El precio de la seguridad contra el terrorismo
Las compa?¨ªas de seguros tratan de calibrar los riesgos de atentados, que han multiplicado sus cuotas por diez desde 2001
Las grandes compa?¨ªas de seguros internacionales miran la televisi¨®n y hacen n¨²meros. Cada atentado de los que recientemente han convulsionado distintos lugares del mundo, desde Colombia hasta Arabia Saud¨ª, remueve las variables sobre las que se calculan los seguros sobre terrorismo. A d¨ªa de hoy, la prima por construir un edificio o montar un negocio en Londres o en el norte de ?frica puede variar hasta un 30% s¨®lo por el riesgo calculado de atentados.
Desde el 11 de septiembre de 2001, las grandes aseguradoras han creado divisiones especiales para coberturas por terrorismo. Hasta entonces, el r¨¦cord en facturas de seguros lo ten¨ªa el hurac¨¢n Andrew. Las p¨¦rdidas aseguradas de aquel desastre se calcularon entre 15.000 y 20.000 millones de d¨®lares, el siniestro m¨¢s grande de la historia del seguro. Las p¨¦rdidas de las Torres Gemelas llegaron a los 50.000 millones de d¨®lares. Y con las Torres se derrumb¨® el concepto de riesgo que se ten¨ªa hasta entonces.
Para las aseguradoras, Espa?a est¨¢ marcada por culpa de ETA, pero el riesgo es "bajo"
Seg¨²n una clasificaci¨®n, Suecia tiene el mismo riesgo de atentados terroristas que Libia
"Hay menos de 10 compa?¨ªas de seguros en el mundo capaces de asumir realmente el riesgo contra terrorismo", dice a este peri¨®dico Adam McKay, responsable del departamento de riesgos de terrorismo para Aon Espa?a. Esta multinacional de seguros brit¨¢nica acaba de publicar un mapamundi en el que los pa¨ªses reciben calificaciones de riesgo de atentados. Noruega tiene riesgo "m¨ªnimo"; Australia, riesgo "bajo"; Reino Unido, riesgo "alto"; Arabia Saud¨ª, riesgo "extremo"... La calificaci¨®n se hace sobre datos estad¨ªsticos e hist¨®ricos. Un atentado, o la simple detecci¨®n de un tipo de actividad terrorista en un pa¨ªs, ya influye en su calificaci¨®n de riesgo.
El mapa aporta adem¨¢s el tipo de origen del terrorismo: una cara del Che Guevara significa "marxista / extrema izquierda" y aparece sobre M¨¦xico o Jap¨®n; una bandera roja y negra significa "extrema derecha / anarquista / inter¨¦s particular" y se puede ver sobre Colombia, Estados Unidos o Sur¨¢frica; un pu?o cerrado significa "nacionalista / separatista" y marca el riesgo de Espa?a, Turqu¨ªa, China o Rusia; una especie de monigote con un rifle significa, en Colombia, Tailandia y todos los pa¨ªses b¨¢lticos, "narcotr¨¢fico / crimen organizado"; por ¨²ltimo, una peque?a leyenda en ¨¢rabe representa el riesgo de "fundamentalismo isl¨¢mico" en lugares tan dispares como Argelia, Reino Unido o Argentina, entre otra docena de pa¨ªses.
De cu¨¢ntos de estos iconos tenga el pa¨ªs dibujados sobre su territorio depende el riesgo que las compa?¨ªas le adjudican de padecer atentados terroristas. Las consecuencias pr¨¢cticas de esta calificaci¨®n suponen un incremento en los precios de las cuotas de hasta el 30%. Por ejemplo, contratar un seguro de terrorismo para construir un edificio en Londres puede suponer el 0,1% de la inversi¨®n. Es decir, si el proyecto cuesta 100 millones de euros, el seguro ser¨ªa de 100.000 euros al a?o. En Argentina, ese mismo seguro ser¨ªa del 0,12%. En el norte de ?frica, puede llegar a ser del 0,3%.
"Pero adem¨¢s", explica McKay, "intervienen muchas otras variables". Para un edificio en El Cairo, no es lo mismo que vaya a ser la sede de la Cruz Roja o la oficina central de IBM para Oriente Pr¨®ximo. "Digamos que hay proyectos con m¨¢s papeletas que otros de ser v¨ªctimas de atentados", indica McKay.
Las cuotas por riesgo de terrorismo se han multiplicado por m¨¢s de 10 desde el a?o 2001. Hoy d¨ªa se puede llegar a pagar hasta el 2% del total de una inversi¨®n por este concepto. Antes del 11-S, el terrorismo era s¨®lo una eventualidad m¨¢s dentro de un mismo paquete. Ahora es un mercado especializado que se configura con cada acci¨®n que se produce en el mundo.
Para calificar el riesgo, "influye la situaci¨®n pol¨ªtica de cada pa¨ªs", explica McKay, "pero ¨¦sta es muy cambiante". "Es imposible modelar el futuro en funci¨®n del pasado. Se puede saber que en Los ?ngeles hay una posibilidad de que un terremoto haga desaparecer la ciudad, pero en el caso del terrorismo ese c¨¢lculo no se puede hacer".
Los iconos descritos, como un estigma, se adjudican en funci¨®n de las experiencias recientes. Por ejemplo, en medio de Argentina aparece un dibujo en ¨¢rabe. "Tuvo un par de incidentes a mediados de los noventa contra intereses jud¨ªos. En cualquier cosa que usted asegure contra terrorismo en ese pa¨ªs, estar¨¢ pagando por aquellos atentados".
Para establecer la clasificaci¨®n se tienen en cuenta los muertos y heridos en los atentados recientes, con la misma crudeza que se hacen los seguros de vida. Dependiendo de lo sangriento que haya sido un atentado, aunque se trate de un incidente aislado en un pa¨ªs y no de una amenaza constante, ese lugar queda estigmatizado a efectos de seguros.
Si la organizaci¨®n islamista Al Qaeda hubiera tomado represalias contra Espa?a por las detenciones de personas relacionadas con su estructuras en Europa, sobre nuestro pa¨ªs se ver¨ªa el mismo icono que sobre Argentina o Yemen. Sin embargo, Espa?a es un pa¨ªs de riesgo "bajo", y en el centro del mapa aparece un pu?o indicando que padece el terrorismo independentista. Una calificaci¨®n desgraciadamente reforzada ya dos veces en este a?o, con tres muertos. "Lo sucedido el pasado viernes [en Sang¨¹esa] afecta a la calificaci¨®n de Espa?a", se lamenta McKay.
Liberia, Somalia, Congo, Arabia Saud¨ª, Yemen, Colombia, Pakist¨¢n y Nepal son los pa¨ªses m¨¢s castigados por esta lacra, seg¨²n la divisi¨®n hecha por Aon. Aunque pueda parecer por esta lista que el nivel de desarrollo y la amenaza terrorista van a la par, parad¨®jicamente no siempre es as¨ª. Canad¨¢ tiene la misma calificaci¨®n que T¨²nez.
"Se da el caso", a?ade McKay, "de que hay pa¨ªses del Tercer Mundo que, precisamente por ser f¨¦rreas dictaduras con pena de muerte, son m¨¢s seguros frente al terrorismo que democracias avanzadas que han sufrido atentados". Seg¨²n el mapa de Aon, costar¨ªa lo mismo un seguro en Libia que en Suecia. Los n¨²meros no entienden de libertades.
Aon, a trav¨¦s de su divisi¨®n Special Risks Counter Terrorism (SRT), utiliza un sistema de evaluaci¨®n que tiene en cuenta las armas y los m¨¦todos utilizados en cada atentado que ha computado para calificar a los pa¨ªses. Los m¨¦todos terroristas se han clasificado en seis tipos. Los tres m¨¢s modestos son: aerosoles cargados con agentes biol¨®gicos; cilindros cargados con agentes qu¨ªmicos (como el que provoc¨® 12 muertos en el metro de Tokio en 1995), y morteros improvisados (usados por el IRA, las FARC o ETA, hubo 100 ataques de este tipo s¨®lo en 2002).
Los m¨¢s destructivos son camiones bomba (hasta 10 toneladas de explosivo); camioneta bomba (usado por Al Qaeda en Bali, donde murieron 190 personas y 300 resultaron heridas), y lanchas suicidas (como hizo Al Qaeda contra el destructor estadounidense USS Cole en aguas de Yemen en 1999).
El mapa de calificaci¨®n de pa¨ªses por riesgo de terrorismo de Aon se revisar¨¢ anualmente "porque la situaci¨®n cambia constantemente", dice McKay. "Los precios de hoy pueden ser el doble dentro de 15 d¨ªas".
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