'Marmitako' para la depresi¨®n
Por mucho que uno intente ser optimista, no hay manera. Cada d¨ªa surge una nueva noticia, una nueva declaraci¨®n estridente, otra ocurrencia por parte de alg¨²n responsable pol¨ªtico con la intenci¨®n de hacer un poco m¨¢s de ruido, de elevar el diapas¨®n del enfrentamiento, costumbre que parece haberse convertido en un rentable instrumento para ganar o mantener cuotas de poder. Por supuesto, nadie es responsable de lo que pasa. Siempre son los otros los que tienen la culpa. Ellos, los unos y los otros, s¨®lo se defienden de los ataques o los desaf¨ªos ajenos. Ninguno quiere que las cosas sigan as¨ª, pero el caso es que siguen as¨ª. La pol¨ªtica vasca parece haber adquirido una vida propia, una din¨¢mica aut¨®noma respecto de las voluntades de las personas que tienen responsabilidad sobre ella. Nadie mide las consecuencias de sus actos, porque ¨¦stos parece que son inevitables. Todo es susceptible de empeorar de un d¨ªa para otro, pero eso parece no importar. A fin de cuentas, con peque?as variaciones, la gente vota siempre m¨¢s o menos parecido, por lo que las alubias est¨¢n aseguradas para una buena parte de los pol¨ªticos. De vez en cuando, cuando golpea la violencia asesina, todos ponen cara compungida y llaman a la unidad, eso s¨ª, en torno a las posiciones de cada cual. A nadie se le pasa por la cabeza algo tan simple como que la unidad requiere di¨¢logo y un cierto acercamiento de posiciones de todas las partes implicadas.
Ante un panorama como ¨¦ste, la mayor¨ªa de mis amigos est¨¢n deprimidos. Yo tambi¨¦n, y tal vez lo est¨¦ usted, querido lector. Por ello, me permito recomendarle un remedio casero que me explicaron el otro d¨ªa en una reuni¨®n de pesimistas, y que puede leerse en la p¨¢gina web de un ingenioso grupo de psiquiatras vizcainos (www.txoriherri.com). Adem¨¢s de otro gran n¨²mero de propuestas inteligentes, en dicha web puede verse una propuesta sugerente -adem¨¢s de sabrosa- para combatir la depresi¨®n: el marmitako. La cosa tiene su miga. Resulta que los ¨¢cidos grasos Omega 3 constituyen un eficaz elemento para prevenir la depresi¨®n. Eso es lo que explica, al parecer, que las personas que normalmente consumen pescado -generalmente rico en dicho ¨¢cido- tengan un menor riesgo de sufrir depresiones que el resto de los mortales. Pues bien, lo interesante del asunto es que, seg¨²n nos cuentan, el bonito es una excelente fuente de los susodichos ¨¢cidos grasos Omega 3. Por si esto fuera poco, resulta que la patata contiene carbohidratos que mejoran la transmisi¨®n serotonin¨¦rgica, lo cual debe ser fant¨¢stico, aunque uno, que es lego en la materia, no pueda explicarles porqu¨¦. Total, que la combinaci¨®n de estos dos elementos -bonito y patata-, bien condimentados como sin duda usted, querido lector, sabe hacer, nos proporciona un marmitako que, adem¨¢s del correspondiente placer gustativo, genera en nuestro organismo una mayor defensa contra la depresi¨®n que nos amenaza por doquier. De esa manera podemos combatir mejor el euskopesimismo, otro interesante concepto analizado en la misma web, y que se define como la impresi¨®n cierta de que en el Pa¨ªs Vasco (o en Euskadi, o Euskal Herria, como se prefiera), las cosas siempre pueden ir a peor.
El asunto presenta, sin embargo, una pega: ?Tendremos bonito este verano? Un buen amigo que se dedica a esto de la pesca tambi¨¦n se muestra euskopesimista a este respecto. Seg¨²n parece, lo de la anchoa va bastante mal. Primero salieron a pescar, luego volvieron a puerto, y hace unos d¨ªas se han hecho de nuevo a la mar, aunque las capturas son m¨¢s bien escasas. La sombra del Prestige parece proyectarse sobre nuestros caladeros y, no habiendo anchoa -me dicen-, es posible que tampoco haya bonito. ?Podr¨ªamos hacer entonces el marmitako a base de bonito tra¨ªdo de fuera? ?Tendr¨¢ la misma capacidad de suministrarnos los mencionados ¨¢cidos grasos Omega 3? En todo caso, querido lector, yo lo intentar¨ªa, aunque no parece posible que, hoy por hoy, el tradicional plato de nuestros arrantzales llegue a ser costeado por la Seguridad Social. Todo no puede ser.
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