Testosterona para todos

Cuatro millones de estadounidenses est¨¢n ya utilizando pastillas, inyecciones y geles de testosterona para paliar los efectos del envejecimiento en los m¨²sculos, los huesos y la potencia sexual, pese a que no existen de momento rigurosas pruebas cient¨ªficas de su efectividad para esos fines. En Espa?a, la hormona masculina por excelencia se usa sobre todo, por el momento, para ganar masa muscular en los gimnasios y otros ambientes dedicados al culto del cuerpo, pero la moda norteamericana ya est¨¢ dando signos de infiltraci¨®n en las viriles tierras ib¨¦ricas. Aunque no hay consenso cient¨ªfico sobre la existencia de la andropausia, el equivalente masculino de la menopausia, muchos hombres en la cincuentena empiezan a mirar a la testosterona con la esperanza de que pueda retrasar su p¨¦rdida de vigor sexual, de masa muscular y ¨®sea, de libido y de energ¨ªa. La exigencia de receta coexiste en Espa?a con el mercado negro.