de EE UU. Cancelada Ally
McBeal, s¨®lo le quedan en antena Boston Public -una serie sobre la vida en un instituto- y El abogado, convertida casi en un cl¨¢sico por el n¨²mero de premios que ha ido acumulando.
Dado que los niveles de audiencia no eran boyantes, la ABC s¨®lo ha aceptado renovar la serie para una s¨¦ptima temporada si Kelley aceptaba un ultim¨¢tum: reducir el coste de 6,5 millones de d¨®lares por episodio a s¨®lo tres. Kelley, consciente de que su futuro personal es incierto en una parrilla llena de realities, ha aceptado el envite.
Pero las cuentas s¨®lo pod¨ªan cuadrar si desped¨ªa a las estrellas de su serie. Y as¨ª lo ha hecho: los siete protagonistas se van a la calle, incluidos el admirado Dylan McDermott y la pintoresca Lara Flynn Boyle. Sus sueldos de 300.000 d¨®lares por episodio, que en otro tiempo ser¨ªan rid¨ªculos, eran demasiado altos para semejante presupuesto. Sus puestos ser¨¢n cubiertos por actores desconocidos, por becarios del arte dram¨¢tico que trabajan casi sin cobrar.
En un comunicado cargado de sarcasmo, Kelley justifica los despidos en "los efectos de la nueva realidad creativa y econ¨®mica". Hace unos meses, cuando la ABC empez¨® a cambiar el horario de emisi¨®n de El abogado para colocar m¨¢s realities, Kelley se quej¨® de la "pasmosa estupidez" de los programadores. Ahora acepta la "nueva realidad" consciente de que es justamente ¨¦sta la que est¨¢ terminando con su carrera.
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