Los due?os del sexo
Se zanja en EE UU una larga disputa sobre "sex.com"
El Supremo norteamericano ha zanjado la primera parte de una larga disputa sobre qui¨¦n era el propietario del dominio (direcci¨®n) de Internet "sex.com", un sitio que, se calcula, genera medio mill¨®n de d¨®lares al mes s¨®lo en publicidad. Su fundador, Gary Kremen, lo registr¨® en 1994. Al a?o siguiente, con enorme disgusto suyo y de su bolsillo, se encontr¨® con que un ciberokupa, Stephen Cohen, hab¨ªa conseguido el dominio enga?ando de manera pasmosamente f¨¢cil al registrador, la firma Network Solutions (NS), que ostent¨® durante a?os el monopolio del registro de las ".com", las m¨¢s apetecidas.
Cohen, a trav¨¦s de persona interpuesta, remiti¨® una carta fraudulenta a NS afirmando que el se?or Kremen hab¨ªa sido despedido de la compa?¨ªa propietaria del dominio y que ¨¦sta se lo hab¨ªa vendido a Cohen, por lo que rogaba se traspasara el dominio. La compa?¨ªa registradora procedi¨® sin ni tan siquiera llamar a Kremen. ?ste inicio un v¨ªa crucis judicial que ha tenido un primer final en el Supremo, que ha ratificado que Cohen deber¨¢ pagar 65 millones de d¨®lares por estos a?os de suplantaci¨®n. Kremen, no obstante, tendr¨¢ dificultades para cobrar. Cohen y su dinero ya no est¨¢n en Estados Unidos y se les supone refugiados en M¨¦xico. Seg¨²n The Register, Kremen ha puesto precio a la cabeza de Cohen y ya ha habido tiroteos de cazarrecompensas supuestamente ligados al caso.
Pero queda pendiente una segunda parte del pleito, m¨¢s jugosa. ?Qu¨¦ responsabilidad tiene el registrador que tan alegremente migr¨® este suculento dominio? Amadeu Abril, consejero de Cuatrecasas y miembro del consejo de administraci¨®n del ICANN (la entidad p¨²blica que ahora gobierna los dominios de Internet), considera que si el registrador es hallado culpable de negligencia y debe pagar los cien millones de d¨®lares que le reclama Kremen, "se pasar¨¢ de la pr¨¢ctica excesivamente ¨¢gil de algunos para cambiar un dominio a exigir todo tipo de comprobaciones". "Te pedir¨¢n el ADN", comenta, exagerando a consciencia.
NS se defiende alegando que el dominio no es una propiedad, sino que el registrador simplemente hace el servicio de mantenerlo en una base de datos y, por tanto, aunque hubiera actuado fr¨ªvolamente no habr¨ªa da?ado una propiedad que no existe. "Si los tribunales, en una sentencia que tardar¨¢, consideran el dominio de Internet una propiedad cambiar¨¢n muchas cosas. Por ejemplo, podr¨¢ utilizarse para un aval".
A diferencia del universal ".com", en Espa?a, el registro del ".es" es muy restrictivo para los nombres gen¨¦ricos. "sexo.es" no puede existir, pero "sex.com" tiene versiones locales en cien pa¨ªses. Las hay en espa?ol y en catal¨¢n.
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