La 'traici¨®n' de SCO
La antigua compa?¨ªa de Linux reclama ahora parte de la propiedad del sistema operativo y amenaza con demandar a sus usuarios
SCO ha enfadado a toda una comunidad, ha insinuado acciones legales contra las 1.500 mayores empresas del mundo y ha clausurado su l¨ªnea de negocio de mayor crecimiento, Linux.
"Oye, SCO, soy un usuario de Linux, dem¨¢ndame". Unos 3.000 defensores del sistema operativo Linux han firmado esta petici¨®n para que SCO les lleve a los tribunales, tal y como ha hecho con IBM. Es una respuesta, planteada con iron¨ªa, a una demanda que ha sorprendido, cuando no encolerizado, a todo un colectivo. La red inform¨¢tica de SCO sufri¨® un ataque de piratas el pasado 5 de mayo, y la compa?¨ªa lo ha atribuido a "parte de la comunidad Linux, que est¨¢ en contra de que SCO haga valer sus derechos legales". Los programadores de software libre suelen ser muy activos en sus peticiones y quejas, aunque el enfado responde en buena parte a que SCO era, hasta hace muy poco, uno m¨¢s en la comunidad.
Santa Cruz Operation (SCO), con sede en Utah (EE UU), tiene una curiosa historia. Naci¨® en los a?os 80 para vender consultor¨ªa en torno a Unix, un sistema operativo que era muy apreciado por las empresas, ya que, frente a los grandes sistemas propietarios de compa?¨ªas como IBM, era desarrollado por m¨²ltiples proveedores. Todos pagaban, en todo caso, una licencia al creador original de Unix, AT&T. M¨¢s tarde, esta compa?¨ªa vendi¨® el c¨®digo del sistema a Novell, que a su vez lo vendi¨®, en 1995, a SCO.
Ese mismo a?o nac¨ªa otra compa?¨ªa, llamada Caldera, que describ¨ªa su modelo de negocio con la frase Linux para empresas. El sistema operativo Linux comenzaba entonces a destacar como una alternativa muy seria, especialmente en las empresas y las administraciones p¨²blicas, a los otros dos grandes sistemas del mercado, el Windows de Microsoft, y el Unix que licenciaba SCO. Linux era muy similar a Unix, pero ten¨ªa una caracter¨ªstica muy especial. Se trata de un sistema de libre modificaci¨®n y uso, es decir, nadie debe pagar por su licencia.
En 2001, Caldera compraba SCO con la idea de fundir en una ¨²nica empresa la experiencia que ten¨ªa cada una de ellas en los dos sistemas favoritas de las grandes empresas: Unix era el ¨¢rea de SCO; Caldera era una de las mayores distribuidoras de Linux. La fusi¨®n le cost¨® a Caldera 23 millones de d¨®lares en efectivo, y SCO pas¨® a llamarse Caldera Internacional.
Pero pronto comenzaron los problemas financieros. En 2001, la compa?¨ªa perdi¨® 131.000 millones de d¨®lares, y las cosas empeoraron en el primer trimestre de 2002, cuando tuvo que rectificar a la baja sus previsiones y despedir al 15% de su plantilla. Los antiguos directivos de Caldera, con su fundador Ransom Love a la cabeza, desaparecieron de la direcci¨®n, y en agosto de 2002, la compa?¨ªa volv¨ªa a cambiar su nombre: era, de nuevo, SCO.
La multinacional segu¨ªa teniendo problemas. En 2002 perdi¨® 24.877 millones de d¨®lares, y sus acciones se desplomaron en la Bolsa desde los m¨¢s de 120 d¨®lares que lleg¨® a valer en 2000, hasta casi un d¨®lar, a mediados de 2002. La compa?¨ªa decidi¨® entonces crear una divisi¨®n, llamada SCOsource ("fuente"), para gestionar los derechos de su propiedad intelectual sobre Unix y demandar a quienes la incumplieran. Contrat¨®, adem¨¢s, al pol¨¦mico abogado David Boies, que ha representado al Gobierno de EE UU en su pleito contra Microsoft y a la web de intercambio de m¨²sica Napster.
La cuesti¨®n del 'kernel'
Seg¨²n explica Jes¨²s Vega, director general de SCO en Espa?a, la compa?¨ªa encarg¨® a tres grupos independientes de programadores que confirmaran algo que sospechaban desde hac¨ªa tiempo: el kernel o coraz¨®n del c¨®digo de Linux copia porciones del de Unix. En ese momento, Linux era ya uno de los sistemas operativos m¨¢s populares del planeta, y si cada uno de sus usuarios tuviera que pagar por su licencia, SCO obtendr¨ªa ingresos millonarios.
SCO decidi¨® dar el siguiente paso: demand¨® a IBM en los tribunales de Utah por competencia desleal y robo de informaci¨®n confidencial. Le acusa de violar la licencia de Unix, porque ha copiado parte de su c¨®digo en el de Linux, y le exige 1.000 millones de d¨®lares como compensaci¨®n.
?Por qu¨¦ IBM, y no cualquier otra de las cientos de empresas que distribuyen Linux? "Con IBM vimos que, claramente, tenemos un caso. No s¨¦ si hay otros", explica Vega, que asegura que la compa?¨ªa trat¨® de llegar a un acuerdo con IBM antes de llegar a juicio. El gigante azul niega, por su parte, que SCO tratara de negociar.
Los cientos de miles de programadores que forman la comunidad de Linux, que son quienes mantienen y distribuyen el programa, niegan la validez de las demandas de paternidad de SCO sobre el sistema, creado en 1991 por el joven programador finland¨¦s Linus Torvalds. Las opiniones de los foros de Internet reflejan que los linuxeros creen que SCO trata desesperadamente de ganar dinero a costa de su propiedad intelectual sobre Unix, demandando a la empresa m¨¢s grande del sector. Vega niega que SCO haya elegido para litigar un momento de debilidad econ¨®mica: "Estas cosas se hacen cuando se conocen".
En un principio, SCO quiso dejar claro que ¨¦ste era un caso contra IBM, y s¨®lo contra ella. "Una parte de nuestro negocio es Linux. No tenemos nada en contra de la comunidad", dec¨ªa su presidente, Darl McBride, en una rueda de prensa celebrada a finales de marzo. SCO formaba parte de UnitedLinux, una asociaci¨®n de empresas del sector, y segu¨ªa vendiendo desarrollos de Linux incluso despu¨¦s de plantear la demanda contra IBM.
Pero la compa?¨ªa ha cambiado de opini¨®n. La semana pasada decidi¨® suspender todas sus actividades relacionadas con Linux. ?Por qu¨¦ decide el padre de Linux dejar de distribuirlo? "No podemos garantizar su propiedad intelectual", explica SCO. Adem¨¢s, ha enviado cartas a las 1.500 mayores empresas del mundo explic¨¢ndoles que Linux es una "distribuci¨®n no autorizada de Unix" y que cierta "responsabilidad legal puede recaer tambi¨¦n en el usuario final". "Al igual que la industria musical [que ha comenzado a demandar a usuarios que descargan m¨²sica de Internet sin pagar derechos de autor] estamos preparados para tomar las decisiones necesarias para detener la violaci¨®n de nuestra propiedad intelectual", a?ad¨ªa la misiva.
"Esta decisi¨®n representa", explica un informe de la consultora IDC, "un uso agresivo de la estrategia de miedo, incertidumbre y duda [FUD, en sus siglas en ingl¨¦s], muy popular entre las grandes compa?¨ªas de la industria inform¨¢tica". Las consultoras han coincidido en tranquilizar a los usuarios de Linux respecto a las consecuencias de este caso. Adem¨¢s de que podr¨ªa durar a?os, el coste que supondr¨ªa para SCO demandar a cada una de las miles de empresas que, en todo el mundo, desarrollan y usan Linux es inconcebible. Juantom¨¢s Garc¨ªa, presidente de Hispalinux, destaca que el propio car¨¢cter libre del sistema supone que, incluso en el caso de que hubiera que modificarlo, "la comunidad sustituir¨ªa la parte del c¨®digo que se supone que pertenece a SCO en semanas".
La decisi¨®n de SCO s¨ª ha molestado a sus propios clientes, pero la empresa asegura que no les demandar¨¢ por utilizar su Linux que, evidentemente, tambi¨¦n viola su propia propiedad intelectual. "Ciertamente, algunos se han sorprendido", reconoce Vega, aunque recuerda que la compa?¨ªa mantiene todos sus compromisos de mantener sus sistemas. "Deb¨ªamos garantizar nuestra propiedad intelectual", resume, aunque reconoce: "No son decisiones f¨¢ciles de tomar".
Para SCO puede ser, efectivamente, muy duro. Ha enfadado a toda una comunidad; ha sorprendido a sus clientes y ha insinuado acciones legales contra las 1.500 mayores empresas del mundo; se ha enemistado con la mayor empresa del sector, impidendo, adem¨¢s, que IBM distribuya sus productos; y ha cerrado su l¨ªnea de mayor crecimiento, Linux. "Cuando tomas una decisi¨®n as¨ª, siempre hay riesgos", reconoce Vega. "Pero deb¨ªamos actuar", insiste. SCO afronta un futuro complicado y, entre otras cosas, tendr¨¢ que cambiar pronto su n¨²mero de tel¨¦fono de atenci¨®n al cliente. El actual termina con la frase "GO-LINUX" ("¨¢nimo, Linux").
El papel de Microsoft
Esta semana ha ca¨ªdo la ¨²ltima gota en el vaso de la indignaci¨®n de los linuxeros contra SCO. Microsoft, la empresa m¨¢s odiada en la comunidad del software libre, anunciaba el lunes que va a pagar a SCO la licencia de uso de Unix. Microsoft dice que conocer el c¨®digo le ayudar¨¢ a mejorar el cambio de un sistema Unix a Windows, y adem¨¢s le evitar¨¢ problemas legales. La opini¨®n en los foros linuxeros es que Microsoft trata de alimentar la batalla de SCO contra Linux. Eric Raymond, uno de los m¨¢s conocidos promotores del software de c¨®digo abierto, aseguraba: "Todo el dinero que Microsoft d¨¦ a SCO ayudar¨¢ a que SCO perjudique a Linux. Es as¨ª de simple". "Las acciones [de SCO] podr¨ªan tener un impacto positivo en Microsoft", confirma el informe de IDC.
SCO y Microsoft tienen una larga historia de relaciones y enfrentamientos, que culminaron en una demanda de Caldera en 2000 porque Microsoft trataba de "matar" su sistema DR-DOS. Microsoft pag¨® 60 millones de d¨®lares para cerrar el caso. Una noticia de la agencia AP destacaba el mi¨¦rcoles que SCO ha comenzado, esta misma semana, a destruir los documentos de este asunto. El valor de las acciones de SCO en la Bolsa se ha duplicado tras el anuncio de Microsoft.
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