Los masones no adaptar¨¢n su constituci¨®n a la ley de asociaciones
Reuni¨®n en Madrid de 300 miembros de la Gran Logia de Espa?a
La resistencia de las grandes organizaciones sociales al cambio que exigen las corrientes democr¨¢ticas se escenific¨® ayer en la masoner¨ªa espa?ola, cuyos dirigentes m¨¢ximos rechazaron una reforma de la constituci¨®n de la Gran Logia de Espa?a para adaptarla a la Ley Org¨¢nica del Derecho de Asociaci¨®n de 2001. La mitad de los 300 masones reunidos ayer en un hotel de Madrid eran brit¨¢nicos residentes en Andaluc¨ªa, Baleares, Valencia o Canarias, y su voto fue decisivo en el rechazo de la propuesta de reformas presentada por los dirigentes de la Gran Logia de Espa?a por mandato de la XXI Gran Asamblea Ordinaria Anual celebrada en marzo pasado en Jerez.
La ley de asociaciones de 2001 da un plazo de dos a?os a las organizaciones sociales para la adaptaci¨®n de sus estatutos, pero empez¨® liberando de esa obligaci¨®n a todas las entidades de la Iglesia cat¨®lica y tambi¨¦n a los partidos pol¨ªticos. Los masones reunidos en Madrid, entre los que se encontraban la mayor¨ªa de quienes son o han sido venerables de las logias (los dirigentes, llamados internamente "masones instalados"), consideran que sus normas internas ya cumplen lo que marca la legislaci¨®n vigente, una afirmaci¨®n discutida por el resto de los convocados. Seg¨²n la constituci¨®n de la masoner¨ªa, los instalados acaparan el voto de las asambleas, una norma que contraviene la ley de asociaciones, que proclama el elemental principio de un socio, un voto.
La Gran Logia de Espa?a cuenta con algo m¨¢s de 2.000 miembros, repartidos en 127 logias, con un lento crecimiento despu¨¦s de la prolongada y sangrienta represi¨®n a que estuvo sometida esta hist¨®rica y hasta entonces poderosa instituci¨®n por la larga dictadura del general Franco. El gran maestro de la Gran Logia es desde el a?o pasado el catal¨¢n Josep Corominas i Busqueta,
psiquiatra del Cl¨ªnico de Barcelona, profesor titular de la Facultad de Medicina y ex diputado socialista tras la dimisi¨®n del ministro Ernest Lluch, asesinado m¨¢s tarde por ETA.
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