La deslocalizaci¨®n de la producci¨®n industrial es una opci¨®n restringida a grandes empresas
El ahorro en costes de distribuci¨®n prima sobre la posibilidad de abaratar la mano de obra
La deslocalizaci¨®n est¨¢ de moda. En un mundo global establecer centros de producci¨®n en el extranjero para abaratar costes de mano de obra es un factor de competencia. Pero montar una f¨¢brica en el extranjero no es una opci¨®n accesible a cualquiera. Cuando se fabrican productos de temporada que requieren mano de obra intensiva, un caso habitual en la industria valenciana, es mucho m¨¢s sencillo externalizar la producci¨®n. La mayor¨ªa de empresas valencianas que producen en el extranjero ahorran en gastos de distribuci¨®n y eran muy solventes antes de salir al exterior.
"Lo importante no es d¨®nde se fabrica, sino qui¨¦n lo fabrica". Alberto Maestre, director de exportaci¨®n de Fermax, fabricante valenciano de porteros autom¨¢ticos y v¨ªdeoporteros, habla desde la altura de aut¨¦ntica multinacional. El crecimiento sostenido del sector de la construcci¨®n de vivienda en Espa?a ha favorecido en paralelo crecimiento de la empresa.
Fermax present¨® sus productos en China en 1996, en una feria organizada por el ICEX. Y sus representantes atisbaron el potencial de un mercado emergente. En 1997, Fermax ten¨ªa una oficina comercial en Shangai. Dos a?os despu¨¦s mont¨® una planta de ensamblaje. Los componentes proced¨ªan de Valencia. Algunas piezas, fabricadas originalmente en el lejano Oriente, tornaban a China tras una escala en el Mediterr¨¢neo. Ahora, Fermax tiene una f¨¢brica en China con 150 empleados, es el segundo proveedor del mercado chino de porteros autom¨¢ticos tras un fabricante nacional, y desde all¨ª nutre a todos sus clientes del sureste asi¨¢tico.
Fermax no buscaba ahorrar costes de mano de obra, sino acercar el producto a un mercado emergente y competir con los fabricantes locales.
Zahonero i Virgili es una empresa de Elda que fabrica espumas para componentes del calzado. Asent¨® la empresa como proveedor de los fabricantes de la comarca del Vinalop¨®. Cuando surgieron grandes cadenas de producci¨®n de calzado en otros pa¨ªses, la empresa opt¨® por suministrar a los nuevos fabricantes. Un portavoz de Zahonero i Virgili explica que la espuma de l¨¢tex "es tan ligera que los costes de transporte son alt¨ªsimos". La soluci¨®n fue trasladar su producci¨®n a los puntos de consumo.
La primera planta de Zahonero i Virgili en el extranjero se instal¨® en Brasil en 1981. Ahora produce tambi¨¦n en M¨¦xico y, desde luego, en China, el gigante donde se fabrica "el 50% de la producci¨®n mundial del sector", seg¨²n el mismo portavoz.
Eduardo Zaplana, ministro de Trabajo, aludi¨® hace unos d¨ªas en Valencia a la necesidad de abrir un debate serio sobre la deslocalizaci¨®n industrial.
El Instituto Valenciano de la Exportaci¨®n (Ivex) ofrece asesor¨ªa t¨¦cnica y ayudas econ¨®micas a empresas interesadas en establecer alianzas con firmas extranjeras para fomentar la transferencia de tecnolog¨ªa o instalar plantas de producci¨®n en el exterior como parte de un plan de internacionalizaci¨®n de la industria valenciana. Seg¨²n datos de la propia entidad, un total de 93 proyectos empresariales se han beneficiado de las subvenciones oficiales.
La C¨¢mara de Comercio de Valencia acaba de editar una gu¨ªa que recoge requisitos administrativos y consejos t¨¦cnicos para los empresarios que estudian una "implantaci¨®n permanente en el exterior".
Aurelio Mart¨ªnez, profesor de Econom¨ªa Aplicada y ¨²ltimo consejero socialista de Econom¨ªa, apunta que la pertenencia a la Uni¨®n Europea obliga a "modificar la estructura productiva". "La peseta, que siempre fue d¨¦bil, favorec¨ªa la exportaci¨®n", dice, "pero la reciente subida del euro supone un golpe tremendo para nuestras empresas y, despu¨¦s de tanto tiempo sin hacer nada, ahora se empieza hablar de la necesidad de generar valor".
Mart¨ªnez recuerda que el euro se cotiza en la actualidad al precio con que sali¨® al mercado. "Ni siquiera se puede decir que ahora sea fuerte, puede subir mucho m¨¢s", alerta.
Y una soluci¨®n es vender "marca". El paradigma es el caso de la firma estadounidense Nike, fabricante de calzado deportivo, "que saca la producci¨®n de sus modelos a subasta y la encarga al mejor postor". Pero ese lujo se lo pueden permitir las grandes multinacionales. "Hay que ser demasiado grande para montar una f¨¢brica en la Rep¨²blica Checa y trasladar all¨ª gestores de calidad", sigue, "la deslocalizaci¨®n es demasiado cara".
Contratar a terceros
Empresas como Pl¨¢sticos Mondrag¨®n, que produce todo tipo de revestimientos y conducciones, o Torrecid, fabricante de esmaltes cer¨¢micos, han establecido centros de producci¨®n en Hungr¨ªa o China. Pero las cadenas de producci¨®n de muchos sectores tradicionales de la industria valenciana que requieren mano de obra intensiva como el textil o el calzado, optan por contratar la fabricaci¨®n a terceros. Mart¨ªnez concluye: "No hay deslocalizaci¨®n, en todo caso, externalizaci¨®n". El problema es de calado y amenaza sobre todo al empleo m¨¢s fr¨¢gil.
Rafael Ferrando comentaba el mismo d¨ªa en que fue reelegido presidente de Cierval: "La deslocalizaci¨®n es un factor que debe ser contemplado por cualquier empresa, pero manteniendo el punto de producci¨®n aqu¨ª para que la generaci¨®n de valor repercuta sobre nuestra comunidad".
Es el caso de Zahonero i Virgili, cuyos centros de dise?o e investigaci¨®n se concentran en Elda. Pero Fermax, por ejemplo, ha establecido un equipo de dise?o propio en China porque la competencia local es feroz y las matrices de los monitores de v¨ªdeo se renuevan cada seis meses.
Joaqu¨ªn Gual, responsable de la divisi¨®n de negocios del Fortis Bank en Valencia, entidad que cuenta con sucursales en China o Polonia, dos de los pa¨ªses m¨¢s atractivos para deslocalizar la producci¨®n, comenta a partir de su experiencia que s¨®lo grandes exportadores, "empresas que venden la mitad de su producci¨®n fuera" han requerido sus servicios con el objetivo de "abastecer a los mercados locales" donde asientan sus factor¨ªas. La mayor¨ªa de sus clientes se limitan a abrir cuentas en el extranjero para "agilizar las operaciones y garantizar los cobros" y, sobre todo, por el impacto comercial que supone ofrecer al cliente la posibilidad de tratar con un banco en su lugar de residencia habitual.
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