"Yo temblaba, pero ten¨ªa que atenderles"
El candidato socialista a la alcald¨ªa fue la primera persona en atender a las v¨ªctimas
Jos¨¦ Luis Lorenzo Elbas, concejal electo por el PSN-PSOE y candidato a la alcald¨ªa de Sang¨¹esa, se encontr¨® de frente con una escena estremecedora cuando, en torno a las 12.30 de ayer, entr¨® en la plaza de Santo Domingo, en pleno centro de esa localidad navarra. Lorenzo, que compatibiliza su labor pol¨ªtica con un empleo en Viscofan, una f¨¢brica de envolturas celulosas, se encontraba a apenas 25 metros del lugar del atentado cuando la bomba hizo explosi¨®n en el Citr?en ZX, sin distintivo policial, en el que se encontraban los agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.
Con el rostro empapado de l¨¢grimas, el edil socialista narr¨® a este diario lo que presenci¨®: "Volv¨ªa de revisar las obras de renovaci¨®n del saneamiento cuando o¨ª la explosi¨®n. Inmediatamente, comenzaron a caer trozos de metal y cristales. Me he refugiado unos momentos en el portal de un asador, y acto seguido he doblado la esquina. Un veh¨ªculo ard¨ªa en medio de una negra nube de humo. En medio de la plaza hab¨ªa un hombre ensangrentado, con una mano apoyada en el suelo y llev¨¢ndose la otra a la cabeza. Le he cogido por los hombros y le he arrastrado lejos de la bomba".
Un vecino de Sang¨¹esa salv¨® la vida gracias a que se entretuvo hablando con un vecino
"El hombre
[Ram¨®n Rodr¨ªguez, el agente del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa herido de gravedad por la explosi¨®n] estaba muy aturdido, pero no hac¨ªa m¨¢s que preguntar por sus compa?eros. Sangraba por la nariz y los o¨ªdos, ten¨ªa las piernas muy mal y metralla en el vientre. Era horroroso. Si lo he salvado, gracias a Dios, es la ¨²nica buena noticia de todo el d¨ªa". Cuando Jos¨¦ Luis Lorenzo, la primera persona que atendi¨® a las v¨ªctimas del atentado, alejaba el cuerpo de ese funcionario de polic¨ªa, que a¨²n no hab¨ªa subido al veh¨ªculo, se fij¨® en que a dos metros yac¨ªa el tronco seccionado de otro hombre. "Me han temblado las piernas. Me he echado a llorar, pero ten¨ªa que atender al herido. He estado con ¨¦l unos 20 minutos. Me preguntaba insistentemente por sus compa?eros. Estaba consciente y sab¨ªa que hab¨ªa sido un atentado, una bomba asesina", relat¨® el edil.
El alcalde de Sang¨¹esa en funciones, Jos¨¦ Daniel Plano, miembro de la Agrupaci¨®n Independiente San Sebasti¨¢n, pr¨®xima a UPN, se hallaba tambi¨¦n a pocos metros del lugar del atentado -una plaza de unos 600 metros cuadrados- hablando con un vecino. Lorenzo, llorando y con la ropa ensangretada, pidi¨® al alcalde que llamase de inmediato a una ambulancia -Plano es propietario de una empresa de ambulancias- y a equipos de socorro.
El primer edil rememoraba despu¨¦s que el agente herido "estaba consciente en ese momento, sangraba mucho, pero parec¨ªa que estaba bien". "La gente siente impotencia de no poder hacer nada, se sienten v¨ªctimas y objetivo", agreg¨® el alcalde en funciones. Plano coment¨® que "Sang¨¹esa es una ciudad muy tranquila, no hay gente violenta ni kale borroka".
Al borde de las l¨¢grimas se encontraban tambi¨¦n las profesionales que atienden la Casa de Cultura municipal Palacio Vallesantoro, el lugar donde los polic¨ªas montaban su oficina m¨®vil de expedici¨®n y renovaci¨®n del DNI, una vez al mes, casi siempre en viernes, entre las 9.00 y las 12.00. "Cinco minutos antes de la explosi¨®n se han despedido de nosotras entre bromas. Eran muy simp¨¢ticos, sobre todo uno de ellos, muy bromista", narraban las encargadas de la limpieza de la Casa de Cultura.
"Hoy nos hab¨ªa dicho que se iban a quedar hasta la una de la tarde porque ten¨ªan mucho trabajo, pero al final, pasadas las 12, se han despedido y, con sus maletines, se han ido hacia la plaza conversando del tiempo tan extraordinario que hac¨ªa ayer en la zona. Poco despu¨¦s hemos o¨ªdo la explosi¨®n", a?adieron.
Quien salv¨® la vida de milagro fue Quique Itoiz, vecino de la localidad . Su veh¨ªculo, que se encontraba aparcado exactamente junto al Citr?en de los polic¨ªas, qued¨® destrozado por la explosi¨®n. Itoiz se dirig¨ªa precisamente en ese momento a la plaza de Santo Domingo para coger su coche, pero se demor¨® unos minutos hablando con un vecino sobre una boda pr¨®xima a la que iba a asistir. Eso le salv¨® la vida. Ambos estaban hablando cuando escucharon el sonido atronador de la explosi¨®n.
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