El vochito de Sheinbaum se llama Olinia
Mexicana de Aviaci¨®n tiene un ala rota, pero del coche el¨¦ctrico que promueve la presidenta todav¨ªa cabe esperar que arranque con buen pie
Esta es una entrega de la newsletter semanal de M¨¦xico, que puede seguirse gratuitamente en este enlace
Hay dos proyectos de movilidad en M¨¦xico a medio gas. Del uno no se sabe si se hundir¨¢ definitivamente, del otro se desconoce si saldr¨¢ adelante debidamente. Mexicana de Aviaci¨®n, el capricho del anterior presidente de reflotar una aerol¨ªnea estatal y dejarla en manos del Ej¨¦rcito, tiene ya un ala rota: ha cancelado ocho de las 17 rutas que part¨ªan desde el Aeropuerto Internacional Felipe ?ngeles (AIFA) pr¨¢cticamente sin decir agua va. Como regalo de Reyes, quedan clausurados los itinerarios a Acapulco, Campeche, Guadalajara, Ixtapa, Nuevo Laredo, Puerto Vallarta, Uruapan y Villahermosa. En el lenguaje propio de pol¨ªticos y empresarios, que ya nadie toma en cuenta salvo para hacer bromas, la presidenta Claudia Sheinbaum ha declarado que el cierre es en realidad ¡°una revisi¨®n del plan estrat¨¦gico¡± para el nuevo a?o. Eso es como llamar al divorcio de cierta infanta de Espa?a ¡°cese temporal de la convivencia¡±. El cierre de Mexicana de Aviaci¨®n ?ser¨¢ temporal o definitivo? ?Seguir¨¢ el resto de las rutas por el mismo camino de las ¡°revisadas¡± o algunas m¨¢s rentables se mantendr¨¢n? A saber. Eran aviones, luego contaminaci¨®n, mejor avanzar con los trenes previstos.
El segundo proyecto es el del coche el¨¦ctrico, mucho m¨¢s oportuno para regalo de Reyes, este. Queridos Magos, quiero un Olinia para m¨ª sola. Oli para los amigos. Se trata de esos veh¨ªculos que la presidenta anunci¨® ya en campa?a, mucho menos contaminantes y, a ser posible, de firma mexicana en su dise?o, tecnolog¨ªa y fabricaci¨®n de la mayor¨ªa de sus partes. Este mismo 6 de enero se presentaron dise?os ficticios en la Ma?anera de Palacio Nacional. Ser¨¢n veh¨ªculos peque?itos para trayectos cortos y personales, salvo uno de ellos, m¨¢s grande, como una furgoneta de reparto. El precio debe estar entre los 90.000 y los 150.000 pesos (entre 4.500 y 7.500 d¨®lares). Hasta aqu¨ª todo bien. Buena idea. Deseando ver el modelo y los colores.
Hay, por ahora, un capital inicial de fuentes p¨²blicas y privadas de 25 millones de pesos para desarrollar el trabajo, que contar¨¢ con el talento del Instituto Polit¨¦cnico Nacional (IPN) y el Tecnol¨®gico Nacional de M¨¦xico. No parece mucho dinero, pero habr¨¢ que tirar de confianza en estas primeras fases. O de fe, el que sepa recurrir a ella. Optimistas, las autoridades ya se ven estampando la botella de champ¨¢n en la carrocer¨ªa del pobre auto. El momento ser¨¢ el partido de inauguraci¨®n del Mundial de F¨²tbol 2026 en el Estadio Azteca, donde acudir¨¢n a bordo de un Olinia. ¡°Este auto peque?o debe ser seguro, el¨¦ctrico y capaz de conectarse a cualquier enchufe¡±, ha dicho Sheinbaum. ?Cualquier enchufe? ?Sirve el de la licuadora? ?El de la televisi¨®n? Se saca un cable alargador por la ventana, se conecta el carrito y andando.
Bromas aparte, la cosa del coche el¨¦ctrico parece un buen proyecto para una ciudad masificada y contaminada como es Ciudad de M¨¦xico, o para cualquier otra. Movilidad limpia, tecnolog¨ªa, dise?o y fabricaci¨®n made in M¨¦xico (con permiso de China, de Estados Unidos y del litio, que eso ser¨¢ otro cantar). C¨®mo no acordarse de los Volkswagen que en M¨¦xico se conocieron como vochitos, o del Seat 600 que en Espa?a se bautiz¨® como se¨ªna o se¨ªta, seg¨²n el diminutivo de cada regi¨®n. Se pretend¨ªa entonces llevar coches baratos para toda la poblaci¨®n, de los que duraban media vida y heredaban la hija y el nieto. Nada de obsolescencias programadas. Y se los quer¨ªa como si fueran de la familia. Todav¨ªa se los comer¨ªa uno cuando ve pasar un ejemplar resoplando por la calle.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.