La chica
Lo excepcional de David Beckham no es, desde luego, su resistencia f¨ªsica, su disciplinada entrega o los famosos pases de rosca, sino, como todo el mundo adivina, su sexo. Hasta hoy mismo, el f¨²tbol era cosa de hombres, dentro y fuera del campo, pero con Beckham el f¨²tbol estrena un espect¨¢culo con chica en el centro del gui¨®n. Antes, Johan Cruyff hab¨ªa brindado un primer amago de feminidad, pero era incorregiblemente feo. Zidane ha introducido m¨²ltiples y variados gestos de finura femenina, pero es demasiado calvo. Con Beckham, sin embargo, llega la chica ideal. La novia al estilo de las Janet Leigh antiguas, la Demi Moore con la cabeza rapada del teniente O'Neill o la Bo Derek con trenzas saliendo del mar. Nunca se le confunde con la masculinidad. Los gay han hecho de Beckham su icono mundial y ¨¦l se pinta las u?as, se rodea la cintura con pareos, lleva pendientes y se dice exageradamente que usa las bragas de Victoria Adams cuando disputa un partido trascendente. Gracias a Beckham el f¨²tbol ha logrado romper el l¨ªmite rudo, machista y terrenal de sus or¨ªgenes agropecuarios para saltar al mundo de las estrellas donde la mujer es el componente indispensable para la fascinaci¨®n. ?Un gran futbolista Beckham? A partir de ahora, el f¨²tbol ha dejado la naturaleza del deporte para convertirse en un variable show. Todav¨ªa quedan clubes atados a la tradici¨®n balomp¨¦dica donde los aficionados se juegan la patria y cosas parecidas. Por el contrario, aquello que cuenta en el verde c¨¦sped contempor¨¢neo, y una vez que aparece "la chica", es la enso?aci¨®n. El Madrid es el primer club que ha rasgado el techo mesurable de lo real (futbol¨ªstico, tangible, macho) para transformarse en oferta ideal. Una oferta tan propia de la industria / ficci¨®n que en la fachada del Bernab¨¦u se cuelgan desde hace meses enormes carteles anunciando los estrenos cinematogr¨¢ficos. Y esto es as¨ª tanto porque el estadio se comporta igual que un estudio de cine como porque el club se ha constituido en un calculado fabricante de sue?os, siendo los partidos una sucesi¨®n de historias con sexy, con suspense, con efectos especiales. Y siempre, en su centro, la radiante chica rubia, la novia so?ada animando el subconsciente de la afici¨®n.
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