Misoginia
Si la discusi¨®n respecto a Todas putas es si debe prohibirse su publicaci¨®n, conviene apresurarse a manifestar que no. Pero tampoco debe prohibirse el derecho a criticar el libro ni a poner en evidencia el entorno pol¨ªtico de su editora, que, quiz¨¢ por una coincidencia desgraciada, se ha mostrado hist¨®ricamente tibio a la hora de condenar la violencia de g¨¦nero. Resulta incre¨ªble que el hecho de mostrarse en desacuerdo con un libro se interprete a estas alturas como un apoyo a la pr¨¢ctica de la censura. Es evidente que la actividad editorial, como la pesca, la caza, el bricolaje o la jardiner¨ªa, no debe tener otros l¨ªmites que los que marca la ley.
Se me ocurre un ejercicio de ficci¨®n tan defendible como los que aparecen en Todas putas: supongamos que un simpatizante de ETA publicara un cuento cuya acci¨®n se redujera al asesinato de concejales del PP y del PSOE por parte de su protagonista. Imaginemos que el autor calificara de muy sano el odio a esos partidos pol¨ªticos. Puestos a suponer (no es f¨¢cil, pero hagamos un esfuerzo de imaginaci¨®n), supongamos que el cuento fuera tan malo como El violador, de Migoya, y que tuviera la misma complejidad moral, o sea, ninguna. No vamos a llevar el ejercicio de ficci¨®n al extremo de que el editor del cuento fuera ministro del Interior por miedo a resultar inveros¨ªmiles y para que no nos tachen de delirantes.
Hagamos ahora el mismo ejercicio imaginario con un nazi que publicara un libro de cuentos cuyos protagonistas gasearan jud¨ªos; con un racista cuyos personajes asesinaran negros; con un hom¨®fobo en cuyos relatos se maltratara a los homosexuales... ?Ser¨ªamos tan solidarios con el terrorismo de ficci¨®n y el nazismo de ficci¨®n y el racismo de ficci¨®n y la homofobia de ficci¨®n como con la misoginia de ficci¨®n? Lo dudo. El problema es que mientras no nos demos cuenta de que las mujeres son al mis¨®gino lo que el espa?ol al etarra y lo que el jud¨ªo al nazi y lo que el negro al racista y lo que el homosexual al hom¨®fobo, es decir, mientras la misoginia no nos produzca el mismo espanto que el terrorismo, el nazismo, el racismo y la homofobia, las mujeres continuar¨¢n cayendo como moscas (cincuenta, casi, en lo que va de a?o).
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