Femerling, el nuevo verdugo
El p¨ªvot alem¨¢n lleva al Bar?a a su segundo triunfo sobre un Pamesa sin respuestas
La final de baloncesto se muda a Valencia. All¨¢, en la Fonteta de Sant Llu¨ªs, es posible que el Pamesa logre dar con lo que no ha sabido encontrar en el Palau Blaugrana, la forma de hincarle el diente al Barcelona. Tan imperturbable, tan seguro de s¨ª mismo, con tanta solvencia se desenvuelve el equipo de Pesic que acaba por adquirir un ligero tono desp¨®tico y abus¨®n. Y es que su juego tampoco acaba de entusiasmar. Pero, eso s¨ª, es absolutamente fiable. No arrolla pero es infalibe. El t¨¦cnico serbio siempre encuentra el recurso id¨®neo para torear la situaci¨®n m¨¢s delicada. El Pamesa ha tenido el m¨¦rito de complicarle la vida durante algunas fases de los dos primeros partidos de la serie, pero a la hora de la verdad, el Bar?a siempre ha tenido la ¨²ltima palabra.
BARCELONA 80 - PAMESA VALENCIA 72
Barcelona: Nacho Rodr¨ªguez (9), De la Fuente (6), Bodiroga (10), Fucka (6) y Due?as (6) -cinco inicial-; Navarro (11), Jasikevicius (8), Femerling (20) y Alzamora (4).
Pamesa: Rodilla (2), Luengo (13), Para¨ªso (6), Oberto (6) y Tomasevic (15) -cinco inicial-; Montecchia (10), Kammerichs (3), Hopkins (1), Liadellis (6) y Asier Garc¨ªa (10).
Parciales: 13-16, 20-15, 19-23 y 28-18.
?rbitros: Sancha, Mart¨ªn y Requena.
Palau Blaugrana. Unos 8.000 espectadores. El Bar?a vence en la eliminatoria por 2-0. El tercer partido se jugar¨¢ el martes 24.
El pasado jueves fue Jasikevicius quien decidi¨® en el ¨²ltimo suspiro; ayer, en un partido decantado mucho antes, fue Femerling quien se encarg¨® de enmendarle la plana a Bodiroga, absolutamente desconocido: cometi¨® seis p¨¦rdidas de posesi¨®n y no anot¨® hasta bien entrado el tercer periodo, aunque como siempre recuper¨® su mejor cara en los instantes finales. Pero fueron los 20 puntos, 13 rebotes y tres tapones del alem¨¢n los que acoquinaron ayer al Pamesa, lastrado por la lesi¨®n que muy pronto dej¨® fuera de combate a Oberto.
Los cerebros grises de los dos equipos est¨¢n que echan humo.Las consignas para corregir lo que no hab¨ªa ido bien en el primer partido se hicieron evidentes ayer. El Pamesa mordi¨® mucho m¨¢s desde lejos de la zona. Luengo, Montecchia, Kammerichs... La veda del triple estaba abierta.No deseaba repetir el Pamesa el atrac¨®n de balones interiores que se dio en el primer partido. No es que le fuera mal, pero el Bar?a supo contrarrestarle. No pod¨ªa volver a tropezar en la misma piedra. Y no lo hizo. Esta vez el obst¨¢culo contra el que se estrell¨® fue el defecto que conlleva una de sus virtudes: poner en apuros a su rival a base de correr a velocidad de v¨¦rtigo en el juego de transici¨®n. Estupendo. S¨®lo que una, dos, hasta diez veces en la primera parte perdi¨® la pelota en su enfebrecido traj¨ªn.
Los mentores del Barcelona trataron de brindarle a Due?as la posibilidad de tomarle el aire a una serie en la que se atragant¨® su emparejamiento con Oberto. Estuvo mejor Due?as ayer pero, en todo caso, el argentino continuaba ganando el pulso. El banquillo volvi¨® a darle alas al Bar?a. Si el jueves fue Jasikevicius su revulsivo, ayer fue Femerling quien tom¨® el relevo. El Barcelona dependi¨® casi por completo de su juego interior: no obtuvo su primer triple hasta la segunda parte y Bodiroga y Navarro se quedaron a cero toda la primera.
El Pamesa mantuvo un ligero mando: 11-16 y 23-24. Se agolparon las malas noticias para el cuadro valenciano: una falta t¨¦cnica a Tomasevic por un feo gesto a los ¨¢rbitros cuando estaba en el banquillo, un esguince en el tobillo izquierdo que dej¨® fuera de combate a Oberto, dos nuevos fallos desde la l¨ªnea de tiros libres de Kammerichs para una descorazonadora estad¨ªstica parcial del equipo: 0 de 6... Todo le iba en contra. Y sin embargo, mantuvo el tipo. Lo consigui¨® a base de triples, de su acierto defensivo y de la lecci¨®n magistral de Montecchia en el tercer cuarto, en el que manej¨® por completo el ritmo del juego. El base argentino anot¨® cuando su equipo lo necesitaba y, cuando no, puso el bal¨®n en las mejores manos posibles, fueran las de Tomasevic, Liadellis o en las de un inspirado Asier Garc¨ªa, que logr¨® que la ausencia de Oberto no se notara en exceso.
El Pamesa estuvo a punto de abrir una brecha de las que hacen da?o (48-54). Pero, en un plis plas, el Barcelona restableci¨® la igualdad. Y en el periodo final, fue implacable. Hirvi¨® su defensa, que se le hizo insoportable al Pamesa, que ech¨® de menos tanto a Oberto como una mayor inspiraci¨®n por parte de Rodilla, Para¨ªso y Hopkins. Demasiados jugadores fuera de foco. El Bar?a no lo perdon¨®.
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