Los nuevos tempranillos de la Ribera del J¨²car

En el l¨ªmite este de la provincia conquense, donde el pino mediterr¨¢neo inicia la mancha verde y arom¨¢tica, las noches son frescas y el viento viene cargado de humedad recogida en la cuenca del r¨ªo J¨²car; all¨ª donde el secarral se ablanda, y el guijarro forma una capa profunda que evita la evaporaci¨®n y rebota la luz contra las uvas, ha nacido una nueva denominaci¨®n de origen, por nombre Ribera del J¨²car, alumbrada bajo los auspicios de la nueva Ley del Vino, lo que hace que sea la primera denominaci¨®n espa?ola en la que sus vinos han sido juzgados y certificados por un organismo externo e independiente, en este caso el Ivicam (el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha).

Ribera del J¨²car es una zona peque?a, de apenas 9.000 hect¨¢reas de superficie, donde los viticultores se agrupan mayoritariamente en cooperativas, y donde el vino tinto, de soberbia calidad, ve¨ªa frustrada su carrera hacia el reconocimiento p¨²blico al ser vendido casi exclusivamente a granel. De estas tierras y estas vi?as se han nutrido bodegas prestigiosas, situaci¨®n aberrante que la nueva denominaci¨®n de origen trata de remediar. Tienen que recorrer un largo y dif¨ªcil camino hasta conseguir que toda su producci¨®n se venda embotellada, lo que depender¨¢ en gran medida del esfuerzo en promoci¨®n y comercializaci¨®n. Porque la bondad de sus vinos es ya un hecho indiscutible, particularmente sus j¨®venes tintos de tempranillo, de color rojo viol¨¢ceo, bien cubiertos, intenso aroma frutal (mora, cereza, cassis) y excelentes taninos dulces de sorprendente expresividad, que en la boca se resuelven en el tacto suave, la amplitud s¨¢pida, el gusto largo y perfumado. Y casi todos a un precio irresistible.