Dos jornadas de gran m¨²sica

Dos maestros protagonistas de nuestro sinfonismo contempor¨¢neo como son Rafael Fr¨¹hbeck de Burgos y Antoni Ros Marb¨¢ han dirigido este fin de semana los programas de la Sinf¨®nica de Madrid y de la Orquesta Nacional. Del primero, hay que destacar el Poema del amor y del mar, de Chausson, sobre textos de Bouchor, cantado por Mar¨ªa Or¨¢n. Mejor dir¨ªamos "encantado", pues la po¨¦tica del m¨²sico franc¨¦s es pura expresi¨®n de sensibilidad e inteligencia, exactamente las condiciones que cualifican a la Or¨¢n y a Ros Marb¨¢. Chausson, m¨¢gico e intimista, fue prodigio del m¨¢s acabado refinamiento y sus int¨¦rpretes de ahora han respondido a la hondura y a la pureza de unos pentagramas que concilian la interiorizaci¨®n y el distanciamiento. Antes, escuchamos los mares que ba?an Aldeburg, en la ¨®pera de Britten, Peter Grimes, los Cantos de Garc¨ªa Abril, que nos son familiares, y el soberbio poema debussyano, La mer.

La Nacional evidenci¨® su clase, a las ¨®rdenes de Fr¨¹hbeck de Burgos, en una tarde dedicada a Beethoven y a Richard Strauss. Ciertamente, se trataba de un Beethoven menor: el de la obertura El Rey Esteben (1812) y la Fantas¨ªa coral con piano y orquesta (1808), uno de los antecedentes del final de la Novena. El Coro Nacional se uni¨® en pie de igualdad a la excelente labor de la orquesta para cantar las estrofas del poeta vien¨¦s Christoff Kuffner y el pianista Rudolf Buchbinder (Leitmeritz, Austria, 1946) resolvi¨® con belleza sonora y sobriedad de estilo, su parte protagonista para acertar plenamente en el hermoso acherzo, tan vien¨¦s en sus ideas, sentimientos y nostalgias, titulado Burlesca. La esplendorosa y constructivista orquestaci¨®n straussiana campea, una vez m¨¢s, en esta obra original en la que c

antan los timbales un tema de cuatro notas. Para terminar, el m¨¢s grande homenaje rendido a Viena por Strauss: El Caballero de la Rosa. En Srauss, la orquesta ¨ªntegra debe producirse con virtuosismo que no oculta, sino m¨¢s bien realza, la evocaci¨®n de Viena a comienzos del reinado de Mar¨ªa Teresa. En resumen, dos jornadas de gran m¨²sica bien interpretada por dos batutas espa?olas herederas de las mejores tradiciones europeas.