Gesti¨®n y responsabilidad

Miembros de las Fuerzas Armadas de regreso de una misi¨®n en Irak han denunciado, con el apoyo de testimonios fotogr¨¢ficos, las precarias condiciones de seguridad en que han seguido realiz¨¢ndose sus desplazamientos despu¨¦s del accidente que la semana pasada cost¨® la vida a 62 militares que volv¨ªan de Afganist¨¢n. El conocimiento de que ese testimonio iba a aparecer ayer en la prensa hizo que el ministro de Defensa, tras una reuni¨®n de urgencia con Aznar, anunciase la suspensi¨®n "cautelar" de los contratos con compa?¨ªas que utilizan aviones de la antigua URSS. Al mismo tiempo, el ministro ha anunciado que dar¨¢ explicaciones en una comparecencia ante la comisi¨®n de Defensa del Congreso.

Hay indicios abundantes de que se han cometido errores graves de gesti¨®n en relaci¨®n al transporte de tropas que tal vez exijan la dimisi¨®n del ministro. Ello no depender¨ªa tanto de la informaci¨®n que puedan suministrar las cajas negras del avi¨®n siniestrado en Turqu¨ªa sobre las causas inmediatas del accidente como de las explicaciones que el ministro ofrezca en relaci¨®n a las condiciones en que se contrataron y realizaron ¨¦se y otros vuelos de la misma naturaleza: si es cierto que no exist¨ªan soluciones alternativas al alquiler de aviones rusos o ucranianos, y si las condiciones de seguridad -ruedas en mal estado, carga sin anclajes interiores, falta de informaci¨®n sobre salidas de emergencia, etc¨¦tera- eran tan lamentables como aseguran los que las han padecido. Pero tambi¨¦n, si es cierto que todo el mundo -familiares, periodistas, oposici¨®n- conoc¨ªa o ten¨ªa indicios de esa falta de seguridad, excepto la c¨²pula del ministerio. O si acaso lo conoc¨ªan, pero no hicieron nada.

Porque lo que de momento consta es que el Ministerio de Defensa de Noruega cancel¨® sus contratos con la misma compa?¨ªa del avi¨®n accidentado el 26 de mayo por considerar que no ofrec¨ªan garant¨ªas de seguridad (y de seriedad); y que en abril pasado, el Gobierno respondi¨® con una negativa rutinaria a una pregunta parlamentaria en la que el Partido Socialista se hac¨ªa eco de la inquietud existente al respecto entre los militares. Tras el accidente, el ministro se aferr¨® al argumento de la "seguridad absoluta" de los aparatos, garantizada por la OTAN. Este empe?o en negar todo de entrada, y de sembrar dudas sobre la honorabilidad de quienes preguntan, ya fue ensayado por el Gobierno en la crisis del Prestige. Lo grave no es que el ministro no dimitiera, sino que no ordenase ninguna investigaci¨®n sobre las condiciones de seguridad de esos aviones. De no haber mediado la denuncia de los militares que el jueves llegaron de Irak, ?habr¨ªan mantenido Federico Trillo y el vicepresidente Rajoy que no hab¨ªa nada que revisar respecto a los contratos con esa compa?¨ªa y que lo ¨²nico a investigar eran las causas del accidente que revelar¨ªan las cajas negras?

En realidad, m¨¢s que la denuncia transmitida a mandos del Ej¨¦rcito por esos militares, lo que ha preocupado a sus jefes es saber que la noticia iba a salir en los peri¨®dicos. Es propio de las sociedades democr¨¢ticas maduras que la gesti¨®n concreta de un determinado ministro de Defensa pueda ser criticada, tanto por la oposici¨®n como por la prensa, sin que ello suscite una inquietud especial. Hay suficientes indicios para pensar que se han cometido errores graves de gesti¨®n. Que se han seguido criterios de contrataci¨®n improcedentes en un asunto como ¨¦ste, y que la indignaci¨®n de familiares y compa?eros de las v¨ªctimas puesta de manifiesto en los actos f¨²nebres ten¨ªa fundamento, por m¨¢s que pudiera expresarse de forma inadecuada. Lo irresponsable no es hacerse eco de esa indignaci¨®n y de sus causas, sino, por el contrario, ocultarla con el pretexto de que lo que toque a las Fuerzas Armadas est¨¢ fuera del ¨¢mbito de la cr¨ªtica ciudadana y del control democr¨¢tico.