Bush inicia una ambiciosa gira por Europa para reconstruir las relaciones tras la guerra
El presidente estadounidense viaja a Polonia antes de visitar Rusia, Francia y Oriente Pr¨®ximo
Por mucho que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, insista en que el viaje a Europa es para hablar de "paz, prosperidad y libertad", la agenda de contactos convierte el itinerario en un v¨ªa crucis diplom¨¢tico que puede culminar con amistades recuperadas o con rencores m¨¢s profundos. Primero, Bush debe reunirse con mandatarios de la "vieja Europa" que cometieron la osad¨ªa de llevarle la contraria; despu¨¦s, el presidente de Estados Unidos se ve obligado a ejercer un papel que siempre le pareci¨® demasiado fatigoso: el de mediador en Oriente Pr¨®ximo.
Bush arranc¨® ayer en Polonia la gira m¨¢s compleja de su mandato. La Casa Blanca ha decidido que sea tambi¨¦n en ese pa¨ªs donde Bush pronuncie el discurso de m¨¢s empaque de todo este viaje. Pod¨ªa haberlo hecho en Evian, en Francia, cuando viaje a la cumbre del G-8, o en San Petersburgo, en Rusia, cuando acuda a la celebraci¨®n de los 300 a?os de la ciudad; pero ha escogido Polonia porque ese pa¨ªs contribuy¨® a la guerra contra Irak y porque tiene el simbolismo a?adido de ser una especie de reconocimiento p¨²blico al valor de lo que su jefe del Pent¨¢gono, Donald Rumsfeld, defini¨® como la "nueva Europa".
Habr¨¢ tambi¨¦n una visita al campo de concentraci¨®n de Auschwitz, el escenario perfecto para que Bush pueda volver a sugerir una semejanza entre el nazismo y el terrorismo internacional.
Europa es un lugar inc¨®modo para Bush, a quien le cuesta entender que pueda haber tantos pa¨ªses en un espacio tan apretado. Ocupar la Casa Blanca otorga inmediatamente a su inquilino una enorme estatura pol¨ªtica, pero ¨¦ste es, al fin y al cabo, un presidente que justo antes de serlo todav¨ªa pensaba que a los habitantes de Grecia se les llama "grecios".
Quienes conocen el ambiente m¨¢s ¨ªntimo del Gobierno estadounidense actual cuentan siempre que la cualidad que mejor lo define es la arrogancia. Bush y su equipo, incluido Colin Powell, nunca han escondido el resentimiento hacia los l¨ªderes de la "vieja Europa" que se opusieron a la guerra contra Irak. Tal era la ojeriza hacia algunos de esos pol¨ªticos que Bush ha llegado a anunciar que uno de ellos en particular, el presidente franc¨¦s Jacques Chirac, no va a ser nunca invitado a su rancho de Tejas. Aunque para Chirac eso no es un castigo sino un alivio, Bush ha convertido el rancho en una especie de club de campo del que s¨®lo pueden ser socios quienes tengan el carn¨¦ de devoci¨®n pol¨ªtica demostrada hacia el presidente de Estados Unidos.
Sin embargo, una corriente de cordura parece haber desafilado el enfrentamiento y hace pensar que Bush pisar¨¢ suelo franc¨¦s con un talante conciliador. En una entrevista con varios medios de ese pa¨ªs, Bush habl¨® de un "sentimiento de frustraci¨®n y decepci¨®n de los estadounidenses hacia la decisi¨®n francesa" en contra de la guerra de Irak. "Eso es real. La gente", dice Bush, "no entendi¨® la decisi¨®n de los l¨ªderes franceses de entorpecer el deseo nuestro y de otros de trabajar en aras de la seguridad y la libertad".
Pero enseguida cambi¨® de registro para preparar el terreno: "Tenemos que trabajar para convencer a los esc¨¦pticos en Francia de que las intenciones de Estados Unidos son positivas, y los l¨ªderes franceses tienen que trabajar para convencer a los estadounidenses de que ellos tambi¨¦n est¨¢n preocupados por la seguridad de nuestro pa¨ªs", asegura Bush. Cuando un periodista le pregunt¨® si llegar¨¢ a Francia con ¨¢nimo revanchista, Bush lo neg¨® en rotundo, dijo que "ser¨¢ un placer" hablar con Chirac y aprovech¨® para caer en uno de sus cl¨¢sicos lugares comunes: "Vive la France!", grit¨® al final de la respuesta.
La Casa Blanca asegura que los contactos de Bush con Vlad¨ªmir Putin, Gerhard Schr?der o Jacques Chirac servir¨¢n para impulsar una agenda que pretende reforzar la lucha contra el sida, el hambre y la pobreza. Todo esto estar¨¢ embutido en las pocas horas que Bush pasar¨¢ en la cumbre de Francia, dado que ha recortado todav¨ªa m¨¢s su presencia en ese pa¨ªs para marcharse antes hacia Oriente Pr¨®ximo.
All¨ª le espera otro conflicto pol¨ªtico al que se ha visto arrastrado por los acontecimientos de los ¨²ltimos a?os. En la campa?a electoral, Bush critic¨® la excesiva implicaci¨®n de Bill Clinton en el proceso de paz, pero asume ese mismo papel con ¨ªmpetu sobrevenido: "Cuando digo algo, lo hacemos", dijo ayer Bush con su extra?a gram¨¢tica. "Y cuando digo que me voy a implicar en el proceso de paz, quiero decir que me voy a implicar en el proceso de paz", concluy¨®.
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