Olas, s¨ª; marejada interna, no
La crisis provocada esta semana en Madrid por la traici¨®n de dos diputados auton¨®micos socialistas ha puesto de relieve algo que hab¨ªamos olvidado: que hay sectores de la derecha sociol¨®gica y econ¨®mica capaces de montar cualquier operaci¨®n para evitar que una coalici¨®n como PSOE-IU controle zonas de poder relacionadas con el urbanismo y la vivienda. Sectores que se encuentran muy c¨®modos con los populares y que son capaces de cualquier cosa para evitar que el PP pierda ¨¢reas de poder. Tenemos que recuperar la memoria". Este convencimiento expresado por un diputado socialista es compartido por la mayor¨ªa de los militantes del PSOE, y es lo que ha permitido, hasta ahora, que el partido encajara el esc¨¢ndalo de la Comunidad de Madrid sin grandes marejadas internas y sin que nadie pusiera en duda la direcci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
Muchos dirigentes del PSOE reclaman una reacci¨®n tajante que no se limite a expulsar a los corruptos, sino que mejore la forma de elegir a los candidatos
La reacci¨®n del PSOE ha sido insospechadamente calma cara al exterior, e incluso se han congelado las protestas por el hecho de que la gesti¨®n de la crisis haya quedado en manos de un peque?o grupo integrado por el propio Rodr¨ªguez Zapatero y su n¨²cleo m¨¢s cercano: Jes¨²s Caldera, Pepe Blanco y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba. De hecho, en los primeros d¨ªas del esc¨¢ndalo no se celebr¨® ninguna reuni¨®n del comit¨¦ permanente del grupo parlamentario. "Nos han dicho que estemos tranquilos, que est¨¢n investigando, y todos estamos haciendo exactamente eso, esperar a que nos digan por d¨®nde salimos", explica un veterano diputado socialista.
Los parlamentarios confian en que el gabinete de crisis termine encontrando las pruebas que vinculen la operaci¨®n de acoso y derribo de Rafael Simancas y Fausto Fern¨¢ndez a intereses econ¨®micos concretos.
La inmensa mayor¨ªa de los responsables del PSOE, en Madrid y fuera de esa comunidad, considera, sin embargo, que la traici¨®n de los dos diputados ha causado ya graves da?os, dif¨ªciles de contrarrestar, porque ha supuesto un torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la credibilidad del partido, de sus dirigentes y de sus candidatos. Muchos militantes reclaman una reacci¨®n tajante que no se limite a la expulsi¨®n de los cargos corruptos, sino que tambi¨¦n mejore la forma en la que se designan los candidatos.
Algunos, incluso, piden un gesto: la reelaboraci¨®n de las listas electorales a la Comunidad de Madrid en el caso de que finalmente se convoquen nuevas elecciones. "Muchos dirigentes y militantes del PSOE queremos que el proceso no quede en las manos exclusivas de Pepe Blanco", asegura un ex dirigente socialista. "Se quiera o no, se ha roto un poco la confianza en su equipo, y ahora todos vamos a estar m¨¢s vigilantes", a?ade.
Mantener un proyecto
"La primera ocasi¨®n para demostrar que hemos reaccionado ser¨¢ comprobar si la lista anterior de Madrid y la nueva tienen algunas diferencias", explica otro dirigente auton¨®mico. "Los partidos son ahora un conjunto de propuestas y un equipo de personas para llevarlas cabo. Y los ciudadanos no se creen las propuestas si no confian en el equipo", prosigue.
Entre algunos de estos militantes ha circulado esta semana la idea de que Rodr¨ªguez Zapatero designe personalmente una comisi¨®n especial de ¨¦tica, integrada por personalidades intachables del partido, que se encargue de controlar las listas electorales una vez elaboradas por la cl¨¢sica comisi¨®n de listas. Este organismo, u otro parecido, ser¨ªa el encargado de sacar a cualquier candidato sobre el que existiera la menor sospecha de incompatibilidad.
"Tenemos que luchar por explicar que esto es una maniobra intencionada y dejar claro que mantenemos nuestro proyecto con Zapatero al frente", asegura un dirigente socialista que tuvo responsabilidades en etapas anteriores de gobierno. Uno de los primeros dirigentes socialistas en salir al paso de cualquier descalificaci¨®n fue Pasqual Maragall, que public¨® en La Vanguardia un art¨ªculo titulado 'Zapatero: dignidad y esperanza'.
El dirigente catal¨¢n defend¨ªa a Zapatero como la ¨²nica posibilidad de reconducir algunos de los m¨¢s graves problemas que empieza a padecer la sociedad espa?ola, como la desatenci¨®n de los servicios p¨²blicos, educaci¨®n y sanidad, que terminar¨¢ cayendo como una losa sobre los ciudadanos (como cay¨® sobre los brit¨¢nicos la pol¨ªtica de Margaret Thatcher); el enquistamiento y radicalizaci¨®n de los problemas en el Pa¨ªs Vasco (mucho peor ahora que hace 10 a?os), o el nuevo giro en pol¨ªtica exterior (el pasado jueves, Alemania y Francia se abstuvieron en la ONU ante la exigencia de que todos los soldados y civiles norteamericanos sean inmunes frente a la Corte Penal Internacional, mientras que Espa?a vot¨®, una vez m¨¢s, a favor de Washington).
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