Sepelio

Seraf¨ªn Castellano, la Celia Villalobos de Benissan¨®, descansa por fin en paz. Y ¨¦se es un grato acontecimiento no s¨®lo para la sanidad, de la que ha sido oficialmente responsable en los ¨²ltimos tres a?os, sino tambi¨¦n para la lengua de los valencianos, que tanto apabull¨® mientras estuvo ah¨ª arriba, por decirlo en sus palabras, "mantinguent el liderasgue [sic]". Eduardo Zaplana ha decidido enterrar su cad¨¢ver varios a?os despu¨¦s de su defunci¨®n, forjada en una cadena de desprop¨®sitos que nunca consigui¨® atajar y por los que, sin embargo, nunca le pas¨® factura debido a que los intereses del partido estaban por encima de los de la sociedad. En los pr¨®ximos a?os ocupar¨¢ la presidencia provincial del PP en Valencia, cargo que, como ha destacado Zaplana, ha alcanzado "sin ning¨²n voto en contra", y ¨¦sa es la garant¨ªa de que ya no va a formar parte del pr¨®ximo Consell. Ya s¨®lo queda por despejar si su n¨®mina saldr¨¢ s¨®lo de las Cortes o si se complementar¨¢ con otros incentivos, por supuesto inyectados a los presupuestos de la Generalitat. Ahora Castellano se va a dedicar full time a lo que en realidad siempre ocup¨® su tiempo. Desde el punto de vista org¨¢nico el ex consejero de Sanidad se ha revelado en todos estos a?os como un eficaz instrumento para el control del partido en Valencia. A cambio, ha sido uno de los m¨¢s nefastos gestores que ha tenido el Gobierno valenciano. Su paso por las consejer¨ªas de Justicia y Sanidad s¨®lo ha sido un modo de ocupar una estructura administrativa que le permitiera mover la maquinaria del partido en funci¨®n de los intereses de su jefe. Lo dem¨¢s fue lo de menos, y se resume en un sombr¨ªo palmar¨¦s que engloba repartos de vacunas caducadas contra la hepatitis B, listas de espera maquilladas y ocultadas hasta al Defensor del Pueblo, publicaci¨®n de gu¨ªas que recomendaban no tener relaciones sexuales para evitar contagios... Y sobre todo, brotes y rebrotes de legionela en Alcoi, Cocentaina, Muro, Segorbe, X¨¤tiva, Elche y Castell¨®n (con un goteo incesante de muertos y afectados, tan espeluznante como el argumentario al que ha recurrido para zafarse mientras ten¨ªa la cabeza en otro sitio).