"Nunca quise ser como las dem¨¢s, ni otra que yo misma"
Eva Marton inquieta, como m¨ªnimo. La soprano h¨²ngara, que a partir de ma?ana interpreta en el Teatro Real al hada Morgana en el estreno mundial del Merl¨ªn de Isaac Alb¨¦niz, cierra mucho los ojos y es mejor, porque cuando los abre hace hipnotismo con su mirada azul y el punto negro que tiene en el centro, ¨¦se que utiliza para llevarte hacia el abismo. Luego empieza a hablar y suelta cosas de aut¨¦ntica diva o de madrastra de cuento, con una risa firme y bien calculada que se explica a la perfecci¨®n cuando dice: "Se puede matar y hacer mucho da?o sonriendo, ?no?".
Con esa frase, se entiende que la hayan elegido para el papel de la bruja que quiere hacerle la pu?eta al mago que concibieron Isaac Alb¨¦niz y Francis Money Coutts, su mecenas y su libretista, en la ¨®pera que ha tenido que esperar m¨¢s de 100 a?os para verse escenificada. Eva Marton pasa hoy tambi¨¦n a la historia de la l¨ªrica espa?ola con esta presentaci¨®n mundial, y todos esperan y desean que sus artes de magia sirvan para que esta pieza, escondida, y finalmente recuperada del olvido por Jos¨¦ de Eusebio, el director musical, que consigui¨® grabarla hace cinco a?os en disco, quede fijada tambi¨¦n en el repertorio. "Esto va a ser muy importante", predice.
Marton defiende a Morgana con u?as y dientes y sonriendo, claro. En teor¨ªa, es el hada mala. El reverso tenebroso, una Darth Vardesa de peligro y ambiciosa, que quiere robarle las artes a Merl¨ªn. Pero ella lo niega. "No, no, Morgana no es mala. S¨®lo quiere quitarle los poderes a Merl¨ªn, pero eso es lo que ocurre en todas partes, ?no cree?".
El caso es que a ella le encantan las malvadas, las mujeres de armas tomar y con mucho misterio. "No quiero ser una ni?a inocente nunca m¨¢s. Me gustan las otras", asegura. Las fuertes, las luchadoras. Las Kundrys, Brunildas y Ortruds en el Parsifal, El anillo del Nibelungo y Lohengrin, de Wagner; las Toscas y Turandots, de Puccini; la Elektra, de Strauss, con la que debut¨® en el Teatro Real en 1998... Ha cantado de todo, pero ha triunfado m¨¢s con ellas. "Puedo hacer lo que quiera con mi voz ahora y tambi¨¦n soy mejor actriz que nunca. Disfruto mucho actuando", explica.
Todo su inmenso cat¨¢logo de papeles, con Mozart, Verdi, Bart¨®k, Chaikovski, Rossini, Haendel y los mencionados arriba, tras 35 a?os de carrera, est¨¢n volcados en su p¨¢gina web -www.evamarton.com-. Pero no lleva la cuenta. Y ni siquiera ha echado un vistazo a su portal interactivo. "No lo he visto jam¨¢s", asegura. "No me contemplo a m¨ª misma porque me conozco bastante bien. Tampoco escucho mis discos. Quiz¨¢, cuando sea vieja y est¨¦ cansada me dedique a ver mis DVD. Pero ahora no. No estoy cansada, ni retirada", asegura.
No se arrepiente ni a?ora nada de lo que ha hecho. "?Por qu¨¦ deber¨ªa tomar precauciones al elegir algo? Si he podido cantar tantos a?os es porque he ido paso a paso, con buena cabeza, sin prisa", afirma. "Por eso ahora tengo muy buena t¨¦cnica, porque despu¨¦s de tantos experimentos voy lanzada". Con esa seguridad pasmosa en s¨ª misma no extra?a nada su lema: "Nunca quise ser como las dem¨¢s y nunca he querido ser otra que yo misma".
La frase de ley consta en el cat¨¢logo del festival internacional que ella dirige, el Miskolci Nemzetk?zi, a 150 kil¨®metros de Budapest y que est¨¢ dedicado a B¨¦la Bart¨®k cada a?o junto a un gran nombre de la ¨®pera. Es su tributo personal al compositor que m¨¢s ama. "Los estudiantes cuelgan en sus habitaciones a los cantantes pop. Yo ten¨ªa una foto de B¨¦la Bart¨®k, me gustaban sus ojos. Mi ¨®pera favorita es El castillo de Barbazul, tuve que cantarla para mi ingreso en la Academia Franz Liszt, de Budapest", afirma.
Una escuela m¨ªtica
All¨ª se form¨® como cantante, pianista y gran m¨²sica. Y con esa escuela m¨ªtica, donde estudiaron Liszt, Bart¨®k, Kurtag, quiere colaborar a fondo. "Cuando me retire quiero devolver a los j¨®venes mi experiencia, mi conocimiento, me gusta la gente y me gusta ense?ar", confiesa. Pero es algo que ya va haciendo cada vez m¨¢s. "Muchos j¨®venes me piden que les escuche. Me dicen incluso que me pagan por escucharles. Yo no acepto su dinero. S¨®lo les digo que voy a decirles la verdad". ?Y qu¨¦ les aconseja? "Que miren detr¨¢s de las partituras, que est¨¦n atentos a lo que el compositor les quiere transmitir, que tengan cuidado al cantar, porque lo que decimos es muy bello, es poes¨ªa".
Mientras llega el momento de la retirada, "que tardar¨¢", avisa, y no es farol porque tiene compromisos firmados hasta 2008, por lo menos, se conserva fuerte y lucha por mantenerse en forma, algo a lo que le ayuda su marido, el doctor Zoltan Marton, que la pone a punto como una m¨¢quina de relojer¨ªa en los d¨ªas que pasan en Montecarlo, donde tienen su residencia. "Tomo vitaminas. Ando una hora diaria, al menos, juego al tenis, nado y monto en bicicleta", afirma.
Esa fuerza la dejar¨¢ notar estos d¨ªas en el Real, junto al reparto que encabeza David Wilson-Johnson, Stuart Skelton y Carol Vaness dirigidos por John Dew en escena y Jos¨¦ de Eusebio en el foso, joven maestro espa?ol que se ha peleado a fondo durante a?os para que Merl¨ªn se estrenara dignamente. Marton, que ha trabajado con los grandes, ve madera firme en ¨¦l: "Escucha, dialoga, entiende a los cantantes, ser¨¢ una figura, es muy bueno", sentencia la diva.
Babelia
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