Tiempos de guerra en la prensa italiana
Los periodistas italianos, amparados en un fuerte sindicato, hacen frente al Gobierno de Berlusconi con nuevas movilizaciones
En la sede de la Federaci¨®n Nacional de Prensa Italiana (FNSI, por sus siglas en italiano) se palpa la tensi¨®n de los grandes desaf¨ªos, y es que el poderoso sindicato, creado en 1908 por una profesi¨®n que en Italia goza de una elevada consideraci¨®n social, ha decidido lanzar una nueva oleada de protestas. Nada extra?o en un pa¨ªs acostumbrado a quedarse sin prensa cada vez que se renueva el convenio colectivo nacional. De momento se parte el pr¨®ximo martes, 10 de junio (las televisiones dejar¨¢n de emitir el mi¨¦rcoles 11), con un paro total reforzado con dos manifestaciones este mismo mes. Pero esta vez no es un aumento salarial lo que est¨¢ en juego, "sino la libertad de informaci¨®n", explica uno de los funcionarios que trabajan en la sede sindical de Roma. A los periodistas italianos les preocupa la concentraci¨®n de medios de comunicaci¨®n en manos de Berlusconi y la influencia, cada vez mayor, sobre los que no le pertenecen.
La lista de "agravios", dicen en la federaci¨®n, que tiene 19 asociaciones regionales, es larga. "No hace mucho el Gobierno envi¨® inspectores a la RAI para investigar por qu¨¦ se emiti¨® una filmaci¨®n en la que una persona le llamaba 'buf¨®n' a Berlusconi". Sin olvidar el "despido fulminante" de dos profesionales de la televisi¨®n p¨²blica como Michele Santoro y Enzo Biagi, criticados en p¨²blico por Il Cavaliere. La RAI es fuente de permanentes dolores de cabeza para el Ejecutivo. A diario los redactores firman escritos de protesta, denuncian presiones del Gobierno o la vulneraci¨®n de alg¨²n sacrosanto derecho. Con sus 1.600 periodistas, es un gigante ingobernable, pese a que Berlusconi ha cambiado dos veces el equipo directivo.
[diarios pr¨®ximos a Berlusconi] y otros que salen sin la colaboraci¨®n de sus redactores", opina un portavoz del sindicato profesional. Eso sin contar las huelgas aisladas que llevaron a cabo algunos diarios, caso de La Repubblica, embarcado en la negociaci¨®n de su propio convenio. Tambi¨¦n este a?o ha habido un par de huelgas, adem¨¢s del paro de la redacci¨®n del Corriere, que se cruz¨® de brazos el 30 de mayo en protesta por el cese de su director.
A la vista de los datos, parece fuera de dudas la combatividad de la prensa italiana, "protegida" en todas sus batallas por un sindicato de acero, al que pertenecen los 30.000 periodistas en activo que hay en el pa¨ªs. En casi un siglo de historia, el sindicato no ha dejado de luchar por el mantenimiento del poder adquisitivo de sus afiliados y por la permanencia de algunos privilegios, como su propio Instituto de Previsi¨®n, gracias al cual la profesi¨®n gestiona sus cotizaciones con vistas a la jubilaci¨®n. Los periodistas han gozado durante a?os de beneficios menores, como rebajas en los ferrocarriles y en los vuelos de Alitalia, y son un gremio respetado e influyente.
Al menos te¨®ricamente, el prestigio no est¨¢ ligado al sueldo. "Un redactor no gana m¨¢s de unos 1.300 euros mensuales", aseguran en el sindicato. Pero es una cifra enga?osa a la que hay que a?adir cantidades variables, dependiendo del medio. Aunque los convenios laborales que firma la FNSI con la patronal del sector (Fneg), por una duraci¨®n de cuatro a?os, son de car¨¢cter nacional, los grandes medios tienen su propio acuerdo. En uno y otro caso, las cuentas se revisan cada dos a?os para comprobar que la inflaci¨®n no ha reducido la capacidad adquisitiva de los profesionales. En estos momentos est¨¢ a punto de comenzar esta fat¨ªdica revisi¨®n. El sindicato reclama un aumento del 5% o 6% de los salarios. Y est¨¢ dispuesto a defenderlo recurriendo a la huelga. Aunque la del 10 de junio, insisten, ser¨¢ exclusivamente pol¨ªtica.
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