La literatura y el sue?o
Decimos que los sue?os son absurdos, cuando lo que seguramente queremos expresar es que tienen una l¨®gica distinta a la de la vigilia. En el sue?o se viven como ordinarias situaciones fant¨¢sticas y esa mezcla entre extravagancia y normalidad es lo que los hace sorprendentes y significativos. Algunas de las grandes obras de la literatura universal podr¨ªan ser la descripci¨®n de un sue?o. Pensemos en Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, de Lewis Carroll. O en La metamorfosis, de Kafka. O en Pedro P¨¢ramo, de Juan Rulfo. Quiz¨¢ la potencia de estas obras tenga que ver con el hecho de que narran sucesos portentosos con un lenguaje naturalista.
Dado que uno de los peligros m¨¢s comunes del escritor en ciernes, pero tambi¨¦n del escritor cernido, es la tendencia a la ret¨®rica, un d¨ªa, para ver qu¨¦ pasaba, pedimos a los oyentes que contaran un sue?o con la misma normalidad con la que lo hab¨ªan so?ado. Les rogamos que no cargaran las tintas en donde no las hab¨ªa cargado el sue?o y que no se preocuparan por hacernos ver que lo raro era raro; lo fant¨¢stico, fant¨¢stico, o, lo inenarrable, inenarrable. Los resultados, como hab¨ªamos previsto, fueron excelentes, quiz¨¢ porque la l¨®gica de la literatura es, en gran medida, la l¨®gica del sue?o.
Tambi¨¦n por eso, en La vuelta, de Josefina H., lo alarmante no es el regreso de la madre muerta, sino que no se haya previsto su resurrecci¨®n (?habr¨ªa sido capaz de perpetrar la autora un acierto literario de esta naturaleza en estado de vigilia?). En Una palmera, de Laia Martin Martin, el sue?o est¨¢ tan bien construido formalmente que salta a la memoria como un suceso verdadero. Los sue?os generan realidad, parece decirnos Sarita con El diente, cuya acci¨®n se resuelve al cerrarse en la vida el c¨ªrculo iniciado durante el letargo. Nos gust¨® Mi padre, de Jaime Conde Salazar, por la exactitud con la que describe ese sentimiento de extra?eza que deja el sue?o cuando, pasado el tiempo, ha perdido emoci¨®n y s¨®lo permanece en nuestra memoria su esqueleto verbal. No se pierdan las dos muestras de ingenio breve de Francisco M. Aguado Blanco, ni Inseguridad, de Carlos Carri¨®n Guardia, donde se describe ese raro miedo, tan universal, a perder los zapatos. He buscado en un diccionario de sue?os el significado de esta p¨¦rdida y parece que representa, como la ca¨ªda del pelo y de los dientes, el miedo a la castraci¨®n. Lo que no sabemos es qu¨¦ rayos significa so?ar con la castraci¨®n misma. En todo caso, cuando decidan utilizar un sue?o como material literario, no caigan en la tentaci¨®n de interpretarlo.
PD. Correo ordinario. Cadena SER (a la atenci¨®n de Juan Jos¨¦ Mill¨¢s). Gran V¨ªa, 32. 28013 Madrid. Internet: www.cadenaser.com. Una vez dentro de la p¨¢gina web hay que pinchar en La ventana y, en La ventana, La ventana de Mill¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.