El testamento provisional de un escritor
Felipe Ben¨ªtez Reyes re¨²ne en 'Trama de niebla' sus poemas escritos entre 1978 y 2002
Felipe Ben¨ªtez Reyes (Rota, C¨¢diz, 1960) acaba de publicar Trama de niebla en la colecci¨®n Nuevos Textos Sagrados de Tusquets Editores. Ben¨ªtez Reyes recoge en este libro la poes¨ªa escrita entre 1978 y 2002. El volumen recopila sus libros de poemas (Para¨ªso manuscrito, Los vanos mundos, Pruebas de autor, La mala compa?¨ªa, Sombras particulares, El equipaje abierto y Escaparate de venenos). El libro tambi¨¦n agrupa poemas in¨¦ditos y composiciones recogidas en revistas y publicaciones diversas.
El escritor gaditano apenas ha hecho correcciones al preparar este libro. El autor se?ala que, seg¨²n va cumpliendo a?os, le resulta m¨¢s complejo escribir poes¨ªa. "He quitado alg¨²n adjetivo que me parec¨ªa excesivo, alguna cosilla de detalle. Cada vez me cuesta m¨¢s escribir un poema. Se tiende a desde?ar ese poema que es una m¨ªnima variaci¨®n sobre algo que has escrito. Para un poema nuevo tiene que haber un est¨ªmulo intenso. Por eso la escritura de poes¨ªa cada vez se espacia m¨¢s. Cuando tienes el germen de un poema, te das cuenta de que ya lo ten¨ªas escrito", comenta Ben¨ªtez Reyes. El autor ironiza con la pel¨ªcula Atrapado en el tiempo a la hora de describir su actitud ante la poes¨ªa: "Ocurre como con el D¨ªa de la Marmota, que te dices: 'ese tema ya lo trat¨¦".
"Mis poetas favoritos son Jorge Luis Borges, T. S. Eliot y Luis Cernuda"
"La poes¨ªa es la sucesi¨®n de los fantasmas que has sido durante tu vida"
El escritor de Rota ve en la poes¨ªa una forma de biograf¨ªa que recoge las distintas visiones del mundo, concepciones, actitudes y talantes que configuran la vida de una persona. "Los primeros poemas los he mirado con el rabillo del ojo. La poes¨ªa es la sucesi¨®n de los distintos fantasmas que has sido a lo largo de tu vida. Te das cuenta de que aquella persona que escribi¨® esos poemas hace 20 a?os ya no existe, pero sigue formando parte de ti", comenta. "Todos los poemas que uno va escribiendo van teniendo algo de testamento provisional. Las oscilaciones de ese fantasma que eres van siendo continuas", agrega Ben¨ªtez Reyes.
La poes¨ªa da cuenta asimismo de las emociones y las preocupaciones que, en un momento dado, tuvieron una pujanza inesquivable y que, con el paso del tiempo, se convirtieron en cenizas. "Releer tu poes¨ªa es una manera de revivir emociones que has rectificado, encontrarte con alguien que est¨¢ ejerciendo una especie de introspecci¨®n que ya no coincide con el momento actual. Es una especie de sensaci¨®n rara que te deja flotando en el vac¨ªo", explica Ben¨ªtez Reyes.
La poes¨ªa supone tambi¨¦n una barrera contra las inevitables celadas de la memoria. "La poes¨ªa es una manera de fijar y de ordenar emocionalmente tu vida. Si no escribes, gran parte de tu vida desaparece, queda sujeta a los caprichos de tu memoria", dice el autor.
En la poes¨ªa de Ben¨ªtez Reyes ha habido siempre unas constantes, tanto en el fondo como en la forma. "Desde el principio me interes¨® el poema como estructura. Y me parece importante que el poema tenga un fondo tem¨¢tico, un agarre tem¨¢tico. A lo mejor con 20 a?os me interesaba buscar una met¨¢fora deslumbrante. Ya no me preocupa. Por una raz¨®n: porque ya no s¨¦ qu¨¦ me preocupa", agrega el escritor gaditano.
La poes¨ªa de Ben¨ªtez Reyes elude el brillo colorista y las pirotecnias verbales. Con el tiempo ha buscado un territorio cada vez m¨¢s esencial y reflexivo. La tr¨ªada de sus poetas m¨¢s apreciados no deja lugar a dudas sobre cu¨¢l es el universo por el que le gusta moverse: el de los autores en los que la inteligencia y la reflexi¨®n son una palanca fundamental. "Mis poetas favoritos son Jorge Luis Borges, T. S. Eliot y Luis Cernuda. Podr¨ªan ser una sant¨ªsima trinidad. Tambi¨¦n me gustan muchos modernistas de segunda fila, muchos simbolistas franceses de segunda fila, una determinada poes¨ªa norteamericana...", indica. Ben¨ªtez Reyes ha sido traductor de la poes¨ªa de Eliot y Nabokov.
"Cada poeta va troceando de las distintas tradiciones y creando ese traje a medida que acaba siendo su propia tradici¨®n y en el que busca hueco", agrega el escritor.
Con todo, Ben¨ªtez Reyes no es un autor limitado a la poes¨ªa. Su obra incluye novelas, relatos, ensayos y art¨ªculos. Entre sus novelas figuran La propiedad del para¨ªso, Trat¨¢ndose de ustedes, El novio del mundo y El pensamiento de los monstruos. Tambi¨¦n ha publicado los libros de relatos Un mundo peligroso y Maneras de perder; la novela juvenil Lo que viene despu¨¦s de lo peor; y los libros de ensayos y art¨ªculos Bazar de ingenios, Gente del siglo, Papel de envoltorio y El ocaso y el oriente. Tanta versatilidad no le ha provocado demasiados problemas porque concibe la literatura como un todo.
Los g¨¦neros no son para ¨¦l esas fronteras infranqueables que hacen vacilar a otros escritores. "La esencia de la literatura es la misma. Barajas un mismo factor: intentar encandilar con las palabras. La esencia es la misma para el que escribe un cuento, un poema o una novela", indica. "Las distinciones gen¨¦ricas son variaciones de m¨¦todo", concluye Ben¨ªtez Reyes.
Los espejos
Conciencias de mano los llam¨® Stevenson.
Su luz es de agua y plata, y es oscura:
hermana de la luna melanc¨®lica.
Los tienen las muchachas
como lagos de nieve en sus alcobas
y a veces prisioneros en sus bolsos.
Dicen que el tiempo pasa y son ingratos
despu¨¦s de aquellas noches que valen una vida.
Huelen a m¨¢rmol l¨²gubre
y son restos de un mundo que perdimos,
de un mundo destrozado que nos mira.
La flecha del tiempo
Nunca ser¨ªamos
como esos adultos -nos juramos-
que miraban ansiosos, turbiamente,
a trav¨¦s del cristal de las cafeter¨ªas
-como en aquel poema de Rimbaud-
la entrada de los j¨®venes altivos
en la cueva dorada de la noche.
Y sin embargo
ahora estamos aqu¨ª, sin entender gran cosa,ante un vaso de hielo y de ansiedad,
ara?ando con fiebre y con rencor
en el cristal del tiempo un espejismo.
Una forma de eternidad
Pero ?el miedo era esto?
No los amenazantes
fantasmas del pensamiento y la conciencia.No los largos pasillos de hospitales
con tubos fluorescentes d¨ªa y noche.
Ni siquiera el temblor de irrealidad
que se queda en el alma si recuerdas.
El miedo, al parecer, es sosegado:
te llega cuando cierras la ventana
y comprendes que todo cuanto miras
es lo mismo que ayer, y que lo mismo
volver¨¢ a ser ma?ana y para siempre.
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