T¨² a Camp David, yo a Crawford

Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar puede presumir de que, gracias a la guerra en Irak, le ha sacado a Vlad¨ªmir Putin al menos un a?o de ventaja en las relaciones con EE UU. A primeros de mayo de 2002, el presidente del Gobierno fue hu¨¦sped en Camp David, la residencia oficial de campo; el presidente ruso fue invitado ayer para septiembre. Hace tres meses, Aznar estuvo en Crawford, el rancho tejano de George W. Bush, que define el c¨ªrculo ¨ªntimo de los aliados incondicionales del presidente. Pocos m¨¢s que el fiel Tony Blair hab¨ªan pisado antes que Aznar ese sancta santorum que Putin no frecuentar¨¢ por ahora.

Pero la cumbre de San Petersburgo produjo un resultado menos agradable para Aznar. El acuerdo ruso-norteamericano de cooperar en el control nuclear de Ir¨¢n desplaza al r¨¦gimen de Mohamed Jatam¨ª hacia la zona m¨¢s peligrosa del tablero estrat¨¦gico de Bush, donde se juega el asedio a Corea del Norte, y ello compromete los planes de cooperaci¨®n del presidente espa?ol con los sectores reformistas de Teher¨¢n.

El reforzamiento de las relaciones con Ir¨¢n es un empe?o de primer de orden de Aznar, y s¨®lo eso explica que en oto?o, cuando el compromiso del presidente espa?ol con Estados Unidos frente a Irak estaba fuera de dudas, Jatam¨ª pudiera despacharse a gusto contra Bush en la sala de prensa de La Moncloa sin que su anfitri¨®n hiciera esfuerzo alguno por contener la diatriba.

Ese empe?o del presidente requerir¨ªa una base econ¨®mica hispano-iran¨ª s¨®lida, que Aznar ha tratado de desarrollar animando a Repsol a invertir en Ir¨¢n. Es ah¨ª donde el acuerdo ruso-norteamericano de ayer incide de modo negativo para la pol¨ªtica espa?ola, ya que, incluso si Washington no presiona a sus aliados para que limiten sus relaciones con Teher¨¢n, un pa¨ªs tan se?alado con el dedo junto a Corea del Norte dif¨ªcilmente atraer¨¢ inversi¨®n extranjera.