La m¨²sica cl¨¢sica busca nuevos p¨²blicos
Los programadores de conciertos y festivales idean f¨®rmulas innovadoras para afrontar la crisis de espectadores
Innovaci¨®n e imaginaci¨®n. Con esta f¨®rmula, orquestas, salas de conciertos y festivales buscan atraer a nuevos espectadores para la m¨²sica cl¨¢sica y atajar la crisis de p¨²blico que est¨¢ haciendo mella en las salas de conciertos de buena parte de Europa y Estados Unidos. Espa?a, de momento, no se ve afectada por la p¨¦rdida de espectadores; incluso algunos responsables de orquestas afirman que su p¨²blico sigue creciendo. Sin embargo, las innovaciones en las programaciones se generalizan y tanto orquestas como programadores y festivales espa?oles agudizan el ingenio mezclando estilos en un mismo concierto, introduciendo elementos teatrales para convertirlos en espect¨¢culos, contratando a actores populares que, como narradores, act¨²en de gancho para el p¨²blico o buscando recintos ins¨®litos. La misi¨®n, captar la atenci¨®n del p¨²blico y tambi¨¦n de los medios de comunicaci¨®n.
"El acto del concierto de forma tradicional, como lo conocemos, est¨¢ en crisis"
"A las temporadas de conciertos de las orquestas les falta imaginaci¨®n"
"Somos cautivos del p¨²blico tradicional", afirma Jos¨¦ Antonio Echenique, director de la Quincena Musical Donostiarra. "Tememos perderlo y programamos una y otra vez lo mismo, pero eso ya no basta. Debemos buscar nuevos espectadores, y eso significa innovar para poder atraerlos a un espect¨¢culo que en su forma tradicional no les interesa. Para ello ya no basta s¨®lo el dinero, se necesita imaginaci¨®n". "El p¨²blico no es uno, sino muchos", asegura Enrique G¨¢mez, director del Festival de M¨²sica de Granada. "Eso significa ampliar el repertorio y hacer programaciones cada vez m¨¢s ecl¨¦cticas, pero con personalidad, que puedan llegar a un p¨²blico m¨¢s amplio".
Ejemplos de imaginaci¨®n aplicada a la programaci¨®n de conciertos experimentadas: que un concierto empiece con un quinteto para clarinete de Mozart y acabe convertido en una sesi¨®n de jazz, como ocurri¨® en enero pasado en el Palau de la M¨²sica de Barcelona; a?adir a la n¨®mina de solistas invitados a gaiteras -Susana Seivane, Cristina Pato y Mercedes Pe¨®n, en el caso de la Sinf¨®nica de Galicia-, cantaores o rockeros -Enrique Morente y Miguel R¨ªos, en el de la Orquesta Ciudad de Granada-; invitar al p¨²blico a escuchar el concierto sentado entre los m¨²sicos, lo aplican algunas orquestas en Francia; pedir a los m¨²sicos que expliquen al p¨²blico historias o an¨¦cdotas relacionadas con la obra que interpretar¨¢n, lo exige el auditorio K?lner Philharmonie de Colonia a los solistas de uno de sus ciclos; teatralizar un concierto, lo hacen grupos de m¨²sica antigua como los franceses Doulce M¨¦moire o los brit¨¢nicos Musicias of the Globe, entre otros.
"El acto del concierto de forma tradicional tal y como lo hemos conocido est¨¢ en crisis", dice rotunda Maricarmen Palma, directora del Festival de M¨²sica Antigua de Barcelona y responsable del departamento de m¨²sica de la Fundaci¨®n La Caixa, para quien el concierto como espect¨¢culo musical, que sigue haci¨¦ndose igual que en el siglo XIX, debe adaptarse al siglo XXI. "La sociedad ha evolucionado. Vivimos en un mundo de consumir y tirar, y esto se trasluce en el arte y en todo. En el mundo del concierto cl¨¢sico las cosas deben cambiar, porque existe un p¨²blico curioso que ya no se conforma con lo mismo de siempre".
"Todos queremos hacer algo especial. Quiz¨¢ tenemos que acercarnos al p¨²blico de una manera diferente, porque hay personas que piensan que los conciertos de m¨²sica cl¨¢sica no son para ellos. Para cambiar esa actitud debemos romper las formas con experiencias diferentes y masivas en las que nadie se sienta excluido", dice V¨ªctor Pablo P¨¦rez, director de la Sinf¨®nica de Galicia y de la Sinf¨®nica de Tenerife. Para Josep Pons, nuevo director titular de la Orquesta Nacional de Espa?a y responsable de la Orquesta Ciudad de Granada, "a las temporadas de conciertos les falta imaginaci¨®n". "Para una orquesta, cada nuevo concierto debe ser motivo de apasionamiento, y a veces inventos como los de contrastar al m¨¢ximo las obras programas o introducir a int¨¦rpretes ajenos a la m¨²sica cl¨¢sica han servido, en el caso de la Orquesta de Granada, para generar ilusi¨®n que luego llega al p¨²blico, que quiere recibir siempre el impacto y salir de un concierto electrizado", dice Pons.
Seg¨²n Josep Lloret, director del Festival de Torroella de Montgr¨ª (Girona), la perfecci¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas de la imagen y el sonido contribuyen a que el p¨²blico pierda el gusto por el concierto en directo. "Se est¨¢ generalizando el h¨¢bito por consumir fragmentos de obras musicales y debemos combatirlo con imaginaci¨®n a la hora de programar un concierto", explica. "Provocar, seducir y emocionar", ¨¦sta es la receta, a juico de V¨ªctor Pablo P¨¦rez, para atraer al p¨²blico a las salas de conciertos y luchar contra la perfecci¨®n de sonido e imagen. "De nuestra capacidad para especializarnos y de presentar de una forma imaginativa y emocionante el concierto en directo depender¨¢ que sobrevivamos cuando se generalice la experiencia iniciada en Espa?a por el Liceo de Barcelona de retransmitir en directo sus ¨®peras a trav¨¦s de Internet a 13 universidades espa?olas en su programa Universidad Abierta. La puerta est¨¢ abierta".
Muchas pruebas para pocas ganancias
El af¨¢n de los programadores por innovar no siempre resulta f¨¢cil. Albin H?nseroth, sobreintendente del auditorio K?lner Philharmonie de Colonia, con dos orquestas residentes y m¨¢s de 400 conciertos anuales programados, asegura que los m¨²sicos son a menudo reticentes a los cambios. "En Alemania, las salas de conciertos de ciudades de tama?o medio pierden p¨²blico e incluso la emblem¨¢tica Orquesta Filarm¨®nica de Berl¨ªn ve c¨®mo disminuye el n¨²mero de sus espectadores, porque los conciertos siguen haci¨¦ndose como si el disco, el v¨ªdeo o el DVD no se hubieran inventado ante el poco gusto de los m¨²sicos por los cambios", explica.
H?nseroth asegura que en Alemania se ha probado casi todo. "Se contratan actores famosos para que ejerzan como narradores, se programan conciertos en torno a un tema que sirva de hilo conductor, se ofrecen obras que no figuran en el programa como elemento sorpresa y muchos otros inventos, pero apenas si se ganan una docena de espectadores. Al final, se acaba por aceptar el concierto en su forma tradicional del siglo XIX, porque, adem¨¢s, la rigidez de las normas sindicales de las orquestas dificultan nuevos experimentos y los auditorios, por muy modernos que aparentemente sean, est¨¢n pensados para que la m¨²sica se ofrezca como en el siglo XIX".
Estas innovaciones, sin embargo, obtienen en Espa?a buenos resultados, si bien la disminuci¨®n de p¨²blico no ha afectado todav¨ªa a las salas de conciertos. "En buena parte de Europa, el tedio ha hecho acto de aparici¨®n, incluso en movimientos que fueron revolucionarios como el de la interpretaci¨®n de m¨²sica con instrumentos originales", asegura V¨ªctor Pablo P¨¦rez . "En Espa?a, disponemos de unas soberbias infraestructuras en forma de auditorios por todo el territorio que, a?adido a la energ¨ªa que irradian las numerosas orquestas creadas en los ¨²ltimos 15 a?os, nos pueden convertir, si sabemos aprovecharlo, en la locomotora musical de Europa".
Babelia
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