La ONU toma bajo su control el reparto de comida entre los habitantes de Bagdad
Naciones Unidas comenzar¨¢ el lunes a repartir alimentos entre 1,6 millones de personas
Tras m¨¢s de tres meses sin tener acceso a la distribuci¨®n gratuita de alimentos mientras los precios en el mercado se vuelven d¨ªa a d¨ªa m¨¢s prohibitivos a causa de una inflaci¨®n desbocada, el pr¨®ximo lunes, 1.600.000 vecinos de Bagdad recibir¨¢n alimentos distribuidos por Naciones Unidas al amparo del programa Petr¨®leo por Alimentos. Esto supone el primer paso en la reanudaci¨®n de la entrega de comida con cartillas de racionamiento a la poblaci¨®n civil, sistema que se inici¨® en 1995 luego del bloqueo al r¨¦gimen de Husein en 1991.
"Hasta ahora, el Programa Mundial de Alimentos [PMA, organismo dependiente de la ONU] se dedicaba a supervisar el proceso, pero ahora se tiene que encargar de todos los pasos, con lo que esto se convierte en la mayor operaci¨®n log¨ªstica de la historia de Naciones Unidas", indic¨® Antonia Paradela, portavoz del PMA en Irak. "Ahora nos encontramos con que nos faltan sacos donde meter harina, m¨¢quinas elevadoras en los centros de distribuci¨®n o pal¨¦s para almacenar los alimentos", a?adi¨®. El proyecto durar¨¢ en principio hasta el mes de septiembre, a la espera de que se decida cu¨¢l ser¨¢ el tipo de econom¨ªa que regir¨¢ en Irak.
Hasta la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, el pasado abril, los alimentos, comprados en su mayor¨ªa con los ingresos de las ventas de petr¨®leo que la ONU permit¨ªa a Irak, eran entregados al Ministerio de Comercio iraqu¨ª, que se encargaba de su distribuci¨®n. "Era un sistema corrupto. La tarjeta de racionamiento pod¨ªa ser retirada por motivos pol¨ªticos y los distribuidores de los barrios hac¨ªan lo que quer¨ªan", asegura Akram al Jalidi, un ingeniero de 29 a?os, residente en el barrio bagdad¨ª de Dora.
A pesar de sus defectos, el sistema funcionaba y permit¨ªa que al menos el 60% de la poblaci¨®n iraqu¨ª tuviera acceso gratuitamente todos los meses a harina, legumbres, aceite, az¨²car, t¨¦, leche en polvo y leche para ni?os peque?os, entre otros alimentos. Husein y su c¨ªrculo nunca lo vieron con buenos ojos y lo consideraban una injerencia en los asuntos de Irak. De hecho, el programa de ayuda alimentaria pudo haber comenzado en el verano de 1991, apenas tres meses despu¨¦s de la derrota iraqu¨ª en la primera guerra del Golfo, pero Sadam lo rechaz¨®. Adem¨¢s, las cifras de mortalidad infantil revelaron las irregularidades del reparto de alimentos. En el Kurdist¨¢n aut¨®nomo, donde Naciones Unidas ten¨ªa un mayor control del proceso, ¨¦sta era considerablemente menor que en el sur, donde el Ministerio de Comercio iraqu¨ª se hac¨ªa cargo de todo. Durante los ¨²ltimos a?os del r¨¦gimen de Sadam, la ayuda del Programa Mundial de Alimentos era la ¨²nica fuente de ingresos para unos 16 millones de iraqu¨ªes, seg¨²n datos que maneja la propia ONU. Cuando recib¨ªan la raci¨®n mensual, muchas familias vend¨ªan una parte de ¨¦sta para poder cubrir otras necesidades. Antes de que comenzara la guerra, Sadam orden¨® que se repartieran entre los ciudadanos las raciones correspondientes a varios meses para asegurar que no hubiera falta de alimentos y evitar una insurrecci¨®n por descontento popular. "Calculamos que la gente todav¨ªa tiene alimentos suficientes en casa hasta julio", se?al¨® Paradela.
En Bagdad, los almacenes de alimentos est¨¢n custodiados en su mayor¨ªa por soldados estadounidenses a bordo de veh¨ªculos blindados. "Tuvimos mucha suerte porque s¨®lo uno de los almacenes fue asaltado. El resto pudo ser protegido", explic¨® el responsable de un almac¨¦n que ya trabajaba en el lugar durante el r¨¦gimen de Sadam. Al otro lado de la puerta, varias personas se agolpan tratando de saber cu¨¢ndo volver¨¢ a recibir comida. "Es una verg¨¹enza", opina un hombre, padre de siete hijos. "Los que est¨¢n ah¨ª dentro", dice, "son los mismos que repart¨ªan la comida con Sadam. ?Qu¨¦ ha cambiado en este pa¨ªs?".
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