Rato contin¨²a bajo radar
Rajoy confiesa su despiste sobre las armas de destrucci¨®n masiva
Gente pr¨®xima a Alberto Ruiz- Gallard¨®n acierta. Rodrigo Rato, el candidato confeso a suceder a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, contin¨²a despu¨¦s de las elecciones del 25 de mayo de 2003 bajo el radar -una frase que Rato tom¨® de Dick Morris, el que fuera asesor de Bill Clinton en las elecciones de 1996- de los medios de comunicaci¨®n. Vaticinaban esos amigos que Rodrigo Rato mantendr¨ªa un perfil muy bajo al menos hasta finales del mes de junio. Por el momento es as¨ª.
El vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa quiere matar dos p¨¢jaros de un tiro. A saber: que el vigor de la econom¨ªa espa?ola -al menos en t¨¦rminos relativos, si se mira al entorno europeo e internacional- le permita ganar la batalla de la sucesi¨®n y, al mismo tiempo, que una recuperaci¨®n a finales de a?o o primeros de 2004 le permita llevar adelante otra de las frases que le permitieron a Clinton ganar sus primeras elecciones frente al viejo George Bush: "?Es la econom¨ªa, est¨²pido!".
Rato quiere matar dos p¨¢jaros de un tiro: la sucesi¨®n y la campa?a de 2004
Hasta ahora, la econom¨ªa espa?ola conoc¨ªa un proceso de progresiva desaceleraci¨®n -su tasa de crecimiento ha ca¨ªdo dos puntos en dos a?os-, pero su tal¨®n de Aquiles para aprovechar una oleada de recuperaci¨®n segu¨ªa siendo el diferencial de inflaci¨®n con el resto de los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Cualquier est¨ªmulo que viniese, por ejemplo, de la pol¨ªtica monetaria europea, bajo la forma de una reducci¨®n de tipos de inter¨¦s, echaba le?a a la inflaci¨®n. Por tanto, no era bienvenida.
Las cosas parecen haber cambiado en lo que va de a?o. La bajada del precio del petr¨®leo, sin duda, ha ayudado de manera importante, lo mismo que el adelgazamiento de la factura a pagar por la depreciaci¨®n del d¨®lar, moneda que se utiliza para pagar las importaciones de crudo. Espa?a est¨¢ ahora, pues, en mejores condiciones de aprovechar los est¨ªmulos externos. Por ejemplo: la baja de los tipos de inter¨¦s al 2% que el Banco Central Europeo (BCE) resolvi¨® el pasado jueves.
Gente m¨¢s numerosa pero quiz¨¢ -con perd¨®n- menos consciente suele citar como gran factor positivo de la marcha de la econom¨ªa espa?ola el hecho de que el consumo sigue tirando fuerte. Quiz¨¢ esto no sea una virtud si bien se mira. El endeudamiento -como resultado de la baja de tipos en estos a?os- de las familias nunca ha sido tan espectacular. Sin embargo, el indicador sensible, a saber, la inversi¨®n en bienes de equipo, el que dice qu¨¦ apuesta real hacen los empresarios por la marcha de la demanda a medio plazo, no reacciona. Los empresarios siguen sin ver claro. Muchos, como el vicepresidente segundo y ministro de Econom¨ªa, sosten¨ªan que eso se deb¨ªa a la incertidumbre de la guerra de Irak. Otros creen que se arregla con reformas estructurales, un objetivo suscrito en la cumbre del G-8 clausurada el pasado martes 4 de junio en Evian (Francia).
?Y si fuera m¨¢s sencillo? Es un hecho probado que la tesis de la Nueva Econom¨ªa, seg¨²n la cual los ciclos econ¨®micos cl¨¢sicos quedaron abolidos, es ya insostenible. Los socialistas espa?oles gozaron de un ciclo alcista a partir de 1985 y sufrieron, como todo el mundo, la recesi¨®n casi siete a?os despu¨¦s, en los primeros a?os noventa. En 1995 comenzaban a paladear el aperitivo de la recuperaci¨®n, pero quienes se beneficiaron del primer y segundo plato -es decir de la expansi¨®n econ¨®mica- fueron los populares, que llegaron al Gobierno en 1996.
El ciclo alcista, pues, se ha debilitado. Nadie puede saber si Espa?a se est¨¢ tomando el postre -con una tasa de crecimiento del 2%-, camino hacia el estancamiento, o si la reacci¨®n de Estados Unidos permitir¨¢ remontar a partir de los niveles actuales. Ni la Nueva Econom¨ªa ni las reformas estructurales pueden abolir el ciclo econ¨®mico. Sigue, por tanto, cierta aquella perogrullada brillante de Keynes, quien sosten¨ªa que todo lo que sube acabar¨¢ bajando.
Mariano Rajoy, el otro candidato, m¨¢s o menos oficial, est¨¢ enredado con las armas de destrucci¨®n masiva de Irak. El pasado viernes, tras la reuni¨®n del Consejo de Ministros, volvi¨® a repetir la tesis oficial. George W. Bush la dice primero, Aznar la repite despu¨¦s y Rajoy la expone como un eco:
-No ser¨¢ f¨¢cil encontrar el armamento, porque puede estar destruido o escondido. Si Irak no ten¨ªa armas de destrucci¨®n masiva, no me explico el obstruccionismo del que hizo gala Sadam Husein durante 12 a?os.
Rajoy podr¨ªa leer el diario de sesiones del Congreso de los Diputados del 18 de septiembre de 2002. All¨ª hay un texto instructivo. En aquella sesi¨®n se dijo que las autoridades iraqu¨ªes despertaban preocupaci¨®n y alarma en el conjunto de las naciones. "En primer lugar por la especial naturaleza de las armas, ya sean qu¨ªmicas, biol¨®gicas o nucleares... Irak conserva buena parte de su potencial militar y hay indicios de que no dudar¨ªa en utilizarlo una vez m¨¢s en la forma en que juzgase conveniente". El que lo afirm¨® fue, naturalmente, el propio Rajoy.
En la sesi¨®n a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el pasado jueves 5 de junio, con ocasi¨®n del que ser¨¢ seguramente el ¨²ltimo informe de Hans Blix, el jefe de los inspectores de la ONU, el embajador de M¨¦xico, Adolfo Aguilar Z¨ªnser, dijo:
-No se han encontrado armas de destrucci¨®n masiva en Irak. ?Porque no existen? Yo prefiero no ser tan concluyente. Es probable que no existan. La pregunta es otra: ?Por qu¨¦ no se usaron contra las tropas norteamericanas y brit¨¢nicas? La respuesta es que la pol¨ªtica de contenci¨®n de la ONU funcion¨®, las inspecciones bloquearon a Sadam Husein. Hablar de ello aqu¨ª era decir una mala palabra, supon¨ªa permitir al r¨¦gimen iraqu¨ª atacar antes que uno se pudiera defender. Las potencias ocupantes deber¨ªan agradecer a la ONU por esa contenci¨®n. Y tienen ahora que permitir que los inspectores culminen sus inspecciones en Irak.
![Rodrigo Rato.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6T7LJ5HMCIMVGTI473EVIVSYCE.jpg?auth=ce1882ff779b42628ccf64fad68249a566c8b3239bde6301afce188e4e26fdbb&width=414)
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