El Papa elogia a la mujer que "aporta la sensibilidad al hombre"
Decenas de miles de fieles asisten a la beatificaci¨®n de una monja croata
Dubrovnik, joya de la costa d¨¢lmata, recibi¨® ayer al Papa con tiempo veraniego. El Pont¨ªfice se desplaz¨® en avi¨®n desde Rijeka para beatificar a la religiosa croata Marija Petkovic (1892-1966), fundadora de una orden femenina, nacida en la vecina isla de Korcula. La vida de la nueva beata sirvi¨® al Papa para abordar la misi¨®n de las mujeres, llamadas a ser "un sost¨¦n importante para todas las personas". "Nuestro tiempo necesita del car¨¢cter genuino de la mujer, que aporta la sensibilidad al hombre en todas las circunstancias", dijo.
Decenas de miles de personas se hab¨ªan congregado desde muy temprano en la explanada del puerto de Dubrovnik, perfecto como una postal, para seguir la ceremonia religiosa. El Papa tom¨® asiento en una tribuna entoldada, a cubierto del sol abrasador, acompa?ado por el obispo de Dubrovnik, Zelimir Puljie, y de otros miembros de la jerarqu¨ªa local y vaticana.
Para la Iglesia croata, que ha reconquistado en estos ¨²ltimos a?os protagonismo y poder, la ocasi¨®n era importante, porque Marija Petkovic, fundadora de las Hijas de la Misericordia de la tercera orden regular de San Francisco, que se extendi¨® mucho por Am¨¦rica Latina, es la primera mujer croata que es elevada a los altares. La beatificaci¨®n ha sido posible gracias a un extra?o milagro de sor Marija, gracias a cuya intercesi¨®n un submarino peruano se salv¨® del naugrafio en 1988.
En su discurso, Karol Wojtyla, que apareci¨® envuelto en una capa dorada, alab¨® el "ind¨®mito coraje" de la religiosa, que "ofreci¨® sus sufrimientos y otros muchos actos de culto" para sostener a sus hermanas. Todo un ejemplo para las mujeres croatas. "Pienso", dijo el Papa, "en las que son esposas y madres felices" y en las que "viven con el dolor de haber perdido alg¨²n familiar en la guerra cruel de los a?os noventa". A las mujeres croatas, "conscientes de vuestra alt¨ªsima vocaci¨®n de madres y esposas", el Pont¨ªfice les encomend¨® que sigan mirando "a todas las personas con los ojos del coraz¨®n".
Wojtyla no se detuvo ah¨ª. Pas¨® a recitar su ideario de la condici¨®n femenina, que otorga a la mujer la misi¨®n fundamental de ser "un sost¨¦n importante para la existencia de todas las personas, en particular en el ¨¢mbito de la familia", una misi¨®n subalterna que habr¨ªa provocado quiz¨¢s abucheos en una audiencia menos devota que la de ayer, que aguant¨® de pie, en medio del calor asfixiante, las dos horas de la ceremonia religiosa. El Papa cit¨® las tradicionales cualidades femeninas -"sensibilidad, generosidad y fortaleza"- como valores que "enriquecen la comprensi¨®n del mundo y contribuyen a la verdad de las relaciones humanas".
Y s¨®lo en la despedida de su discurso mencion¨® el Papa la necesidad del "perd¨®n rec¨ªproco", un elemento que resulta esencial para cerrar las heridas abiertas en las rep¨²blicas balc¨¢nicas a ra¨ªz de las guerras que desgarraron la ex Yugoslavia en los a?os noventa, primero entre Serbia y Croacia (1991-1992), m¨¢s tarde en Bosnia-Herzegovina (1992-1995) y por ¨²ltimo en Kosovo (1999).
Croacia ha dado hasta el momento pasos insuficientes en este sentido. Si el Tribunal de La Haya para los cr¨ªmenes en la antigua Yugoslavia est¨¢ descontento con la colaboraci¨®n encontrada en este pa¨ªs para sentar en el banquillo a algunos presuntos criminales de guerra, la comunidad internacional est¨¢ insatisfecha con la lentitud con la que se est¨¢ produciendo el auspiciado regreso a sus casas de los serbios expulsados a ra¨ªz de las guerras de los noventa.
El cortejo del Papa recorri¨® de regreso al aeropuerto de Dubrovnik el paisaje espl¨¦ndido de la costa sur croata, la principal atracci¨®n tur¨ªstica del pa¨ªs, una industria que ha sufrido, sin embargo, un fuerte retroceso a ra¨ªz de la independencia. El turismo aporta al pa¨ªs 4.000 millones de d¨®lares anuales, una cifra inferior a los ingresos que generaba cuando Yugoslavia permanec¨ªa todav¨ªa unida.
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