Una izquierda en marcha
Una izquierda plural avanza y se impone, con 600.000 votos m¨¢s que la derecha, en 87 ciudades de 118 y empata en cinco. Sus partidos han redistribuido su propio poder con trasvases internos de forma muy interesante. Contin¨²a la hegemon¨ªa del PSC con mucha distancia, pero sus largos a?os de gobierno local han producido un cierto desgaste inevitable, s¨®lo reparado en el futuro con la ayuda de la autocr¨ªtica y la renovaci¨®n impuestas por ICV y ERC, fortaleciendo una l¨ªnea m¨¢s de izquierda frente a la tentaci¨®n conservadora de lo conseguido ya. Ca¨ªdas algunas mayor¨ªas absolutas, se ampliar¨¢n los pactos de progreso y eso es positivo para la unidad de acci¨®n de los tres partidos. En especial, supondr¨¢ para ERC un mayor predominio del progresismo social sobre la pasi¨®n soberanista y sobre la tendencia a dar ox¨ªgeno a una CiU declinante, ya que ahora aumenta su papel en el seno de la izquierda y se da un retroceso imparable de la derecha nacionalista, la cual, adem¨¢s, pierde el soporte actual del PP, pues su muy peque?a base est¨¢ ideologizada y dispuesta a batirse por su cuenta desesperadamente con la izquierda ante el avance general del socialismo. Todo ello confirma la estrategia de Maragall (siempre frentista) de promover gobiernos de progreso en municipios y Generalitat para desbancar por fin a la derecha catalana. Su versi¨®n espa?ola se halla en los pactos que tambi¨¦n Rodr¨ªguez Zapatero promueve con IU y los partidos regionalistas y nacionalistas; incluidos, en cuanto sea factible, los vascos para soldar la dram¨¢tica fractura de Euskadi.
Durante el poco tiempo que falta para las elecciones auton¨®micas, la estrategia m¨¢s razonable de la izquierda ser¨ªa dejarse de disensiones y cr¨ªticas mutuas, y constituir un frente unido que movilice a la juventud y a los grupos ecologistas, pacifistas y anticapitalistas para que no se pierdan votos por un exceso de dispersi¨®n, de purismo antisistema y falta de realismo. Los nuevos consistorios progresistas debieran adoptar r¨¢pidamente pol¨ªticas que los ciudadanos visualizaran como el anticipo de lo que ser¨ªa una Generalitat de verdad nacional y de progreso. Muchos de los que hasta hace poco votaron a la derecha por patriotismo ingenuo se pasar¨ªan con gusto a la nueva izquierda en marcha; esa nueva izquierda, unida y eficaz en su pluralidad, que la victoria del domingo ha hecho posible.
J. A. Gonz¨¢lez Casanova es profesor de Derecho Constitucional de la UB.
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