Bochornoso simulacro
Saldo ganadero. No estaban equivocados los que presagiaban que con las figuras llegar¨ªan los problemas. El anovillado encierro, atacado de kilos, fue incapaz de sostenerse en pie, convirtiendo el presumible espect¨¢culo en un bochornoso simulacro. A ello se contribuy¨® en buena medida desde la presidencia hasta los propios toreros. Una tarde de verg¨¹enza para la fiesta y a la que no le vale el maquillaje de las orejas que cortaron Finito y El Juli. Ap¨¦ndices de saldo, sin ning¨²n valor, y que le siguen restando cr¨¦dito a la plaza de C¨®rdoba.
No atraviesa Joselito su mejor momento. Se aplic¨® lo justo para salir del paso. Una labor de funcionario, como se le critic¨® desde un tendido. El p¨²blico pic¨® en el anzuelo del torero y hasta le agradeci¨® lo aseado de su tarea. Los aficionados, no. Algunos hasta le pitaron cuando andaba ante la cara del segundo de su lote, el sobrero de Hermanos Tornay, un toro de embestida temprana mientras le duraron las fuerzas y al que Joselito no consigui¨® templarle los muletazos.
El Capea / Joselito, Finito, El Juli
Toros de El Capea, anovillados, sin fuerzas, inv¨¢lidos; el 4?, devuelto. Sobrero de los Hermanos Tornay, bien presentado. Joselito: estocada (aplausos); estocada trasera y perpendicular (saludos). Finito: estocada (oreja); media atravesada (bronca). El Juli: media y estocada ca¨ªda, descabello (silencio); estocada (oreja). Plaza de Los Califas, 3? de feria. Tres cuartos de entrada.
Finito reparti¨® para todos los gustos. Content¨®, sin m¨¢s, a sus leales, que consiguieron para el diestro la oreja en su primero. Y cabre¨® casi a todos por su complicidad a la hora de ejecutar en el caballo al quinto de la tarde, otro inv¨¢lido con el que no quiso retratarse. No le quit¨® ni las moscas.
El Juli tuvo que apechar con la decisi¨®n presidencial de dejar en el albero a su primero, que estuvo m¨¢s tiempo en el suelo que de pie. El madrile?o tuvo que esperar una ¨²ltima demostraci¨®n de fuerza del toro para que el diestro entrara a matar. Pese a la escasa condici¨®n del que cerraba plaza, El Juli tir¨® por la calle de enmedio y con una faena encimista y a su estilo triunfalista consigui¨® animar el tendido, que pidi¨® enfervorizadamente la oreja.
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