Y ahora Catalu?a

Los primeros an¨¢lisis de los resultados de las elecciones municipales del 25 de mayo permiten afirmar que los socialistas hemos vuelto a ganar las elecciones municipales y continuamos siendo la fuerza m¨¢s votada, y de largo, en el conjunto de los municipios de Catalu?a; que el buen resultado de estas elecciones avala nuestra pol¨ªtica municipalista al frente de los gobiernos locales que presidimos, y que adem¨¢s vislumbra ya el cambio definitivo y necesario al frente del Gobierno de la Generalitat. Veamos las tres reflexiones de forma m¨¢s pausada.

Las s¨¦ptimas elecciones municipales democr¨¢ticas en Catalu?a han vuelto a revalidar las mayor¨ªas socialistas y de progreso al frente de las principales ciudades y pueblos, de manera que se ha conseguido ganar en ayuntamientos que hab¨ªan sido feudos de CiU y de otras fuerzas pol¨ªticas, como Sitges, El Vendrell, Blanes, Berga, Palam¨®s, Molins de Rei, Rub¨ª, Esparreguera, etc¨¦tera.

Maragall y Montilla representan una misma idea pol¨ªtica de pa¨ªs, la realidad plural que es hoy Catalu?a

Todos estos datos suponen que los socialistas continuaremos gobernando en m¨¢s del 70% del total de la poblaci¨®n de Catalu?a, habiendo aumentado en m¨¢s de 9.000 el n¨²mero absoluto de votos y en 228 el de concejales. Estamos hablando, por lo tanto, de un aumento electoral significativo en todo el territorio, que se ha traducido sobre todo en las poblaciones y comarcas del interior que han sido tradicionalmente feudo de CiU, partido que ha disminuido su representaci¨®n al perder m¨¢s de 400 concejales.

La segunda reflexi¨®n es ya en t¨¦rminos de pol¨ªtica municipal y municipalista. Es el momento de recordar que la gesti¨®n que los socialistas estamos desarrollando desde hace a?os en los organismos y las administraciones que gobernamos ha sido avalada de nuevo por los electores de Catalu?a. Los resultados del 25 de mayo consolidan la pol¨ªtica municipalista que se est¨¢ llevando a cabo desde los ayuntamientos, consejos comarcales socialistas, la Diputaci¨®n de Barcelona, el ?rea Metropolitana de Barcelona. Una pol¨ªtica municipalista que, hay que recordarlo, pasa por promover los ayuntamientos como espacios para las personas, para desarrollar una acci¨®n de gobierno c¨¢lida, participativa y pr¨®xima, que permite una mejor distribuci¨®n y aprovechamiento de los recursos de las administraciones p¨²blicas.

La tercera y ¨²ltima reflexi¨®n hay que hacerla en clave de Gobierno de la Generalitat y con la vista puesta en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas de oto?o. Los resultados de las elecciones municipales configuran una nueva mayor¨ªa de progreso en Catalu?a, ya que los votos obtenidos por el bloque de izquierdas (PSC, ERC e ICV) suman 1.851.207, el 57%, mientras que el bloque de derechas (CiU y el PP) se queda con tan s¨®lo el 35%, con 1.149.730 votos.

Estas cifras nos demuestran que existe en Catalu?a un movimiento social y una tendencia pol¨ªtica sostenida de cambio progresista para la Generalitat, tras m¨¢s de 23 a?os del gobierno conservador de CiU con la inestimable ayuda en los ¨²ltimos a?os del PP. Los ciudadanos y las ciudadanas de Catalu?a piensan -lo quieran o no los se?ores Pujol, Duran y Mas- ya en t¨¦rminos de relevo, que es posible y conveniente la renovaci¨®n pol¨ªtica en el gobierno de Catalu?a a partir de un nuevo proyecto pol¨ªtico representado tanto por Pasqual Maragall como por Jos¨¦ Montilla.

Pasqual Maragall y Jos¨¦ Montilla representan no s¨®lo una misma idea pol¨ªtica de pa¨ªs, sino la realidad plural que es hoy Catalu?a. En contraposici¨®n, CiU y otros partidos del arco parlamentario se han contentado con representar solamente a un sector de la sociedad, por muy respetable que ¨¦ste sea, dejando de lado en los 23 a?os de gobierno a casi

la mitad de la sociedad, tal como lo demuestra que s¨®lo el 5% de los consejeros que han tenido los sucesivos gobiernos de CiU hayan nacido fuera de Catalu?a.

El gran ¨¦xito de Pujol y su partido ha sido conseguir que unas personas pensaran que la autonom¨ªa no iba con ellas y que finalmente decidieran no participar en las elecciones a la Generalitat, cosa que ya no pasar¨¢ en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas del oto?o. Estoy seguro de que una amplia mayor¨ªa de los ciudadanos y las ciudadanas de Catalu?a dar¨¢n su voto, tal como ya han hecho en las municipales, a las candidaturas de izquierdas y de progreso, entre las cuales est¨¢n las del PSC, un partido que ha sabido compaginar y aunar trabajadores y clases medias, profesionales y comerciantes, hombres y mujeres en proporciones parecidas, gente nacida aqu¨ª y otra que no, al mundo urbano y al rural, las tradiciones y el dise?o. Un partido en el cual Maragall simboliza la Catalu?a abierta, creativa, integradora, leal y exigente con Espa?a, y Montilla, el esfuerzo, el di¨¢logo, la integridad, siempre leal y exigente con Catalu?a. Las dos partes, juntas, son la s¨ªntesis de las buenas gentes del pa¨ªs, las que por encima del inter¨¦s particular colocan las aspiraciones de justicia, de igualdad y de solidaridad.

Por todo ello, los catalanes y las catalanas apuestan de forma inequ¨ªvoca y decidida por que el cambio, que se tiene que producir inexorablemente al frente del gobierno de la Generalitat en los pr¨®ximos meses, venga desde las posiciones pol¨ªticas de la izquierda y se lleve a cabo en torno a un partido, el PSC, y a un gobierno de progreso presidido por Pasqual Maragall.

Joan Rangel es secretario de organizaci¨®n y finanzas del PSC