Enferma de 91 a?os
El pasado mi¨¦rcoles, 30 de abril, acud¨ª con mi madre, de 91 a?os, a la cita que ten¨ªamos con cirug¨ªa pl¨¢stica, a las 12.06 horas en el Hospital Civil. Era ¨¦sta la tercera cita por el mismo motivo. Semanas atr¨¢s, en el ambulatorio, la doctora de cabecera, a la vista de unas verrugas en las axilas, le hab¨ªa cursado una cita con dermatolog¨ªa y fue el dermat¨®logo, semanas despu¨¦s, ya en el Hospital Civil, quien nos comunic¨® la necesidad de esta nueva cita del mi¨¦rcoles 30. Tal y como suele ocurrir, las 12.06 horas se convirtieron en una fastidiosa espera de una hora aproximadamente (para las esperas no hay d¨¦cimas y cent¨¦simas horarias) en un pasillo, expuestos a corrientes de aire y con escasos y precarios asientos para los que all¨ª est¨¢bamos.
Despu¨¦s de una fugaz observaci¨®n, el cirujano ratific¨® el diagn¨®stico anterior y rellen¨® un pliego para el preoperatorio. Ante tan escasa cosecha, es decir, la mera confirmaci¨®n del diagn¨®stico del especialista, despu¨¦s de haber cogido un taxi desde la otra punta de M¨¢laga y de haber esperado una hora con una mujer de 91 a?os con problemas cardiorrespiratorios, y ante la eventualidad de nuevas visitas en parecidas condiciones para las pruebas que requiere la extirpaci¨®n, le comuniqu¨¦ mi enfado al m¨¦dico, quien en lugar de decirme que ten¨ªa que haber dos m¨¦dicos en lugar de uno atendiendo a los pacientes, como reconoci¨® la enfermera, y de ver de qu¨¦ manera podemos contribuir a sortear o combatir la desidia de la Administraci¨®n en la generalidad de los servicios p¨²blicos, me manifest¨® su incomodidad con mi actitud y me reclam¨® paciencia, resignaci¨®n o algo as¨ª, argumentando que llevaba as¨ª, sin parar, desde las ocho de la ma?ana.
En la sala de admisiones y consultas, despu¨¦s de que tuviera que hacer dos colas por la falta de se?alizaci¨®n diferenciada de uno y otro servicio, me encontr¨¦ con el siguiente panorama: el d¨ªa 29, mi madre, de 91 a?os, tiene que estar en ayunas a las 8.00 horas en el Hospital materno para unos an¨¢lisis y a las 8.59 horas (sic) en el Hospital Civil para otras pruebas. El 5 de junio seguir¨¢n las pruebas para anestesia para una hora cuyas d¨¦cimas y cent¨¦simas no recuerdo...
Menos mal que la se?ora que nos dio las citas intent¨® calmarme asegur¨¢ndome que las horas eran aproximadas y que comprend¨ªa mi enojo por la falta de sentido com¨²n al no facilitar las pruebas, al menos, en un d¨ªa, dadas las condiciones de la paciente. Por cierto, en tres ocasiones le preguntaron la edad.
En el taxi, de vuelta, pensaba en la manera tan indigna con que los administradores p¨²blicos nos empujan a los servicios privados o concertados. Recordaba aquellos ministros y cargos p¨²blicos de la reforma educativa que mientras nos vend¨ªan las bondades de la LOGSE se preocupaban de enviar a sus hijos a centros privados.
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