La locomotora de Europa
Cada trimestre, los contables nacionales del INE nos ofrecen una radiograf¨ªa bastante completa, aunque provisional, de la evoluci¨®n reciente de nuestra econom¨ªa. La semana pasada conocimos los resultados del primer trimestre del a?o, esperados con ansiedad para ver si los indicios de debilitamiento que mostraban algunos indicadores en los meses finales del pasado a?o y los primeros del actual y el deterioro del clima de confianza asociado a la guerra de Irak hab¨ªan provocado una ralentizaci¨®n del ritmo de crecimiento del PIB, como ha ocurrido en la mayor¨ªa de pa¨ªses de nuestro entorno. La verdad es que a partir del comportamiento del empleo, que conocimos con anterioridad y ya comentamos en esta columna, nuestra impresi¨®n era que dicho crecimiento se hab¨ªa mantenido estable, d¨¦cima arriba o abajo. El INE ha corroborado esta previsi¨®n, manteniendo la tasa interanual en el 2,1%, igual a la del trimestre precedente y pr¨¢cticamente igual a la media de 2002.
S¨®lo un tercio de la recuperaci¨®n de la demanda se traduce en mayor crecimiento del PIB
Que no haya variado el ritmo de crecimiento no significa, sin embargo, que no se est¨¦n produciendo cambios en la composici¨®n del mismo que marcan las l¨ªneas de su comportamiento en los pr¨®ximos trimestres. El dato m¨¢s positivo es la continuidad de la recuperaci¨®n de la inversi¨®n de las empresas en bienes de equipo y otros productos, que ya ha pasado a registrar tasas positivas por primera vez desde hace casi dos a?os. El mantenimiento en niveles elevados de la rentabilidad de las empresas, los bajos tipos de inter¨¦s y la progresiva mejora de la demanda, junto a la necesidad de incorporar y reponer equipos relacionados con las nuevas tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y comunicaci¨®n, explican la mejor disposici¨®n inversora. El consumo de los hogares muestra una moderada recuperaci¨®n, aunque esto ha constituido una sorpresa, pues la mayor¨ªa de los indicadores de este agregado han evolucionado en sentido contrario en los ¨²ltimos meses. En todo caso, ello es coherente con la mejora del empleo y con el fuerte aumento de las importaciones, s¨®lo explicable si la demanda interna evoluciona en el mismo sentido. Tambi¨¦n las elevadas importaciones explicar¨ªan, por cierto, la sorprendente contribuci¨®n de la formaci¨®n de existencias. El consumo p¨²blico ha acelerado su ya fuerte ritmo de trimestres precedentes, constituy¨¦ndose en uno de los pilares del crecimiento del PIB (?qui¨¦n lo iba a decir con un Gobierno tan ahorrador!). Por su parte, el gasto en construcci¨®n prosigue su lenta desaceleraci¨®n, pero a¨²n mantiene una elevada contribuci¨®n.
En conjunto, la demanda interna, estimulada por una combinaci¨®n de pol¨ªtica fiscal y monetaria notablemente expansiva, ha mantenido la tendencia de recuperaci¨®n que ya se produjo en el cuarto trimestre del pasado a?o, de forma que en los dos ¨²ltimos trimestres su tasa de crecimiento ha aumentado en algo m¨¢s de un punto porcentual. Ahora bien, s¨®lo un tercio de esta recuperaci¨®n se ha traducido en un mayor crecimiento del PIB; el resto se ha filtrado hacia mayores importaciones, es decir, ha servido para alimentar el crecimiento de los dem¨¢s. Siendo triunfalistas, hasta podr¨ªamos decir que nos hemos convertido en la locomotora de Europa. A cambio, nos quedamos con m¨¢s inflaci¨®n -el deflactor del PIB crece nada menos que un 4,5%- y con m¨¢s desequilibrios financieros. Pan para hoy y hambre para ma?ana.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social (FUNCAS).
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