Y S¨¢nchez dijo no a Puigdemont
El Gobierno se niega en redondo a la cuesti¨®n de confianza, el problema es qu¨¦ ofrecer a cambio a Junts
Tras a?o y medio tragando sapos, arrostrando la impopularidad de la amnist¨ªa, encajando en silencio imprevistas emboscadas parlamentarias, Pedro S¨¢nchez le ha marcado una l¨ªnea roja a Carles Puigdemont. El presidente no va a pasar por el aro de someterse a una cuesti¨®n de confianza en el Congreso, vista como una especie de humillaci¨®n p¨²blica para S¨¢nchez, aseguran en el Gobierno y en las dos formaciones que lo integran. Ni siquiera a trav¨¦s de un suced¨¢neo como el pretendido por Junts con una proposici¨®n no de ley para que sea la C¨¢mara la que exija al jefe del Ejecutivo dar ese paso que, seg¨²n la Constituci¨®n, solo le corresponde al presidente. Las relaciones entre el Gobierno y Junts han quedado congeladas, a la espera de una nueva reuni¨®n en Suiza cuya fecha a¨²n no han propuesto los independentistas. El Ejecutivo se lo ha tomado con calma y resignaci¨®n. Los ¨®rdagos del expresident empiezan a formar parte de la rutina.
Carles Puigdemont no suele caracterizarse por permanecer entre dos aguas. M¨¢s bien gusta de presentar sus planteamientos pol¨ªticos bajo un halo de osad¨ªa. Todo o nada. Sin grises ni matices. Pero el expresident ha estrenado sus 62 a?os ¡ªlos cumpli¨® hace tres semanas¡ª mostrando fidelidad al mandamiento pragm¨¢tico que recomienda un p¨¢jaro en la mano antes que ciento volando. La anunciada detonaci¨®n de las relaciones con el Gobierno si no facilita la tramitaci¨®n de la cuesti¨®n de confianza se queda, de momento, en un disparo de fogueo: la suspensi¨®n de las negociaciones sectoriales con el PSOE, incluidas las de los Presupuestos de 2025, seg¨²n anunci¨® el viernes en Bruselas. ¡°Vale la pena que se entienda la gravedad y la seriedad de la situaci¨®n¡±, manifest¨® Puigdemont. Una advertencia que tiene poco de nuevo. Desde que, hace cinco semanas, denunci¨® que ¡°las cosas no van bien¡± con el PSOE y desafi¨® a S¨¢nchez a ponerse en manos del Congreso, ha aprovechado cada intervenci¨®n p¨²blica para amenazar con romper definitivamente. El 9 de diciembre ya apareci¨® para subrayar que se hab¨ªa alcanzado ¡°un punto de inflexi¨®n¡± que obligaba a no ¡°perder m¨¢s el tiempo¡±. Mediado enero, los plazos se han vuelto a estirar.
El Congreso de los Diputados empieza a parecerse a esos partidos de baloncesto en los que todo se resuelve en el ¨²ltimo minuto. El pasado jueves, una hora antes de la reuni¨®n de la Mesa que deb¨ªa analizar si tramitaba la iniciativa de Junts sobre la cuesti¨®n de confianza, PSOE y Sumar a¨²n no se hab¨ªan decidido. Los independentistas ¡°estaban dur¨ªsimos¡±, cuentan interlocutores pr¨®ximos al Gobierno, y amenazaban con la ruptura total. Y S¨¢nchez, a su vez, hab¨ªa resuelto que esta vez se plantaba sin remisi¨®n. As¨ª que prosper¨® la v¨ªa salom¨®nica: se decidi¨® no decidir nada, igual que en diciembre. Para dar tiempo a la negociaci¨®n, la Mesa del Congreso no volver¨¢ a reunirse en las dos pr¨®ximas semanas. El asunto tendr¨ªa que estar solventado antes de finales de febrero, cuando Junts dispone del turno de cada grupo parlamentario para llevar iniciativas al pleno.
?C¨®mo salir de este punto muerto? Algunas fuentes del Gobierno apuntan, sin m¨¢s concreci¨®n, a la b¨²squeda de f¨®rmulas parlamentarias alternativas para satisfacer a Junts. Luego est¨¢n los incumplimientos que denuncian los independentistas y que niegan en el PSOE. ¡°No hemos incumplido nada, solo que algunas cosas necesitan tiempo¡±, insisten dirigentes socialistas. ¡°En los acuerdos de Bruselas, por ejemplo, ya se dec¨ªa que la amnist¨ªa estar¨ªa plenamente en vigor entre 2025 y 2026¡å.
Miembros del PSOE y de Sumar en contacto directo con Junts coinciden en que a menudo les cuesta discernir cu¨¢les son sus exigencias espec¨ªficas. Algunas escapan al ¨¢mbito directo de decisi¨®n del Gobierno, como los obst¨¢culos judiciales a la amnist¨ªa o el uso del catal¨¢n en las instituciones europeas. Sobre lo que s¨ª es competente el Ejecutivo, el traspaso a Catalu?a de las competencias de inmigraci¨®n, algunas de las demandas de los de Puigdemont se consideran inaceptables, como la cesi¨®n a los Mossos del control de aduanas. El asunto despierta adem¨¢s recelos entre los socios del Gobierno, especialmente en Sumar, por las posiciones sobre la materia que mantiene Junts, sometido a la nueva competencia de la xen¨®foba Alian?a Catalana.
M¨¢s clara parece la reclamaci¨®n de lo que el secretario primero de la Mesa del Congreso y miembro de los comunes catalanes, Gerardo Pisarello, defin¨ªa el jueves como el ¡°despliegue pol¨ªtico de la amnist¨ªa¡±. Hablando en plata: tratar a Puigdemont como si ya estuviese amnistiado, antes de que el Tribunal Constitucional decida sobre el rechazo del Supremo a aplicarle la medida de gracia. Y m¨¢s concretamente: que S¨¢nchez y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, se re¨²nan con ¨¦l. El jefe del Ejecutivo ya se ha mostrado dispuesto. Aunque no en este momento y bajo esta presi¨®n, afirman fuentes gubernamentales. Al menos deber¨ªa haber avances en algunos temas, como esa negociaci¨®n presupuestaria que parece alejarse cada vez m¨¢s, pero sobre la que no todos tiran la toalla en el Gobierno.
Los socialistas catalanes tambi¨¦n han detectado que una de las cuestiones que molesta a Junts ¡ªy Puigdemont lo esboz¨® el viernes en Bruselas¡ª es el relato de que Catalu?a se ha ¡°pacificado¡±. Dirigentes que han hablado estos d¨ªas con la c¨²pula de la formaci¨®n independentista revelan que su reciente acercamiento al PP se esgrime ya como elemento de presi¨®n. Pero una moci¨®n de censura con los populares y Vox est¨¢ completamente descartada. Lo dijo Puigdemont y con m¨¢s claridad a¨²n su secretario general, Jordi Turull, al referirse as¨ª a los que ser¨ªan sus hipot¨¦ticos socios: ¡°Por la ma?ana piden ayuda y por la tarde te quieren preso¡±.
La direcci¨®n de Junts sostiene que, sin poder presentar en p¨²blico logros tangibles de los acuerdos con el PSOE, se quema en el fuego de la falta de credibilidad. ¡°Reconocer que una apuesta que has hecho no ha salido bien tiene un coste¡±, admite Puigdemont. Junts trata de mitigar la p¨¦rdida de fuerza negociadora que supone la inviabilidad de una alternativa al Gobierno recordando que sus siete esca?os son claves para sustentar la mayor¨ªa. El expresident aprieta las tuercas, pero con cuidado de no pasarse de rosca. ¡°La amenaza o chantaje no es nuestro estilo¡±, asegura. La aver¨ªa tratar¨¢ de repararse de nuevo en Suiza, con la presencia del verificador internacional. El secretario de organizaci¨®n del PSOE, Santos Cerd¨¢n, espera la llamada de Junts para fijar la cita. No deber¨ªa pasar de la pr¨®xima semana.
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