Amalgama de intereses

?Es posible otra ¨¦tica pol¨ªtica en Andaluc¨ªa? La pregunta me la formulaba un amigo despu¨¦s de compartir tertulia en la que valoramos los resultados de las ¨²ltimas municipales y, sobre todo, el esperp¨¦ntico panorama que los pactos han deparado en Andaluc¨ªa.

Ciertamente, nuestra comunidad aut¨®noma, salvo algunos ejemplos puntuales que se han producido en otras, se ha caracterizado por la desvergonzada actitud de sus partidos pol¨ªticos y dirigentes a la hora de establecer acuerdos -cambalaches, dir¨ªa yo- con los que alcanzar el poder por el poder, al margen de sus compromisos ¨¦ticos y, desde luego, muy lejos de los criterios que antes de enfrentarse en las urnas dieron a conocer a los ciudadanos.

No me refiero a los pactos entre IU y PSOE, ya aireados con la suficiente antelaci¨®n, a¨²n a pesar de violentar con ellos la voluntad popular -por mucho que se apele a las mayor¨ªas de progreso-, que no las leyes.

Me refiero a toda esa amalgama de oscuros intereses -seguro que sucios en muchos casos-, que han primado a la hora de compartir mesa y mantel, y posiblemente hasta lecho, entre fuerzas pol¨ªticas o esperpentos de las mismas, con el ¨²nico fin de auparse a los beneficios del poder, pisoteando los que debieran obtenerse de la defensa de los principios.

PSOE, PP, Izquierda Unida y Partido Andalucista no han tenido escr¨²pulo alguno en pactar entre s¨ª o con fuerzas pol¨ªticas marginales, de una manera indiscriminada, sin punto de encuentro alguno, por mucho que se haya pretendido vender con la imagen de una foto o un apret¨®n de manos, tan falsa como c¨®mplice, y siempre bajo la sospecha de la b¨²squeda de intereses que escapan a los propios de la sociedad.

Todas las combinaciones han sido posibles, con un vergonzante silencio por parte de las direcciones regionales y provinciales de cada uno de los partidos, s¨®lo roto por las t¨ªmidas denuncias que buscaban una justificaci¨®n social a su fechor¨ªa y nunca la restauraci¨®n de la ¨¦tica pol¨ªtica perdida.

?Qui¨¦n podr¨¢ explicar el acuerdo PP-PSA en Jerez, con Pacheco como responsable de urbanismo, tras los dur¨ªsimos ataques populares a la gesti¨®n urban¨ªstica del ex regidor jerezano? ?Con qu¨¦ cara justificaran los socialistas el pacto con los ex concejales del GIL despu¨¦s de demonizar pol¨ªtica y socialmente a estos?

?Qu¨¦ singulares motivos habr¨¢n unido a IU y al PP en muchos pueblos malague?os tras sus irreconciliables discrepancias y el furor que Llamazares pone a la hora de atacar a la derecha?

O, ?c¨®mo explicaran socialistas y populares su entendimientos en otros muchos municipios andaluces tras el ataque por parte de aqu¨¦llos a las mayor¨ªas simples de estos en municipios y comunidades aut¨®nomas? La vida pol¨ªtica andaluza se viene convirtiendo en un maloliente mercadeo en el que con dinero falso se pagan muchos productos en descomposici¨®n porque hay est¨®magos que todo lo soportan.

Cabe, por supuesto, otra ¨¦tica pol¨ªtica en Andaluc¨ªa que quienes ahora gobiernan o se sientan en la oposici¨®n no est¨¢n dispuestos a aplicar, como rechazan frontalmente modificar la actual Ley Electoral, de forma que se eviten este tipo de enjuagues.

Saben ellos que con este juego se les permite utilizar cartas marcadas y jugar en cada caso con las presiones que la estructura de poder les permite y son consustanciales a unas organizaciones escasamente democr¨¢ticas en su funcionamiento interno.

En muchos municipios se ha defraudado al elector, y en toda la comunidad se ha dado una pobre imagen, que sirve para aumentar, a¨²n m¨¢s si cabe, la desconfianza del ciudadano en sus representantes y el ya de por s¨ª profundo distanciamiento hacia los partidos pol¨ªticos que los proponen.

Enrique Bellido Mu?oz es senador y ex presidente del PP de C¨®rdoba.