Sombra y conciertos

Ni una sola de las 300 sillas de pl¨¢stico colocadas ordenadamente en la Plaza Nueva estaba ocupada cuando, al mediod¨ªa de ayer, la Banda Municipal abri¨® la celebraci¨®n en Bilbao del D¨ªa Europeo de la M¨²sica con un brioso pasodoble. Una carpa proteg¨ªa a los m¨²sicos y a su director, Rafael Sanz-Espert, pero al p¨²blico se le ofrec¨ªa sentarse en la solana con el term¨®metro disparado hacia los 40 grados, as¨ª que los pocos espectadores prefirieron escuchar el concierto desde los soportales. O abanico y una ca?a helada para seguir poco despu¨¦s el programa de un cuarteto de cuerda, tangos y folclor vasco desde las terrazas que rodean la plaza, pero siempre en la sombra. "Como se les ocurra escuchar el concierto al sol, esto va a ser el d¨ªa de la lipotimia", bromeaba la camarera de uno de los caf¨¦s desde el que se ve¨ªa el escenario.

En la calle Diputaci¨®n se repet¨ªa la b¨²squeda desesperada de la sombra para escuchar la interpretaci¨®n en solitario de los alumnos del Conservatorio, mientras que en los conciertos de los Jardines de Albia los ¨¢rboles aliviaba el bochorno. En total fueron mil m¨²sicos de todas las edades, repartidos en 16 escenarios, los participantes en una fiesta que comenz¨® a celebrarse en Francia en 1982 y ya llega a 117 ciudades de toda Europa. Aficionados, estudiantes y profesionales aportaron su actuaci¨®n para poder llegar desde las composiciones de Arriaga a los boleros.

Al caer la tarde lleg¨® la mejor actuaci¨®n para una jornada sofocante: el sonido del jazz de Nueva Orle¨¢ns desde el barco Pil-pil en un recorrido por la R¨ªa.

Al cierre de esta edici¨®n, el p¨²blico esperaba en la plaza Nueva el comienzo, previsto a las 10 de la noche, del broche del D¨ªa Europeo de la M¨²sica: la actuaci¨®n conjunta de la Orquesta Sinf¨®nica de Bilbao y la Sociedad Coral de Bilbao.