El d¨ªa tranquilo de Torres Hurtado
La victoria del Partido Popular en las elecciones municipales en Granada ha sumido a los militantes socialistas en un mar de perplejidad. Nadie alcanzaba ayer a comprender la causa de la derrota aunque se apuntaban muchas: una campa?a blanda, una credulidad excesiva en los resultados de las encuestas que propugnaban la victoria o una reacci¨®n insospechada de votantes de ciertos barrios de la capital. Lo cierto es que la victoria del PP no es una novedad (en los ¨²ltimos tres mandatos ha sido el partido m¨¢s votado) y que su candidato, Jos¨¦ Torres Hurtado, ha sabido conectar con el ciudadano medio. La victoria del PP, sin embargo, contrasta con la predominancia de los partidos de izquierda en los pueblos del cintur¨®n, donde han emigrado en busca de vivienda barata cientos de familias de la capital con un perfil sociol¨®gico similar al del votante socialista.
Pero quien busque una sola raz¨®n no la encontrar¨¢. El PSOE, que aparentemente part¨ªa, como los restantes partidos de izquierda, con el viento a favor de las manifestaciones contra el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, no ha podido siquiera igualar los resultados de 1999. En cuatro a?os de gobierno el equipo de Jos¨¦ Moratalla ha perdido 4.487 votos, mientras que al PP le ha bastado con sumar 1.563 para lograr la mayor¨ªa absoluta.
El jueves pasado, los responsables de la campa?a municipal del PSOE, encontraron el primer indicio de la derrota. Las conclusiones del sondeo diario que los socialistas han hecho durante la campa?a advert¨ªan de que el PP lograr¨ªa la mayor¨ªa absoluta. La misma conclusi¨®n ofrecieron las cifras del viernes, pero el optimismo era de tal magnitud que nadie les concedi¨® la importancia debida.
Pero a medida que se aproximaba el 25 de mayo el denominado voto oculto parec¨ªa florecer. Al final, los socialistas no s¨®lo no incrementaron, como pretend¨ªan, los votos de 1999 sino que perdieron casi 4.500, un n¨²mero suficiente para entregar la alcald¨ªa a Jos¨¦ Torres Hurtado. IU, por su lado, tampoco aprovech¨® el supuesto cicl¨®n de votos de izquierda procedente de las manifestaciones contra el Gobierno y los 9.936 votos de 1999 se quedaron en 9.055.
Ayer los militantes socialistas que han seguido muy cerca la campa?a eran incapaces de articular una raz¨®n. En cualquier caso, a tenor de los resultados, el porqu¨¦ no hab¨ªa que buscarlo fuera, sino dentro de los propios planteamientos electorales del PSOE. La concentraci¨®n del voto nacionalista en una sola fuerza (ahora dividido entre el Partido Andalucista y el Partido Socialista de Andaluc¨ªa) no hubiera servido para nada. Tampoco habr¨ªa valido sumar los votos de Los Verdes al PSOE.
?Qu¨¦ ha pasado? El ¨²nico dato cierto es que la tendencia hacia el PP en Granada capital contrasta con el mantenimiento del cintur¨®n rojo en los pueblos del extrarradio. Localidades como Albolote, Atarfe, Santa Fe, La Zubia, Pinos Puentes o Alfacar (todas ellas convertidas en zonas residenciales o pueblos dormitorio) revalidaron el domingo su apoyo a la izquierda. El fen¨®meno de la emigraci¨®n hacia el extrarradio de familias j¨®venes, con hijos y un poder adquisitivo medio-alto, que responden en cierta medida a la tipolog¨ªa del votante socialista, era uno de los factores al que los analistas daban vueltas para justificar que por tercer mandato consecutivo el PP haya sido en Granada el partido m¨¢s votado.
Pero ?vale esta causa para explicar la derrota? Indudablemente no. Algunos socialistas manifestaron ayer que la campa?a no ha sido correcta. Jos¨¦ Moratalla opt¨® por dar una imagen m¨¢s de alcalde que de candidato, mientras que su oponente, Jos¨¦ Torres Hurtado, ha incrementado sus dotes de convicci¨®n a medida que avanzaba la campa?a. Moratalla, adem¨¢s, ha tenido muchas dificultades para vender las consecuciones de cuatro a?os de mandato. La mayor¨ªa de las inversiones del equipo de gobierno saliente han sido muy espec¨ªficas y se han concentrado en barrios o en ¨¢reas determinadas de barrios de Granada. Dif¨ªcilmente se pod¨ªa ofrecer una visi¨®n de conjunto de la actuaci¨®n municipal cuando la micropol¨ªtica ha sido la base exclusiva de la actuaci¨®n.
Torres Hurtado, por su parte, haciendo caso omiso a las encuestas en su contra, ha visitado cada uno de los barrios y su actividad ha sido fren¨¦tica. En los d¨ªas inmediatamente anteriores a las elecciones el pr¨®ximo alcalde de Granada se dio un ba?o de popularidad en el Zaid¨ªn, el barrio m¨¢s habitado de Granada y donde los primeros indicios apuntan a que ha habido un notable incremento del voto al PP.
La construcci¨®n por parte del equipo de Moratalla de un carril-bici que vertebra la avenida principal del Zaid¨ªn, y por el que pasa, seg¨²n sus detractores, un ciclista cada dos o tres horas, ha abierto una gran pol¨¦mica. De la magnitud da idea que Torres Hurtado anunciara, en una entrevista a este peri¨®dico, que su primer acto como alcalde consistir¨ªa en suprimir el carril para bicicletas.
La otra gran decepci¨®n del PSOE y de IU ha sido el esperado voto joven, esto es, el voto procedente de los miles de personas, muchas de las cuales votaban en estas elecciones por primera vez, y que en apariencia iba a premiar a la izquierda. El voto no se ha visto.
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