Tragedia a¨¦rea anunciada
Se llamaba Carlos Oriz Garc¨ªa, soldado de Aviaci¨®n, mi sobrino, fallecido en el accidente a¨¦reo de Turqu¨ªa en el que perdieron la vida tambi¨¦n 61 compa?eros. Sab¨ªamos que mi sobrino Carlos retornaba el d¨ªa 4 de junio de ese mismo destino y no nos pod¨ªamos creer que la mala suerte se hab¨ªa cebado con este joven de 19 a?os que nos enamor¨® de su trabajo, del cual estaba muy orgulloso e ilusionado. Decidi¨® voluntariamente incorporarse a la misi¨®n humanitaria en un pa¨ªs como Afganist¨¢n, pero que contrarrestaba con la ilusi¨®n de un joven que s¨®lo quer¨ªa ayudar y cumplir con su deber.
Al d¨ªa siguiente, estupefactos, pudimos ver dos fotograf¨ªas en un peri¨®dico nacional: la primera nos llen¨® de horror al comprobar con nuestros propios ojos el cad¨¢ver carbonizado y destrozado de nuestro familiar; en la segunda, al se?or Trillo, que dej¨® de ser ministro para nosotros el mismo d¨ªa del accidente, con su inmaculado traje y acompa?ado por otro se?or que le sosten¨ªa un paraguas entre los escombros del Yak¨®lev 42.
Estas compa?¨ªas realizan operaciones en aeropuertos militares para no pagar las tasas aeroportuarias que todas est¨¢n obligadas a abonar por transporte de pasajeros en aeropuertos civiles. Asimismo, realizan las operaciones de carga de combustible en aeropuertos militares controlados por la OTAN porque no tienen cr¨¦dito ni dinero para hacerlo en otros. Esta situaci¨®n podr¨ªa haber provocado que el avi¨®n siniestrado no tuviera m¨¢s alternativa que aterrizar en esas condiciones que se repitieron hasta tres veces. Las tripulaciones y aviones proceden de la antigua URSS y han sido desechados por otras l¨ªneas comerciales, y lo peor de todo es que las autoridades civiles del pa¨ªs de la compa?¨ªa a¨¦rea son las encargadas de otorgar los permisos de navegabilidad en condiciones dudosas.
Se?or Trillo, usted estuvo en la base a¨¦rea de Torrej¨®n, donde jam¨¢s se le ten¨ªa que haber ocurrido acudir; espero que la sordera ocasional que sufri¨® en ese encuentro se haya terminado y pueda recapacitar ahora lo que respecto de su capacidad profesional le increpamos los que nos encontr¨¢bamos en ese momento, incluido su propio Ej¨¦rcito profesional. Hace algunos meses escuch¨¢bamos de su persona ante una desgracia como la que sufrimos con el barco Prestige que no volver¨ªa a dejar pasar barcos piratas por las costas espa?olas contratados por las mafias rusas; curiosamente, usted mismo estaba contratando pateras a¨¦reas de las mafias ucranias.
Se?or Aznar, como este se?or no ha tenido la verg¨¹enza de renunciar a su cargo, le pido encarecidamente que lo realice usted, y no espere a los resultados t¨¦cnicos de la investigaci¨®n, ya que cualquier persona de su Gabinete puede realizar este tipo de labor. Hasta pronto, Carlos, ojal¨¢ finalmente te hayas reunido con tu padre.
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