Deportivo de juguete
Las sensaciones de los biplazas descapotables de los a?os sesenta en el tama?o de un minicoche de ciudad, pero con un envoltorio vanguardista y radical. El Smart Roadster es un utilitario con traje deportivo. Monta un peque?o motor turbo de 82 CV, y como apenas pesa 800 kilos gasta poco y ofrece unas prestaciones suficientes incluso para viajar. Pero tiene unos precios excesivos que no justifican lo que ofrece: 15.100 euros la versi¨®n de 61 CV.
Un juguete motorizado
El Roadster comparte el planteamiento sencillo de su hermano peque?o y llega con el objetivo de ampliar la gama ofreciendo un descapotable de bolsillo para el p¨²blico juvenil. Mide s¨®lo 3,43 metros de largo, como un Twingo, pero como es muy bajito mantiene las proporciones necesarias para conseguir la imagen afilada de los biplazas descubiertos.
La carrocer¨ªa mantiene el ADN de los Smart, con una c¨¦lula de acero Tridion de alta resistencia en color plata que sirve de chasis y anclaje a las dem¨¢s piezas exteriores, pensadas para poder cambiarlas y variar el color del coche. Delante destacan las formas s¨®lidas del frontal y unos faros diminutos que le restan empaque. El lateral tiene m¨¢s car¨¢cter, con unas aletas musculosas que incluyen las tomas de aire del motor. Y la zaga lleva los pilotos en alto y un cap¨® plano que cubre el motor, situado detr¨¢s de los asientos.
Un capricho poco pr¨¢ctico
El resultado es un deportivo en miniatura que llama la atenci¨®n por donde pasa y aporta una personalidad propia que le distingue. Pero si se busca un coche pr¨¢ctico en el d¨ªa a d¨ªa no es la mejor elecci¨®n. Este biplaza est¨¢ pensado para disfrutar de las ventajas l¨²dicas de los descapotables a un precio relativamente asequible. Sin embargo, es preciso aceptar a cambio ciertas incomodidades. Para entrar y salir hay que tener cierta flexibilidad, sobre todo si se mide m¨¢s de 1,80 metros. Y aunque corre lo suficiente para poder viajar, el ruido del motor, los silbidos aerodin¨¢micos y los chirridos de la capota exigen un esp¨ªritu sacrificado. Por ¨²ltimo, cuenta con dos peque?os maleteros situados delante y detr¨¢s, pero apenas cabe el equipaje del fin de semana.
El interior es tan simple que no hay sitio casi ni para el bolso. Las dos plazas delanteras son correctas, los asientos est¨¢n bien dise?ados y no da sensaci¨®n de claustrofobia. Y la capota se quita y se pone f¨¢cilmente pulsando un bot¨®n. Pero el resto no es nada pr¨¢ctico: la guantera y las bandejas de las puertas son min¨²sculas y no hay ni un posavasos para un refresco. Adem¨¢s, el aspecto interior es pobre, con una consola muy elemental, pl¨¢sticos econ¨®micos y ajustes mejorables en las piezas.
Estas limitaciones convierten al Roadster en un coche de capricho al que no se puede pedir mucho m¨¢s que su capacidad de diversi¨®n para circular a cielo abierto disfrutando el nervio de su peque?o motor turbo. Pero acaba cansando en trayectos largos.
Dos carrocer¨ªas y dos motores
El nuevo Smart se vende con dos carrocer¨ªas, Roadster y Roadster Coup¨¦, que se distingue porque lleva el maletero trasero carenado con una c¨²pula de cristal y ofrece m¨¢s capacidad de carga. El primero est¨¢ disponible con dos motores 0,7 Turbo de 61 CV (15.100 euros) y 82 CV (18.850). Y el otro, s¨®lo con el m¨¢s potente (20.725). Todos incluyen de serie un buen equipo de seguridad -doble airbag, ABS y ESP-, y tambi¨¦n cambio secuencial de seis marchas y todo lo habitual, salvo el aire y el equipo de m¨²sica. La versi¨®n menos potente viene con techo r¨ªgido desmontable; la superior lleva capota el¨¦ctrica y llantas de aleaci¨®n, y el Roadster Coup¨¦ a?ade el aire acondicionado y otros detalles.
Conclusi¨®n
El Smart Roadster es un descapotable b¨¢sico de capricho que permite disfrutar las virtudes de estos coches a un precio asequible. Tiene un motor con car¨¢cter, un buen equipo de seguridad y un dise?o que llama la atenci¨®n y marca la diferencia. Pero es muy poco pr¨¢ctico y no vale lo que cuesta.
![Simp¨¢tico, original y vanguardista. Un biplaza sencillo de aspecto desenfadado y divertido que se identifica con los dem¨¢s Smart por la c¨¦lula de acero en color plata que forma su estructura de seguridad.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EX7UONSTTWEZOQOYC7B43I6ZVY.jpg?auth=2d20fc77d6a81d79c1ce2636bee1da53ff93aeb94d5a1eee3468a9bd36068ee3&width=414)
AL DETALLE
- BIEN EN SEGURIDAD, PERO CARO
El Roadster es m¨¢s caro que los dem¨¢s descapotables de bolsillo. La ¨²nica excepci¨®n es el Ford Streetka, que cuesta 650 euros m¨¢s, pero incluye aire acondicionado y tapicer¨ªa de cuero. El Smart aporta una imagen diferenciadora y un equipo de seguridad m¨¢s completo, con doble airbag, ABS y sobre todo el control de estabilidad ESP. Pero no justifica la diferencia con ninguno de sus rivales, y en especial con el Smart Cabrio, que es 6.700 euros m¨¢s asequible. Sale tambi¨¦n 1.100 euros m¨¢s caro que el Peugeot 206 C-C, que, adem¨¢s de tener un motor m¨¢s potente y correr m¨¢s, incluye un techo r¨ªgido practicable muy funcional. La diferencia con el Citro?n Pluriel sube a 3.400 euros, y aunque el modelo franc¨¦s tiene una l¨ªnea de utilitario mucho menos sugerente, lo compensa con su sentido pr¨¢ctico porque cuenta con cuatro buenas plazas y un maletero m¨¢s grande.
- TAN SENCILLO COMO INGENIOSO
El dise?o del Smart Roadster es sencillo, pero aporta muchas soluciones meritorias e ingeniosas. La capota de lona se puede accionar sin tener que parar, e incluso permite quitar en un momento los dos carriles laterales del techo y dejarlos en el maletero de delante, que incluye unos soportes para llevarlos sujetos sin que se golpeen. Por lo dem¨¢s, el salpicadero es austero, con un volante pobre, una consola muy elemental y una instrumentaci¨®n discreta. Y apenas hay huecos para objetos.
A pesar de su reducido tama?o, el interior no agobia e incluye unos asientos peque?os que sujetan bien el cuerpo. Sin embargo, est¨¢n situados por debajo de la base de la puerta, lo que, unido a la escasa altura de la carrocer¨ªa, complica el acceso porque exige agacharse mucho para entrar cuando el techo est¨¢ cerrado.
El nuevo Smart incluye dos peque?os maleteros, uno delante de formas cuadradas (en la imagen) y otro detr¨¢s, sobre el motor, con tan poca altura que apenas sirve de bandeja para la documentaci¨®n, los repuestos obligatorios y poco m¨¢s.
La zaga del Roadster mantiene el estilo rompedor del resto de la carrocer¨ªa, con los pilotos en alto y un parachoques de gran tama?o que potencia la sensaci¨®n de robustez y protecci¨®n.
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