Un singular culebr¨®n dan¨¦s
Es Te quiero para siempre de las que se atienen al pie de la letra a las asc¨¦ticas reglas de rodaje exigidas por el movimiento Dogma, que pusieron en circulaci¨®n Lars von Trier y Thomas Vinterberg en 1995. Y lo cierto es que beneficia al filme la severidad de estos c¨®digos de filmaci¨®n, que no dejan en manos del realizador ninguna posibilidad de que ¨¦ste acuda al respiradero de un simple adorno, sino que le obligan a ir sin circunloquios al grano del asunto que maneja, por ¨¢spero e inh¨®spito que sea. Esto se debe a que la sequedad del enfoque realista, casi con aires documentales, con que la directora Susanne Bier moldea la secuencia, proporciona a ¨¦sta la negrura y el tono oscuro, l¨²gubre y cortante que necesita para hacer cre¨ªble una materia argumental que est¨¢ hecha con cruces de torturas morales y de padecimientos f¨ªsicos, entre los que, para colmo, se trufan choques de cornamentas y celos conyugales y de desatados odios entre padres e hijos, adem¨¢s de todo tipo de crispados vaivenes entre amores y desamores, y otros muchos s¨®rdidos materiales sentimentales de derribo, que rozan lo desmesurado e incluso lo exagerado.
TE QUIERO PARA SIEMPRE
Direcci¨®n: Susanne Bier. Gui¨®n: Anders Thomas Jensen. Int¨¦rpretes: Mads Mikkelsen, Sonja Richter, Nikolai Lie Kaas, Paprika Steen, Birthe Neuman, Niels Olsen. Dinamarca, 2002. G¨¦nero: drama. Duraci¨®n: 113 minutos.
No es nada f¨¢cil sostener con m¨¦todos realistas, sin acudir a tretas y complicidades de g¨¦nero, un entramado argumental de esta especie, pero Susanne Bier lo logra gracias a que cuenta con un excelente gui¨®n, construido por Anders Thomas Jensen con derroches de solvencia y, si se aprietan los ojos, se ver¨¢ que tambi¨¦n con primor, lo que permite a la directora filmar, sin caer nunca en el resbaladizo territorio del ¨¦nfasis, esa referida hoguera de torturas, desdichas y pasiones..
Y mueve Bier con seguridad e incluso con ligereza, sin titubeos aunque a veces les haga caminar sobre la cuerda floja, a una veintena de magn¨ªficos int¨¦rpretes, que asumen el abrupto y compulsivo dram¨®n con una eficacia y una naturalidad que en algunos bordea la maestr¨ªa, cosa frecuente en el cine dan¨¦s, cuya ligereza se sostiene sobre el cemento armado de una n¨®mina de actores y de actrices forjados en el teatro y cuyo oficio hace viables aventuras como las de esta dura pel¨ªcula, de ¨¦sas que sostiene lo insostenible.
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