Diez a?os despu¨¦s: choque de integrismos
Diez a?os atr¨¢s, por estas fechas, en el n¨²mero de verano de Foreign Affairs, Samuel Huntington public¨® su famoso art¨ªculo ?El choque de civilizaciones?, en el que puso el dedo sobre una llaga. Los signos de interrogaci¨®n no estaban de m¨¢s, aunque luego desaparecieran en el libro que transform¨® la hip¨®tesis en tesis tres a?os despu¨¦s. El 11-S pudo parecer una confirmaci¨®n. Pero, m¨¢s que ante el choque de civilizaciones (o de culturas), estamos viviendo un choque de integrismos.
En el fondo, el polit¨®logo de Harvard no quer¨ªa que su pa¨ªs se asemejara al mundo, necesariamente multicultural. Su visi¨®n wasp (protestante blanco anglosaj¨®n) proyectaba hacia el exterior problemas internos de EE UU. Hoy, Huntington casi parece una paloma ante el ascenso num¨¦rico, social y pol¨ªtico de la derecha cristiana, nada ajena al retroceso en marcha en la legislaci¨®n sobre el aborto o al comportamiento de EE UU tras el 11-S y, especialmente, con la guerra de Irak. Con lo que ha aumentado la desconfianza general del resto del mundo, particularmente el musulm¨¢n, hacia la superpotencia, y a¨²n m¨¢s hacia la Administraci¨®n de Bush, como refleja el sondeo del Pew Research Center.
Muchas de las l¨ªneas de enfrentamiento violento hoy en el mundo son entre musulmanes y comunidades de otras religiones. En ambas partes ganan peso los fundamentalismos y el hecho de que cada parte se sienta amenazada por el integrismo de las otras alimenta la tensi¨®n. Es lo que ha ocurrido con los movimientos cristianos evangelistas, los que m¨¢s est¨¢n aprovechando la globalizaci¨®n. De una parte de este movimiento ha surgido una cr¨ªtica furibunda -por ejemplo, de Franklin Graham, hijo del famoso telepredicador-, contra el islam como intr¨ªnsecamente perverso y violento, con el que reh¨²ye la convivencia. Los evangelistas m¨¢s extremos no creen en el di¨¢logo entre confesiones, sino que, en una agresiva pol¨ªtica proselitista, buscan conversiones hasta de musulmanes y se proyectan en el sionismo, en la medida en que ven que es anti¨¢rabe y antimusulm¨¢n. Incluso una parte de la derecha hinduista se ha vuelto sionista, por oponerse a los musulmanes en India o Pakist¨¢n. Ayuda que el juda¨ªsmo no sea una competencia para nadie pues, actualmente al menos, no es proselitista. Para Huntington, a la larga "gana Mahoma". Y, sin embargo, es el cristianismo, en sus diversas facetas, el que est¨¢ ganando la batalla demogr¨¢fica a los musulmanes. Seg¨²n Philip Jenkins (The next christendom, the coming of global christianity), en 2020, los cristianos seguir¨¢n siendo bastante m¨¢s numerosos que los musulmanes, y en 2050 a¨²n estar¨¢n en una superioridad de tres a dos. Con la excepci¨®n de EE UU, que seguir¨¢ siendo el mayor pa¨ªs cristiano del mundo, el crecimiento de esta religi¨®n se registra sobre todo en el Tercer Mundo, lo que rompe la tradicional y huntingtoniana equivalencia entre cristianismo y Occidente. M¨¢s valdr¨ªa hablar de cristianismos, en plural, que compiten entre s¨ª, una novedad para la Espa?a acostumbrada al monopolio cat¨®lico.
Por razones de fe y / o de sentido de comunidad, en el mundo de hoy ha ganado peso el factor religioso, aunque, por ejemplo, en la reuni¨®n en Evian del G-8 m¨¢s los 12 pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo no haya traslucido ning¨²n choque de civilizaciones, ni de religiones, sino de globalizaciones. Ello no quita para que el avance del liberalismo secularista pueda ser un espejismo. El laicismo no progresa, ni siquiera en Europa, hoy por hoy (si no se toma en cuenta la, a estos efectos, desconocida China) probablemente la zona del mundo m¨¢s descre¨ªda. Europa tiene un problema de integraci¨®n de una inmigraci¨®n creciente e inevitable. Y saludable si se mantiene controlada y gestionada. De no lograrlo, el choque no ser¨¢ de una cultura contra otra, sino interno en nuestras sociedades. Ahora son los dioses los que siguen a las personas en sus desplazamientos, no al rev¨¦s.
aortega@elpais.es
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