"Sin l¨ªmite"
En medio de la pasada campa?a electoral escuch¨¦ un mitin de Esperanza Aguirre. El p¨²blico era un grupo de pensionistas a los que la entonces candidata del PP a la Comunidad de Madrid les promet¨ªa una serie de beneficios. Nada raro. Lo que me impresion¨® era c¨®mo acababa Aguirre cada una de sus ofertas: "Sin l¨ªmite", dec¨ªa.
Ese "sin l¨ªmite" es propio de sociedades ricas sin problemas econ¨®micos. Lo que no es el caso. M¨¢s extra?o era que el discurso lo ejercitase una persona que muchas veces ha hecho gala de su ideolog¨ªa ultraliberal, aunque en la pasada campa?a la haya enmascarado en beneficio de los votos. Esperanza Aguirre sabe que es dif¨ªcil competir electoralmente, con voluntad de ganar, paseando a Von Hayek y a Margaret Thatcher por el Metro.
El ejemplo puesto es una an¨¦cdota. Pero la categor¨ªa es que de las muchas elecciones habidas en Espa?a desde 1977, en ninguna como en ¨¦sta los candidatos han ofrecido tantas cosas: tantos bienes y tantos servicios a un presunto coste cero. Con una caracter¨ªstica a?adida: que en pocos casos se ha dicho de qu¨¦ partida del presupuesto nacional, municipal o auton¨®mico saldr¨ªan tantos hospitales, carreteras, autopistas, viviendas p¨²blicas, colegios, deducciones fiscales, transportes p¨²blicos, etc¨¦tera.
Esta hiperinflaci¨®n de ofertas se produce en un contexto muy estancado: la econom¨ªa del mundo -tampoco la europea ni la espa?ola- est¨¢ para pocas alegr¨ªas. El comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios de la Uni¨®n Europea, Pedro Solbes, acaba de lanzar su voz de alarma por el progresivo deterioro de las finanzas p¨²blicas de la zona. ?nicamente seis pa¨ªses de los 15, que representan un peque?o 18% del PIB de la regi¨®n, lograron a finales de 2002 el equilibrio presupuestario exigido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Entre ellos, Espa?a, pero ya se sabe que para nuestros gobernantes el d¨¦ficit cero es dogma de fe. Adem¨¢s, las comunidades auton¨®micas tienen otro cors¨¦ adicional: la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que les impide endeudarse. Con estos condicionantes, de nuevo hay que hacerse la pregunta: ?con qu¨¦ recursos econ¨®micos se pondr¨¢n en marcha las promesas electorales con las que se han conquistado tantos votos?
Solbes mencionaba una combinaci¨®n de tres factores para explicar el alejamiento de las econom¨ªas europeas del equilibrio presupuestario: el aumento del gasto p¨²blico (en buena parte del gasto social, motivado por el incremento del desempleo), la rebaja de impuestos o unos presupuestos mal elaborados. ?Cu¨¢l de estas tres situaciones ser¨¢ la decisiva en el caso espa?ol? T¨¦ngase en cuenta que durante las ¨²ltimas semanas el Gobierno ha activado el Bolet¨ªn Oficial del Estado, a trav¨¦s de las decisiones en el Consejo de Ministros, con consecuencias presupuestarias. Un caso de confusi¨®n de intereses particulares (los del PP) con los intereses generales (los del Gobierno).
Y ¨¦ste es el elemento m¨¢s preocupante de la fuga hacia adelante. No sus repercusiones econ¨®micas, que tambi¨¦n, sino el reflejo de las promesas incumplidas -o del abuso de los poderes del Estado- en la calidad de la democracia. ?Cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n de los ciudadanos cuando vean que no es posible cumplir con lo que les prometieron, que no hay l¨ªneas de metro para todos, ni hospitales en cada barrio, o que mucho de lo aprobado en las reuniones del Gabinete y luego publicitado con fanfarrias era m¨¢s ruido que nueces? Es en esa coyuntura cuando se multiplica el alejamiento del sistema, cuando aumenta el n¨²mero de abstencionistas para los siguientes comicios.
Los pol¨ªticos que han ca¨ªdo en la demagogia pasan a engrosar entonces las filas de la rebeli¨®n de las ¨¦lites: el momento en el que se desentienden del contrato social impl¨ªcito que hay en las sociedades y que funciona como organismo cohesionador de las mismas. La rebeli¨®n de las ¨¦lites, cuando se separan peligrosamente del resto de los ciudadanos, erosiona el capital social como pegamento que mantiene unido a la sociedad.
No se trata de que no haya promesas electorales, sino de que se eval¨²en, se explique cu¨¢nto cuestan, cu¨¢les son prioritarias y cu¨¢les habr¨¢ que dejar a un lado para poner en funcionamiento esa sociedad tan rica y "sin l¨ªmites" que nos han ofertado hasta la n¨¢usea.
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