Menos tab¨²es
Las revisiones a la baja para el crecimiento del BCE han a?adido escepticismo al entorno econ¨®mico. No es para menos. Tras dos meses desde la invasi¨®n de Irak, la inversi¨®n y el empleo no muestran signos de mejor¨ªa, prolongando una espera poco propicia para que la demanda no pierda pulso. Algo ha debido cambiar en el horizonte para que el BCE haya variado su estrategia; y no tanto por la bajada de tipos, cuya necesidad era un clamor, sino por unas previsiones que retrasan al 2005 la consecuci¨®n de crecimientos cercanos al potencial.
La balanza de sensibilidades de los bancos centrales sobre la estabilidad de los precios cada vez se inclina m¨¢s a evitar la deflaci¨®n que a contrarrestar presiones inflacionistas. La deflaci¨®n se debe en general a una ca¨ªda de la demanda agregada, y como se?ala Bernanke, gobernador de la Reserva Federal, la mejor receta para prevenirla es haciendo uso de la pol¨ªtica monetaria y fiscal. A los bancos centrales corresponde relajar m¨¢s las condiciones monetarias. Pero el elixir para alcanzar el dinamismo no puede descansar s¨®lo en tipos de inter¨¦s y liquidez. Friedman, recientemente, reconoc¨ªa las limitaciones de la teor¨ªa monetarista. Una situacion c¨ªclica tan excepcional puede ser el momento de cuestionar prejuicios sobre el uso de la pol¨ªtica presupuestaria. Basta analizar la correlaci¨®n entre las econom¨ªas que m¨¢s crecen este a?o (EE UU, Reino Unido o Espa?a) y la expansi¨®n de su gasto p¨²blico, con aumentos de m¨¢s del 3% en 2002-2003.
El elixir para alcanzar el dinamismo en la econom¨ªa no puede descansar s¨®lo en los tipos de inter¨¦s y la liquidez
La expansi¨®n del gasto p¨²blico no implica necesariamente un modelo de crecimiento insostenible si su destino se concentra en capitalizar la econom¨ªa. La propuesta italiana de estimular la inversi¨®n p¨²blica con financiaci¨®n del BEI puede pecar de heterodoxa, pero dinamiza el debate en una econom¨ªa como la europea donde el sector privado no responde y donde la inversi¨®n (excluyendo vivienda) ha reducido en m¨¢s de un punto desde 2002 y su peso en el PIB apenas representa el 15% del PIB. Europa necesita menos tab¨²es y m¨¢s dosis de imaginaci¨®n.
C¨¦sar Cantalapiedra y Elvira Prades son miembros de AFI.
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