Los pizarrines digitales del siglo XXI

Ari?o y Alloza son dos pueblicos al norte de la provincia de Teruel. Zona minera. Pero la verdadera mina la han encontrado los escolares: es Jos¨¦ Antonio Blesa, el director del centro rural agrupado en el que estudian los chicos de los dos pueblos. Tiene ideas, un proyecto, voluntad y vocaci¨®n. Y un equipo. Maestros como ¨¦l los buscan en Microsoft, ah¨ª es nada. ?Cu¨¢les son sus m¨¦ritos? ?Por qu¨¦ sus clases se ven interrumpidas a menudo por las visitas de universitarios, pol¨ªticos, periodistas y delegados de grandes empresas?

Porque ha roto los muros de la escuela y ha convertido las aulas en autosuficientes. En ello se empe?¨® hace 10 a?os. Y lo ha hecho con las nuevas tecnolog¨ªas, para que los chicos de su pueblo encuentren recursos educativos viajando virtualmente por todo el mundo, v¨ªa Internet. El Gobierno de Arag¨®n mima ahora el ¨¦xito conseguido con un aula autosuficiente. Gracias a un convenio con Microsoft, se ha proporcionado a los 13 alumnos de 4? de primaria un ordenador port¨¢til casi del tama?o y aspecto de un antiguo pizarr¨ªn: el Tablet PC.

Los chicos escriben sobre su pantalla con un l¨¢piz especial y el ordenador reconoce los trazos primarios de los escolares y los almacena como si se tratara de un cuaderno de notas tradicional. Sus problemas matem¨¢ticos, dictados y redacciones, sus deberes, vuelan del ordenador del alumno al del maestro y se proyectan para su correcci¨®n en una pantalla, lo que facilita el trabajo en equipo.

Los Tablet PC tienen la ventaja de que no atan al alumno a su pupitre. Movilidad. Todav¨ªa no se los llevan a casa (a¨²n son caros, unos 1.920 euros), pero pueden salir al recreo con ellos. La inform¨¢tica ya no forma parte del programa de esta escuela rural. Es s¨®lo el medio para estudiar otras asignaturas. Transversalidad. El director sabe, ya hace a?os, que la escuela tiene que ir por ese camino. Lo dem¨¢s "ser¨¢ escuela del siglo XIX".

Los profesores pasan por esta aula para ver c¨®mo los ni?os puntean en el teclado virtual a velocidad de v¨¦rtigo, c¨®mo escriben con el l¨¢piz sobre la pantalla como si fuera de papel, c¨®mo crean gr¨¢ficos y c¨®mo elaboran la p¨¢gina web a la que tienen acceso sus padres para saber al detalle el progreso escolar de los ni?os.

El aula de 4? de primaria en esta escuela no es s¨®lo singular porque estos Tablet PC est¨¦n sobre las mesas, ni porque los recursos que proporcionan sean muchos m¨¢s que los de una clase tradicional, ni porque la tarea del profesor haya tambi¨¦n cambiado. Sorprende sobre todo cuando se entra en el aula el nuevo lenguaje de los alumnos, ya pocos piden un sacapuntas: "Se?orita, puedo poner un cargador, es que ya tengo la pila roja"; "profe, profe, la voz, pon la voz", dicen cuando quieren que la maestra pulse el altavoz dibujado en la pantalla para que la explicaci¨®n se oiga alta y clara.

Sara y Mar¨ªa chatean mientras la consejera de Educaci¨®n, Eva Almunia, y la delegada de Microsoft en Espa?a, Rosa Mar¨ªa Garc¨ªa, explican a los periodistas los cambios que hacen especial esta escuela aragonesa.

"Sara, ?est¨¢s con periodistas?". "S¨ª, ?y t¨²?". "Yo, tambi¨¦n". "Vale". As¨ª, no las oyen chismorrear. Ellas pueden saludar a chicos de Australia y mandar mensajes a sus padres o al profesor que est¨¢ en la playa en verano. Las nuevas tecnolog¨ªas pueden igualar a los chicos en las posibilidades educativas, como lo hizo en su d¨ªa la universalizaci¨®n de la educaci¨®n. Pero no en el rendimiento educativo. Blesa sabe bien que siempre ha habido chicos m¨¢s listos que otros, y ¨¦stos sacar¨¢n m¨¢s provecho a los nuevos sistemas, como ya se lo sacaban al l¨¢piz y al papel. Pero tambi¨¦n conf¨ªa en que ninguno quede al margen de la nueva tecnolog¨ªa que est¨¢ transformando el proceso educativo.

Los Tablet PC llegaron a esta escuela en febrero. Eran un novedoso proyecto piloto que Microsoft vigila de cerca y que, vistos los resultados, extender¨¢ para el nuevo curso a 19 centros de profesores, para que los maestros, que son m¨¢s reacios a estos m¨¦todos, vayan perdiendo el respeto "a los cables, a los enchufes, a los botoncitos". Blesa recuerda que a la media hora de poner estos ordenadores sobre las mesas "parec¨ªa que los alumnos ya los conoc¨ªan".

Dice Blesa: "Nuestro papel ahora es hacer de gu¨ªas, formarles para que sean cr¨ªticos y contrasten la informaci¨®n, que encuentran antes que nosotros. Es su estilo de aprendizaje, es su mundo".