"Gibraltar es para Gran Breta?a lo que Ceuta y Melilla son para Espa?a"
Antiguo director general para Iberoam¨¦rica, Denis MacShane, de padre polaco, capaz de hablar espa?ol por razones del oficio, celebr¨® el pasado viernes su primera entrevista de trabajo en Madrid con su hom¨®logo, Ram¨®n de Miguel. S¨®lo se habl¨® de Gibraltar marginalmente. El secretario brit¨¢nico explica que Londres y Madrid tienen ocupaciones mejores que un contencioso que depende absolutamente de la voluntad de los gibraltare?os y para el que no parece vislumbrar soluci¨®n antes de 25 o 30 a?os. Incluso compar¨® al Pe?¨®n con Ceuta y Melilla que, seg¨²n la Constituci¨®n, no son colonias sino ciudades espa?olas.
Pregunta. Tras estos primeros contactos con Madrid, ?cree que su trabajo aqu¨ª va a ser f¨¢cil?
"Creo que Madrid y Londres tienen temas m¨¢s importantes de que tratar que Gibraltar"
"Las posibilidades de llegar a un acuerdo no aceptado por los gibraltare?os son cero"
"La base naval tiene que ser de soberan¨ªa brit¨¢nica si Europa quiere ser superpotencia"
Respuesta. Las relaciones bilaterales son fuertes, lo fueron en tiempos de Felipe Gonz¨¢lez, lo son ahora porque hay una estrecha relaci¨®n entre el se?or Aznar y el se?or Blair, del mismo modo que hubo una estrecha relaci¨®n incluso entre Gonz¨¢lez y la primera ministra conservadora brit¨¢nica Margaret Thatcher. Creo que Espa?a y Gran Breta?a comparten tambi¨¦n en Europa un sentido de identidad nacional muy fuerte, una historia pasada de poderes imperiales y una fuerte vinculaci¨®n con Estados Unidos. Esos lazos estructurales permanecer¨¢n con independencia de los cambios de Gobierno que puedan producirse en los pr¨®ximos a?os.
P. Pero ambos pa¨ªses tienen tambi¨¦n intereses muy divergentes en la UE, por ejemplo en todo lo relativo a la pol¨ªtica agr¨ªcola, pesquera o a las ayudas estructurales. ?No es eso un problema?
R. No, porque cada pa¨ªs europeo tiene intereses econ¨®micos muy espec¨ªficos, pero hay que mirar m¨¢s all¨¢, a la necesidad de construir una Europa efectiva que tiene que estar en continuo proceso de reforma.Tenemos que aceptar cambios constantes en la organizaci¨®n del Presupuesto europeo, y Espa?a tendr¨¢ que aceptar nuevas ideas sobre la pol¨ªtica agr¨ªcola y en otros campos. En Gran Breta?a, tenemos la misma queja de muchos ciudadanos, de que otros pa¨ªses europeos est¨¢n contra nosotros, pero hay que ir m¨¢s all¨¢ de esa mirada provinciana.
P. La posici¨®n del Reino Unido fue tambi¨¦n contraria a los intereses espa?oles en la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional, cuando se discutieron las indemnizaciones por la cat¨¢strofe del Prestige.
R. Todo pa¨ªs tiene que pensar cu¨¢l es el mejor modo de desarrollar su pol¨ªtica europea. En Gran Breta?a tenemos una expresi¨®n que dice que sobre casos individuales se hacen leyes malas. Queremos un r¨¦gimen mucho m¨¢s estricto para los buques petroleros, porque nuestra propia costa ha sido tan perjudicada por la cat¨¢strofe del Prestige como la costa de Galicia, pero siempre nos pone nerviosos que se introduzcan cambios importantes en la legislaci¨®n internacional a partir de un caso individual.
P. Tambi¨¦n se ha visto aqu¨ª con cierta sorpresa la facilidad con la que el Reino Unido ha llegado a un acuerdo con Roma para el despliegue militar italiano en Irak, mientras que las aspiraciones espa?olas a estar en esa misma zona han sido ignoradas.
R. Lo que queremos es que haya m¨¢s presencia europea en Irak. Estamos discutiendo, por ejemplo, que algunos soldados brit¨¢nicos est¨¦n a las ¨®rdenes de los polacos, y eso no es un problema porque en los Balcanes, por ejemplo, hay soldados brit¨¢nicos que sirven bajo mando de Francia u Holanda.
P. Luego est¨¢ Gibraltar. Tras este primer contacto en Madrid, ?considera que es un problema con el que se puede convivir o ha apreciado una particular urgencia por parte del Gobierno espa?ol?
R. No. Gibraltar es para Gran Breta?a un poco lo que Ceuta y Melilla son para Espa?a. No es parte de nuestro territorio, pero la gente de all¨ª se siente muy brit¨¢nica, del mismo modo que la gente que vive en Ceuta y Melilla se siente cien por cien espa?ola. Creo que debemos respetar esas ligazones nacionales. Hace mucho tiempo que creo que el mejor modo de tratar con Gibraltar es un modo amable, persuasivo y amistoso, sin hacer de ello un gran tema pol¨ªtico. Cuando Adolfo Su¨¢rez se reuni¨® con el primer ministro Callaghan, tras la muerte de Franco, suscit¨® el asunto de Gibraltar y el primer ministro le dijo que en Gran Breta?a tenemos el dicho de que se cazan m¨¢s moscas con miel que con vinagre. Creo que si durante los ¨²ltimos 25 a?os hubiera habido un enfoque de menos confrontaci¨®n, quiz¨¢s la historia de Gibraltar ser¨ªa hoy diferente. Yo viv¨ª en Suiza en los tiempos en que hubo muchos problemas en la frontera con Francia, pero al cabo de pocos a?os franceses y suizos dejaron de criticarse, la frontera se abri¨®, los suizos compraron casas en Francia, los franceses fueron a trabajar a Suiza y las dos comunidades llegaron a vivir juntas. Esa es mi visi¨®n de lo que espero que ocurra [con Gibraltar] en los pr¨®ximos 25 o 30 a?os.
P. La ministra de Exteriores, Ana Palacio, dijo el pasado jueves que el Gobierno har¨¢ todo lo posible por llegar a un acuerdo de soberan¨ªa compartida sobre Gibraltar antes de un a?o. ?Le parece poco realista?
R. Creo que Madrid y Londres tienen temas m¨¢s importantes que tratar. Tenemos que lograr que la Convenci¨®n para la Constituci¨®n europea sea un ¨¦xito, que se logre tambi¨¦n con ¨¦xito desarrollar una nueva relaci¨®n entre Europa y Estados Unidos basada en una asociaci¨®n efectiva, que el crecimiento econ¨®mico se convierta en una prioridad europea... Tengo muchas dudas de que la gente de Gibraltar vaya a apoyar un cambio importante en su estatuto antes de que pase un largo periodo de relaciones muy calmadas y amistosas con Espa?a. No creo que eso ocurra antes de que llegue mi sucesor, o incluso varios sucesores. Tenemos gran respeto y estamos siempre abiertos a conversaciones con Madrid, pero dudo de que en estos tiempos se pueda esperar seriamente que la cuesti¨®n de Gibraltar pueda volver a la mesa negociadora con la esperanza de obtener resultados positivos.
P. El llamado Proceso de Bruselas se encuentra en suspenso. ?Quiere decir que no considera la posibilidad de reanimarlo?
R. El Proceso de Bruselas es un compromiso que Thatcher cerr¨® con los espa?oles hace 20 a?os. Tuvimos negociaciones muy intensas, pero no se logr¨® un resultado satisfactorio, y hay que enfrentarse a la realidad pol¨ªtica de que la gente de Gibraltar siente su identidad brit¨¢nica con tanta fuerza como la gente de Ceuta y Melilla siente su identidad espa?ola.
P. Hace un a?o, el Reino Unidos estaba dispuesto a firmar al menos una declaraci¨®n de intenciones de compartir con Espa?a la soberan¨ªa sobre Gibraltar, aunque la rechazaran los gibraltare?os. ?Se mantiene esa posici¨®n?
R. Una vez m¨¢s, mi opini¨®n es que, en la Europa democr¨¢tica moderna, hacer cosas sin el consentimiento democr¨¢tico de la gente es muy peligroso.
P. El primer ministro Tony Blair dijo hace un a?o que, en cualquier soluci¨®n, la base militar tendr¨ªa que seguir siendo cien por cien de soberan¨ªa brit¨¢nica. ?Es una posici¨®n inamovible?
R. S¨ª. Es importante, porque Gran Breta?a es junto con Francia la ¨²nica potencia europea que acepta plenas responsabilidades militares que van mucho m¨¢s all¨¢ de la defensa de su territorio o del contexto europeo. Tenemos bases soberanas en Chipre y en otras partes del mundo, y creo que si Europa quiere ser una superpotencia a nivel mundial, es importante que Francia y Gran Breta?a mantengan sus bases militares en distintas partes del mundo, incluida la base militar de Gibraltar.
P. Todo esto implica que la oferta de acuerdo sobre Gibraltar que Londres plante¨® hace un a?o ha sido retirada, ?no?
R. Ocurri¨® que no fue posible llegar a un acuerdo satisfactorio. Creo que fue un a?o positivo, ya que permiti¨® a Londres y Madrid examinar con gran profundidad todas sus diferencias, pero ya no vivimos en el siglo XVIII o XIX, cuando los diplom¨¢ticos pod¨ªan firmar tratados y los pueblos ten¨ªan que obedecerlos. Vivimos en un mundo de ciudadanos modernos, donde cualquiera tiene el derecho democr¨¢tico de expresar su punto de vista y, para los ciudadanos y el Parlamento brit¨¢nico, las posibilidades de lograr un acuerdo que no sea aceptado por los gibraltare?os son simplemente cero. Creo que es honesto decir esto, porque tengo afecto por Espa?a, me gusta este pa¨ªs, creo que hicimos un buen trabajo juntos, pero llevo demasiado tiempo en pol¨ªtica como para gastar mi tiempo golpeando mi cabeza contra un muro.
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