M¨ªchel Dom¨ªnguez dice que Planchuelo le orden¨® negar que el GAL matase a Brouard
El mercenario incurri¨® en numerosas contradicciones
El ex inspector de polic¨ªa Michel Dom¨ªnguez, condenado por su relaci¨®n con los GAL, se?al¨® ayer a Miguel Planchuelo, jefe Superior de Polic¨ªa de Bilbao cuando se produjo el asesinato del dirigente de HB Santiago Brouard, en noviembre de 1984, y condenado tambi¨¦n por el caso Marey, como la persona que le orden¨® desmentir en dos medios de comunicaci¨®n que los GAL fuesen los responsables del crimen. El ex agente revel¨® que sus jefes le ordenaron realizar "otras reivindicaciones de atentados de los GAL" que no especifico. Dom¨ªnguez testific¨® que tradujo al franc¨¦s "en el mismo despacho de Planchuelo" en la Jefatura de Bilbao la nota manuscrita con el desmentido.
En la segunda jornada del juicio en la Audiencia de Vizcaya por el asesinato del dirigente independentista, las defensas de los tres acusados lograron desvirtuar a uno de los principales testigos de cargo tras la reapertura de este caso, en julio de 1997.Los defensores del ex subcomisario Jos¨¦ Amedo, el industrial Luis Morcillo Pinillos y el ex teniente coronel de la Guardia Civil Rafael Masa desmontaron el testimonio del mercenario Daniel Fern¨¢ndez Ace?a, condenado por un asesinato de los GAL, quien adem¨¢s cay¨® en numerosas contradicciones.Ace?a nunca ha ocultado que todo lo que sabe o dice saber o ha contado sobre este caso lo conoce por testimonios de referencia, b¨¢sicamente de Miguel ?ngel L¨®pez Oca?a, hermano del condenado como uno de los autores del atentado en el primer proceso, y de Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez D¨ªaz, El Franc¨¦s, condenado en ese mismo juicio por suministrar las armas del crimen. Su otro informante fue el mercenario de los GAL Georges Mendaille.
Las contradicciones, medias verdades y, en parte, fabulaciones de Ace?a fueron sucedi¨¦ndose ya durante el interrogatorio de la fiscal y el abogado de la acusaci¨®n particular, Txema Montero. En las numerosas declaraciones efectuadas por este mercenario a lo largo de las dos instrucciones de la causa hay una parte que permanece: que los asesinos del pediatra intentaron dos veces la acci¨®n antes de aquel 20 de noviembre de 1984, que el atentado se decidi¨® en una reuni¨®n en un hotel bilba¨ªno en diciembre de 1983 y que el confidente del comisario Antonio Rosino, primer investigador del caso, era Alberto Granados C¨¦spedes, asesinado por Miguel ?ngel L¨®pez Oca?a por filtrar informaci¨®n sobre el asesinato.
La habilidad del interrogatorio de los defensores destruy¨® su testimonio en menos de hora y media. El mercenario, confundido, apenas si pudo repetir tres nombres de la larga lista que relat¨® al juez instructor de supuestos participantes en la reuni¨®n donde se decidi¨® el crimen. Lo mismo dec¨ªa que los asesinos fueron Miguel ?ngel L¨®pez Oca?a y Granados que a?ad¨ªa despu¨¦s a Morcillo o al mercenario Jean Louis Perales.
Tampoco se mostr¨® seguro a la hora de relacionar el asesinato de Granados con que fuera confidente de Rosino. "En lo b¨¢sico siempre he dicho lo mismo", contestaba al letrado de Morcillo, quien le replicaba que sus modificaciones no eran una bagatela para su defendido, sobre el que pesa una petici¨®n de 25 a?os de c¨¢rcel.
La abogada de Masa le pidi¨® que explicase c¨®mo "hab¨ªa tardado 14 a?os" en nombrar a su cliente como presunto organizador del atentado. Jorge Manrique, letrado de Amedo, resalt¨® la poca consistencia del testimonio de Ace?a, mientras el ex subcomisario se mofaba desde el banquillo del testigo, al que lleg¨® a llamar "payaso". Manrique pidi¨® un careo entre su defendido y Ace?a, pero el tribunal lo estim¨® "innecesario".
El mercenario tuvo que admitir que L¨®pez Oca?a "no dec¨ªa siempre la verdad y sol¨ªa cambiar" lo que le contaba en la c¨¢rcel de Carabanchel. Y se pregunto: "?A m¨ª me han enga?ado? Probablemente".
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