Reacciones
Un almeriense amigo m¨ªo dice que cuando oy¨® hablar por primera vez a Mart¨ªn Soler, candidato del PSOE, supo que no iba a ganar las elecciones. Hablaba con correcci¨®n y eso le hizo presagiar el desastre. Si hubiesen dejado seguir a Cabrejas, dice, con sus dificultades para hilar la sintaxis y su pobreza de vocabulario, el PSOE hubiera sacado mayor¨ªa absoluta. En los tiempos que corren, expresarse con correcci¨®n despierta desconfianza. Si Juan Enciso en El Ejido y Gabriel Amat en Roquetas tuvieran facilidad de palabra, fueran capaces de construir discursos estructurados y dominaran cabalmente la subordinaci¨®n adverbial, estoy seguro de que hubieran perdido votos.
En la capital hemos tenido reacciones para todos los gustos. Desde la pataleta de Diego Cervantes, que no sabe perder; hasta la sobreactuaci¨®n de Mart¨ªn Soler, que se lo ha tomado a la tremenda. Luis Rogelio Rodr¨ªguez (antes Rodr¨ªguez Comendador), el candidato del PP, ha estado muy comedido y elegante, todo hay que decirlo. Claro que despu¨¦s de perder dos concejales y de que tu ex Megino haya sacado cinco cualquiera se pone gallito.
Tras cuatro a?os gobernando las concejal¨ªas de urbanismo y cultura, lo ¨²nico que se le ocurre decir al candidato de IU es que la culpa es del PSOE. Qu¨¦ clase. Ni su estropicio en la coalici¨®n, ni su gesti¨®n en el ayuntamiento han tenido nada que ver en la huida de votantes.
Mart¨ªn Soler ha estado mucho m¨¢s digno, aunque quiz¨¢s se ha excedido un poco en la representaci¨®n y ha rozado el tremendismo. El electorado agradece que los pol¨ªticos den la cara, pero tampoco hay que ponerse de rodillas y abrirse el pecho, pidiendo disculpas por la mala gesti¨®n del otro alcalde (manda huevos) y arremetiendo contra las consejeras ?lvarez y Calvo. Desconozco los entresijos del partido y no s¨¦ si tiene raz¨®n, pero decir eso ahora y no antes suena a rabieta y no queda muy elegante. Muchos preferir¨ªamos menos patetismo al escenificar la expiaci¨®n, y una reflexi¨®n sin prejuicios sobre las razones del desastre, que tal vez se encuentren m¨¢s all¨¢ de la provincia.
El que est¨¢ contento es Juan Megino. Imag¨ªnense. Tras haber sido defenestrado por el PP de Luis Rogelio Rodr¨ªguez (antes Rodr¨ªguez Comendador), ha formado en dos minutos un partido de extrema derecha que ha obtenido cinco concejales. No es mucho, pero es la llave de la mayor¨ªa absoluta. La venganza es un plato que se sirve fr¨ªo. Aunque si nos atenemos a sus palabras, Megino no guarda rencor. He le¨ªdo en una entrevista que iba a tener "amnesia retr¨®grada". Amnesia retr¨®grada. Ya lo dice mi amigo: la dificultad para expresarse con correcci¨®n es imprescindible para ganar las elecciones. Pero Megino no ha ganado las elecciones, aunque leyendo sus declaraciones en la prensa pudiera pensarse otra cosa. Este ur¨®logo tiene tantas ganas de ser alcalde, que se lo va a hacer encima. "Mis votantes", le dijo el viernes a Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez D¨ªaz, "me han pedido que sea alcalde de Almer¨ªa". Y a m¨ª mi abuela me dice que soy el rey de la casa. Estar¨ªa feo que, solo por satisfacer las ambiciones del abnegado Megino, el alcalde de Almer¨ªa fuera el candidato del partido menos votado.
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