La Euskadi de Friba-Frabi
Pasadas las elecciones, realizados los recuentos y an¨¢lisis, casi todos los especialistas coinciden en que todo queda casi igual en la Comunidad Aut¨®noma Vasca. Es cierto que sigue bajando agua por el r¨ªo pero, ?es el mismo agua? A pesar de las apariencias, hay nuevos datos que podr¨ªan aventurar din¨¢micas pol¨ªticas novedosas.
Una vez ganada la batalla simb¨®lica de Bilbao, obtenidas mayor¨ªas c¨®modas en dos de las tres instituciones forales y del m¨¢s que posible apoyo de IU, la coalici¨®n PNV-EA ha logrado romper el bloqueo de algunas instituciones importantes, pero se enfrenta a un camino con pocas posibilidades de ¨¦xito y una meta incierta. Sin una tregua de ETA, sin el voto positivo de Sozialista Abertzaleak en el Parlamento vasco y con las principales instituciones alavesas perfilando un camino propio, el Plan del lehendakari podr¨ªa quedar aparcado. Sin embargo, la frustraci¨®n que acarrear¨ªa en sus bases llegar a un callej¨®n sin salida; las declaraciones del presidente del EBB y de los pr¨®ximos diputados generales de Vizcaya y Guip¨²zcoa, entre otros, la apuesta de sus compa?eros de EA y la presi¨®n a la que ser¨ªan sometidos por AuB puede llevar al lehendakari a seguir con su Plan al margen de las condiciones que ¨¦l mismo se auto-impuso en su propuesta.
Si bien es posible recomponer la fractura generada durante estos a?os, lo que est¨¢ claro es que ya no podemos volver a 1997
El tiempo se acaba, el PNV no puede esperar a que el PSOE gane las siguientes elecciones generales, (adem¨¢s esta posibilidad ha sido puesta en duda con los resultados obtenidos por el Partido Socialista). Las dificultades crecientes de la vieja guardia del PNV para mantener su influencia en el partido, la necesidad de ir perfilando la sustituci¨®n en la Presidencia del EBB, el costo pol¨ªtico que supondr¨ªa cambiar hacia la moderaci¨®n a unas bases a las que, desde el Pacto de Lizarra, los l¨ªderes del partido se han encargado de radicalizar, incluso mimetizando el lenguaje y las actitudes propias del nacionalismo de Batasuna, nos indican que la vuelta atr¨¢s quiz¨¢s ser¨ªa m¨¢s costosa para dicho partido que la huida hacia adelante que parece avecinarse.
A pesar del significativo porcentaje de votos nulos, el reconocimiento de la debilidad actual de AuB y la dif¨ªcil tesitura en que se encuentran fue n¨ªtidamente expresada por el l¨ªder de SA, Arnaldo Otegi, al dirigirse al PNV y EA: "En cuanto a las propuestas para que las plataformas ilegalizadas pudieran participar en ayuntamientos controlados legalmente por estos partidos, que piensen ellos". Tensar la cuerda para ver hasta d¨®nde pueden llegar el PNV-EA, crear nuevas redes de participaci¨®n, incentivar la desobediencia civil, crear ayuntamientos o gestoras en la sombra no pueden ser los pilares de una estrategia a medio plazo. Como lo han se?alado repetidamente algunos de los l¨ªderes de AuB, el PNV previsiblemente no les va a acompa?ar por el camino tortuoso que proponen, y a¨²n menos con ETA sin paralizar su actividad terrorista. En la situaci¨®n de debilidad en la que se encuentran, es muy dif¨ªcil que AuB sea capaz de sostener una din¨¢mica pol¨ªtica basada en una movilizaci¨®n continua de sus recursos, sin sufrir las consecuencias de la falta de representaci¨®n y expresi¨®n p¨²blica, los recortes econ¨®micos, etc. Est¨¢ por ver c¨®mo adaptar¨¢n sus t¨¢cticas a la dif¨ªcil situaci¨®n que se les presenta.
Cuando hay m¨¢s esca?os a repartir, el que permanece igual, ha perdido. Donde m¨¢s n¨ªtidamente se ha demostrado este hecho ha sido en la fuerte apuesta realizada por el PP -y perdida- en Bilbao. Sin embargo, la fidelidad de un importante substrato de electores, resistiendo a la marea de cr¨ªticas del Prestige, de la guerra de Irak, etc, le ha colocado en Vitoria y en ?lava en situaci¨®n de mantener su poder, -o al menos repartirlo con el PSE- si los acuerdos con este partido llegan a buen puerto.
Mientras Izquierda Unida, fruto de su ascenso electoral, ha obtenido la llave de algunos ayuntamientos y parece tener muy claro hacia qu¨¦ lado van a ir sus apoyos, el PSE, con los buenos resultados de San Sebasti¨¢n y Guip¨²zcoa, se encuentra entre dos aguas. Apoyar o ser apoyado por el PNV-EA, autoafirmarse logrando acuerdos con unos y con otros en diferentes municipios y diputaciones puede suponerles un gran lastre en el debate pol¨ªtico de las pr¨®ximas elecciones generales. Realizar todos los pactos con el PP puede generar tensiones internas territoriales. Si entendemos que las declaraciones de algunos de los l¨ªderes del PSE respecto a las exigencias para gobernar algunas instituciones con el PP son m¨¢s expresi¨®n de un giro en la pol¨ªtica de alianzas que el tira y afloja que precede a todo acuerdo, nos encontrar¨ªamos ante un hecho que podr¨ªa tener una gran trascendencia pol¨ªtica en la situaci¨®n del pa¨ªs.
Parece claro que, mientras nos encontremos en Euskadi con una democracia d¨¦bil, donde existen los problemas pre-pol¨ªticos sin resolver (el "sois tan vascos como nosotros" y la amenaza) y mientras el pluralismo se entienda como las diferencias s¨®lo entre los nuestros, permanecer¨¢ la ruptura de los consensos y el frentismo generados desde el Pacto de Lizarra y profundizada con el Plan de Ibarretxe junto con la persistencia del terrorismo. Si bien es posible recomponer la fractura generada durante estos a?os, lo que est¨¢ claro es que ya no podemos volver a 1997. Ya hemos pagado una importante factura, de momento.
Hoy tenemos muchas preguntas sin respuesta que el tiempo se encargar¨¢ de contestar. Ya lo dec¨ªa un amigo m¨ªo: todas las predicciones son muy dif¨ªciles y especialmente las del futuro. Sin embargo siempre podremos explicar pasado ma?ana por qu¨¦ no sucedi¨® lo que pronosticamos hoy que suceder¨ªa ma?ana.
Aunque no todas las fuerzas pol¨ªticas tienen la misma responsabilidad en la construcci¨®n de los muros, mientras no los rompamos seguiremos en la dram¨¢tica Euskadi de Friba-Frabi
Erich Fried, que supo captar en toda su intensidad la angustiosa din¨¢mica de las sociedades divididas y de la l¨®gica de las fronteras internas y externas, ya lo expon¨ªa ir¨®nica y claramente en su Probando a los amigos en Friba-Frabi cuando dec¨ªa: "Todo hu¨¦sped del extranjero que llega a Friba, es conducido al muro de Frabi, para que mire al otro lado. Entonces los de Friba se fijan en sus ojos, y si no est¨¢n ba?ados de l¨¢grimas, ya no ser¨¢ su querido hu¨¦sped.
Todo hu¨¦sped de Frabi, es conducido al muro de protecci¨®n erigido por Frabi ante Friba, para que exteriorice preocupaci¨®n y horror. Si los de Frabi comprueban que sus ojos siguen secos, lo expulsan de su Estado insult¨¢ndolo e injuri¨¢ndolo.
Friba y Frabi premian la abundancia de l¨¢grimas de sus amigos, con banquetes y aplausos, y delicados presentes. Caminante: si llegas a Friba-Frabi, no olvides ir provisto de cebollas. ?Ayudan tanto a lloriquear".
Y eso que en Friba-Frabi no hab¨ªa terrorismo.
Jos¨¦ Manuel Mata es profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la UPV-EHU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.